(Fides) La noticia, lanzada por diversas fuentes políticas iraquíes y kurdas, parece acabar con los temores de ver las aldeas cristianas de la Llanura de Nínive convertirse en una tierra de confrontación militar entre Iraq y los líderes kurdos independentistas de la región autónoma del Kurdistán iraquí, que aún persiguen su plan de secesión del Kurdistán iraquí de Bagdad, basado en los resultados del referéndum a favor de la independencia promovido el pasado 25 de septiembre.
El acuerdo sobre la retirada de la milicia Peshmerga y el despliegue del ejército iraquí en la llanura de Nínive, incluidas las áreas alrededor de los centros habitados de Telkaif y Qaraqosh, forma parte del acuerdo general alcanzado el domingo 29 de octubre por los representantes militares y políticos de Bagdad en la reunión celebrada en la Llanura de Nínive con líderes militares Peshmerga y representantes políticos de la región autónoma del Kurdistán iraquí. Este acuerdo también implica el despliegue de fuerzas del ejercito iraquí en Habur, en la frontera con Turquía, un nudo estratégico también para controlar la exportación de petróleo producido en la zona de Kirkuk.
Este cambio de guardia entre las tropas Peshmerga y el ejército iraquí parece eliminar por el momento el riesgo de un conflicto a gran escala entre Bagdad y la actual dirección de la Región autónoma del Kurdistán iraquí. En los últimos días, tanto el Patriarcado caldeo como el Patriarcado sirio ortodoxo expresaron unánimemente su preocupación por los recientes acontecimientos registrados en la llanura de Nínive.
En un documento publicado el domingo 29 de octubre para delinear su «visión» sobre el futuro de las ciudades cristianas de la Llanura de Nínive, el Patriarcado caldeo recordó que «la jurisdicción de la Llanura de Nínive, unificada, estable y protegida hasta 2003, ahora se ve disputada entre el gobierno iraquí y las fuerzas kurdas, y que después del referéndum sobre la independencia de la región autónoma del Kurdistán iraquí, hubo enfrentamientos militares en esa zona entre el ejército iraquí y los grupos de movilización militar popular (Al -Hashd) y los Peshmerga.
En las ciudades de Telkaif y Baqofa, recientemente liberadas de la dominación yihadista, y donde muchas familias cristianas acababan de regresar después de años de expulsión forzosa, «algunos niños inocentes han resultado heridos y muchos hogares de familias cristianas han sido utilizados como estaciones de defensa. En consecuencia, - dice el Patriarcado Caldeo a la Agencia Fides-, muchos residentes de estas ciudades han huido nuevamente, creando un nuevo estado de ansiedad y temor».