(El TIempo) Entrevista de María del Mar Quintana al cardenal Urosa:
¿Cómo ve la comunidad católica venezolana y, en general, el pueblo venezolano la llegada del Papa a Colombia?
Para el pueblo venezolano es una gran noticia y es un gesto de cercanía del Papa con América Latina y con el pueblo y la Iglesia hermana de Colombia. Además, considero que es muestra de una actitud bastante positiva por parte de la Iglesia y del pueblo de Colombia al acoger al sucesor de Pedro y vicario de Cristo, quien trae un mensaje de reconciliación y acercamiento a Dios nuestro señor en este momento crucial para su país.
¿Cree que la llegada del Papa ayudará a mejorar las relaciones entre Venezuela y Colombia?
Las relaciones están en un momento difícil por la situación política negativa que tenemos en Venezuela. Ha habido de parte del Gobierno colombiano una apreciación objetiva del asunto, de manera que la visita del Papa directamente no va a cambiar eso. Sin embargo, podrá ser positiva en la medida en que el Gobierno cambie de actitud, que es lo que esperamos todos.
Por su parte, el presidente Maduro ha dicho que está en unión y que aprecia mucho al Papa. Pero lo importante es que ponga en práctica los acuerdos a los que se llegó en la mesa de diálogo el año pasado el 30 y 31 de octubre. El Papa le solicitó al presidente de Venezuela contener la violencia, no instalar la Asamblea Nacional Constituyente (ANC) y que respetara la Asamblea Nacional, pero Maduro ignoró esos acuerdos.
¿Cuál ha sido la respuesta de la Iglesia católica a la crisis?
El pueblo venezolano está viviendo una situación sumamente grave por una agitación política permanente, un problema económico terrible, la inflación más alta del mundo y la escasez inaudita y absolutamente injustificada de alimentos y medicamentos.
Ante eso, los obispos venezolanos hemos exigido al Gobierno que cumpla con su deber constitucional de asegurar la alimentación y la salud del pueblo, pero también que se respeten los derechos humanos y que cese la represión cruel, exagerada y desproporcionada que causó más de 120 muertos en tan solo tres meses de protestas. También hemos organizado atención humanitaria a la gente más necesitada, pero lo que hacemos es solo una gota de agua en el mar, pues el que tiene que resolver el problema es el Gobierno.
¿Qué piensan del papel de la oposición?
Todos esperamos que la oposición sea más firme y más fuerte ante las arremetidas del Gobierno contra el pueblo venezolano.
¿Qué tan fuerte fue la transición de Hugo Chávez a Nicolás Maduro?
El presidente Chávez pidió a sus seguidores que eligieran a Maduro como su sucesor, y así se hizo. Pero la situación que ya iba mal en tiempos del presidente Chávez. Ahora está peor porque se ha profundizado en la inoperancia del Gobierno y al mismo tiempo se ha radicalizado la imposición de un sistema totalitario y estatista, fracasado en todos los países donde se ha impuesto. Además, cada vez hay menos capacidad de actuar en libertad y se han agredido los derechos humanos.
¿Ustedes califican al gobierno de Nicolás Maduro como una dictadura?
Por supuesto que sí, es una dictadura porque se ha anulado al parlamento y luego se ha establecido un órgano político absolutamente inconstitucional, pero además torpe y fraudulento como lo es la ANC. Es un sistema dictatorial donde no hay división de poderes, y no se respetan los derechos fundamentales, es decir, ni siquiera los que están establecidos en la Constitución nacional.
Quiero añadir que todos los venezolanos, especialmente los que tienen mayor responsabilidad dentro de la sociedad, están en la obligación de defender sus derechos y los de los demás. Nosotros como Iglesia católica lo estamos haciendo, y precisamente por eso es que el Gobierno no nos quiere.