(RV/InfoCatólica) Luego del rezo del Ángelus, hoy tercer domingo de Adviento, el Papa Francisco ha hecho un llamamiento a la paz, en medio de los recientes atentados terroristas efectuados recientemente en diversas partes del mundo. El Papa también ha expresado su cercanía al patriarca de la Iglesia Ortodoxa Copta de Alejandría Tawadros II, cuya sede fue objeto de uno de los ataques.
«Queridos hermanos y hermanas:
Cada día tengo presente, sobre todo en la oración, a las personas de Alepo. No hay que olvidar que Alepo es una ciudad y que allí hay gente: familias, niños, personas mayores, enfermas... Por desgracia ya estamos acostumbrados a la guerra, a la destrucción, pero no debemos olvidar que Siria es un país lleno de historia, cultura y fe. No podemos aceptar que esto sea negado por la guerra, que es un cúmulo de abusos y de falsedad. Hago un llamamiento a todo el mundo para que se lleve a cabo una elección de civismo: no a la destrucción, sí a la paz, sí a la gente de Alepo y de Siria. Y rezamos también por las víctimas de algunos recientes atentados terroristas que en las últimas horas han conmocionado a varios países. Diversos son los lugares, pero desgraciadamente única es la violencia que origina muerte y destrucción, como también es única la respuesta frente a ella: fe en Dios y unidad en los valores humanos y civiles. Deseo expresar mi cercanía particular a mi querido hermano Papa Tawadros II y a su comunidad, rezando por los muertos y los heridos».
El Papa también dirigió un pensamiento especial al finalizar la oración mariana para los nuevos Beatos de Laos.
«Hoy día, en Vientiane, Laos, se proclamó Beato a Mario Borzaga, sacerdote de los Misioneros Oblatos de María, a Paolo Thoj Xyooj, fiel laico catequista y a catorce compañeros asesinados por odio a la fe. Que su heroica fidelidad a Cristo sea aliento y ejemplo para los misioneros y especialmente los catequistas, que en tierras de misión desempeñan una valiosa e insustituible labor apostólica, por la cual toda la Iglesia les está agradecida. Y pensemos en nuestros catequistas: tanto trabajo que hacen, ¡un trabajo tan hermoso! Ser catequista es una cosa bellísima: es llevar el mensaje del Señor para que crezca en nosotros. Así que, un aplauso para los catequistas, para todos».