(AVAN) Tanto la Plaza de la Virgen como luego la Catedral se vieron abarrotadas por una multitud que, en el caso de la catedral, la llenaba en todos sus bancos una hora antes. En el caso de la Plaza de la Virgen, los devotos la llenaron y colapsaron la entrada por la calle Miguelete así como las calles adyacentes a la propia Plaza.
El gentío ha imposibilitado que la imagen de la Virgen peregrina llegara hasta el lugar previsto, entre las dos puertas de la Basílica y quedó situada delante de una de ellas, desde la que el cardenal Cañizares dirigió el rezo del Rosario, acompañado por los obispos de Orihuela-Alicante, monseñor Jesús Murgui, y Segorbe-Castellón, monseñor Casimiro López, y el obispo auxiliar de Valencia, monseñor Esteban Escudero.
La llegada de la Virgen a la plaza fue acogida con una ovación de varios minutos y vítores y piropos. Posteriormente, en la Catedral de Valencia, han concelebrado la misa ocho obispos. Además de monseñores Murgui, López y Escudero, los titulares de las diócesis de Tortosa, Enrique Benavent, Alcalá de Henares, monseñor Juan Antonio Reig, y los obispos eméritos de Lleida, monseñor Joan Piris; de Zaragoza, monseñor Manuel Ureña, y de el Ferrol, monseñor José Gea Escolano, y un centenar de sacerdotes, la procesión de entrada ha sido acogida con otra ovación continuada cuando ha aparecido el cardenal Cañizares.
Los aplausos le han acompañado hasta el presbiterio, desde donde ha tenido aún que pedir silencio tras varios minutos de ovación para poder iniciar la misa, que ha concluido con el himno de la Virgen de los Desamparados coreado por todos los fieles.