(Agencias/InfoCatólica) Gauzzi fue llamado a declarar como testigo por parte del promotor (el fiscal vaticano) al haberse ocupado del «análisis forense informático» de los ordenadores y teléfonos móviles de dos los imputados y el secretario de la extinta Comisión investigadora de los organismos económicos y administrativos de la Santa Sede (COSEA).
El gendarme explicó cómo funcionaba el servicio informático creado exclusivamente para la COSEA por el marido de Chaouqui,Corrado Lanino, y por el que se pagaron 110.000 euros.
Así funcionaba la filtración
Cada documento creado por los diferentes miembros de COSEA se enviaba al correo de Vallejo Balda y se bloqueaba con una contraseña que creaba Lanino y que ponía a disposición de todos los miembros al almacenarla en un disco virtual en el sistema del grupo Apple (ICloud).
Gauzzi explicó que 86 de esas contraseñas se pasaron con mensaje Whastapp a uno de los periodistas imputados, Gianluigi Nuzzi, como ya había sido confesado por el mismo Vallejo.
Después fue enumerando uno a uno los documentos que aparecen en el libro de Nuzzi «Via Crucis» y cómo todos ellos Vallejo Balda los había pasado al autor con mensajes Whastapp, o que directamente el autor los había podido descargar del correo de Vallejo (del que tenía la contraseña para poder entrar).
La sorpresa fue cuando el gendarme comenzó a leer los correos electrónicos que Chaouqui enviaba a Vallejo y al otro imputado, Nicola Maio, un administrativo de la COSEA.
En ellos, la relaciones públicas, que al octavo mes de embarazo ha asistido a todas las audiencias, incluía mensajes con tonos de revancha y adjuntaba las anticipaciones de los reportajes sobre el Vaticano que el también acusado y autor del libro «Avarizia», Emiliano Fittipaldi, iba a publicar en L'Espresso, el semanal para el que trabaja.
«Chaouqui gana a Bertone 1-0», así terminaba la relaciones públicas italiana un correo enviado a Maio y Vallejo el 3 de julio de 2014, y en el que adjuntaba el reportaje de investigación de Fittipaldi, que sería publicado en el número del 10 de julio de L'Espresso y en el que se acusaba al cardenal exsecretario de Estado Tarciso Bertone de ser quien creó las falsas noticias sobre el director del diario Avvenire, Dino Boffo, quien acabó despedido.
Los correos de Chaouqui contenían además frases con la etiqueta (hashtag) como #hastaquelasovejasseconviertanenleones o #aporelsiguiente y mensajes como: «el dolor es grande, pero volveremos más fuertes que antes porque somos los justos».
Gauzzi citó varios correos enviados a Vallejo y Maio, en los que Chaouqui había adjuntado los archivos PDF del artículo de Fittipaldi que publicaría posteriormente en L'Espresso.
En uno de ellos, del 26 de febrero de 2014, escribía: «Lo más importante es haber sabido renunciar en el momento justo para quedar libres y que todo pase y así quizá una esperanza la tendremos aún», y adjuntaba el artículo de Fittipaldi que saldría publicado el 5 de marzo.
En este reportaje, Fittipaldi incluía las cifras de las entradas en las arcas del Vaticano relativas a 2012 y que según Gauzzi era material que poseía Vallejo Balda.
Ante estas nuevas revelaciones que los abogados lamentaron no tener en el sumario, el presidente del Tribunal, el juez Giuseppe Dalla Torre, decidió suspender la audiencia hasta hoy para que todos pudieran estudiar la declaración y preparar sus preguntas.
También testificó otro de los empleados de la Prefectura de Asuntos Económicos, Fabio Schiaffi, y los testigos llamados por la defensa de Chaoqui, la doctora oficial sanitaria del Estado de la Ciudad del Vaticano, Lucia Ercoli, y el capellán de la cárcel romana Regina Coeli Vittorio Trani.
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