(Aica) El documento fue presentado por el arzobispo de Santa Fe de la Vera Cruz y presidente de la Conferencia Episcopal Argentina (CEA), monseñor José María Arancedo; el arzobispo de Buenos Aires y vicepresidente primero, cardenal Mario Aurelio Poli, y el obispo de Chascomús y secretario general, monseñor Carlos Humberto Malfa
«El primer diagnóstico es el tema del encuentro de los argentinos. Pocas y casi ninguna mesa del diálogo ampliada. Ese es un tema. Una gran deuda es el encuentro, pensar juntos y no levantarnos de la mesa de diálogo rápidamente, aunque nos separen ideas e ideologías. Me parece que el magisterio del Papa nos alienta mucho a sentarnos en una mesa y llegar hasta el final. Y pensar con gestos de grandeza», subrayó el cardenal Poli.
«Muchas deudas tenemos los argentinos y éstas tienen que ser el disparador en orden a fomentar actitudes que permitan alcanzar esa mayor equidad, esa solidaridad y también, por qué no decirlo, la reconciliación, que nos habla de una actitud que no es borrón y cuenta nueva. La justicia tiene que actuar, pero la reconciliación es una actitud superadora. Los argentinos nos debemos tiempos, diálogos, encuentros, más allá de la diversidad. La diversidad cuando es auténtica enriquece la unidad», acotó monseñor Arancedo.
Monseñor Malfa consideró, por su parte, que «no debemos cansarnos de crear puentes e instalar en la sociedad la cultura del encuentro que es casi una obsesión del papa Francisco y justamente en el documento el primer mal del que hablamos es el desencuentro, que nos impide conocernos, tratarnos, valorizarnos, construir una patria de hermanos».
«Esta insistencia por la cultura del encuentro exige que se instale el diálogo social y que aprendamos de verdad a escuchar y respetarnos, y poner a los pobres en el centro y que nada quede afuera de la casa común», agregó.
Corrupción, grandes proyectos, educación
En otro tramo de la rueda de prensa en la sede episcopal del barrio porteño de Retiro, el cardenal Poli recordó, sin responder a ninguna pregunta, que «la pobreza es un concepto y me parece que hemos exagerado demasiado en los reduccionismos: los gráficos, las estadísticas».
«La pobreza no duele, lo que duele son los pobres y cuando pensamos en ellos pensamos en otro concepto que es la corrupción que se le opone. Y nos hemos extendido bastante en este tema (en el documento), porque cuando alguien se queda con un vuelto, eso significa pobreza, pobres que sufren. Y como decía en (documento de) Puebla, si muchos tienen poco es porque pocos tienen mucho», advirtió.
Monseñor Arancedo llamó también a pensar en «proyectos grandes y no quedar encerrados en pequeños proyectitos, que terminan siendo presiones políticas».
«Hacen falta grandes proyectos que permitan integrar políticas abarcativas, que todos nos sintamos incluidos dentro de la diversidad. La unidad no supone que haya diversidad, es más, se alimenta de la diversidad. Pero tiene que haber un componente de grandeza», sostuvo.
En este sentido, el cardenal Poli aseguró que «nunca vamos a claudicar a que lo mejor está por venir siempre. No sabemos si están dadas las condiciones matemáticas para una Argentina solidaria, pacífica y reconciliada, pero hay interés por encontrarnos», y puso al Congreso de Tucumán como un ejemplo de enseñanza parlamentaria.
Los tres obispos indicaron, además, que tras llevarle ayer el documento al presidente Mauricio Macri, harán lo propio con los representantes de los poderes Legislativo y Judicial.