(Asia News) La aviación turca pensaba atacar así las bases del PKK (la organización kurda del Partido de los trabajadores, que en Turquía es considerada una organización terrorista). Pero en realidad, las víctimas son 37 familias, que residen hace años en el pueblo de Sharamesh, a pocos kilómetros de Zakkho. De ellas, 8 familias son refugiadas provenientes de la Llanura de Nínive, que huyeron ante la ocupación y las amenazas del Estado Islámico (EI).
«Todas esta familias huyeron y ahora ya no podrán vivir más en ese pueblo, porque todo, inclusive el depósito de agua, ha sido destruido», continúa consternado Mons. Rabban. Y agrega: «Esta mañana, el Patriarca de Bagdad, al tener conocimiento del hecho, de inmediato ofreció la suma de 10.000 dólares para ayudar en la emergencia a estas familias. Pero ya es tiempo de denunciar estos actos de terrorismo llevados a cabo por parte de los turcos. Es preciso tener el coraje de decirlo: ¡esto es liso y llano terrorismo! Estos pobrecillos ahora están aterrorizados y llenos de miedo: como si no bastara con las amenazas de Daesh».
Oficialmente, Turquía forma parte de la coalición internacional liderada por EEUU en la lucha contra el EI. Sin embargo, muchos acusan a Ankara de ser connivente con los milicianos fundamentalistas del Califato, permitiendo en sus fronteras el paso de armas, reclutas y petróleo. Los bombardeos turcos en Siria e Irak, más que apuntar a las bases de Daesh, tienen en la mira los refugios del PKK. Estas operaciones masivas, como la que fue llevada a cabo anoche, tiene asismismo un objetivo ulterior: el de prevenir que se concrete la unión de todos los componente kurdos de Siria, el Kurdistán y Turquía oriental, lo que podría conducir al nacimiento de un Estado kurdo.