(Aica) Mons. Chamieh Indicó que la guerra desatada desde hace cuatro años y medio ha implicado que 7,6 millones de sirios se hayan desplazado de sus hogares dentro de Siria y que cuatro millones hayan dejado el país huyendo de la muerte por la guerra y el hambre.
La eparquía abrió una cuenta para apoyar a la Iglesia Católica Maronita del Líbano en su ayuda a los refugiados sirios en sus necesidades sustanciales:
Banco beneficiario: Banco de la Nación Argentina
Nombre del beneficiario: Eparquía San Charbel en Buenos Aires de los Maronitas
Cuenta en pesos: CBU 01106592-20065900517870.
Mons. Chamieh explicó la iniciativa en una reunión realizada en la embajada del Líbano con medio centenar de dirigentes de instituciones de las comunidades siria y libanesa, de medios de comunicación y de entidades como el Club Gente de Prensa.
El embajador, Antonio Andary, prestó la instalación para esa reunión en la que se señaló que estamos ante el enemigo más peligroso que haya existido, con actos terroristas y asesinatos que afectan a todos, sean cristianos o musulmanes. Ese grupo extremista ha destruido no solamente iglesias sino incluso mezquitas. En la reunión estaba también el presidente del consejo de la comunidad drusa en el país, Arslan Sayour.
Alejandro Bestani, descendiente de libaneses, instó a tomar conciencia de esta catástrofe, que requiere ayuda material a las víctimas y también con las palabras, porque «el silencio las mata».
El periodista Juan Arida, también de ascendencia libanesa, que fue especialista en política internacional en el diario Clarín y el periódico El Economista, dijo que se puede matar o dejar morir; que en lo primero hay pasión, pero el dejar morir sin levantar la voz muestra indiferencia; eso es terrible.
Colecta nacional
El obispo Chamieh informó que los obispos reunidos en la asamblea de la Conferencia Episcopal Argentina decidieron realizar en todas las iglesias del país una colecta para Siria, Irak y el Líbano, el 8 de diciembre, día de la Virgen, en que se iniciará el Año de la Misericordia.
En la reunión se indicó que una colecta o ayuda no va a solucionar los problemas de los refugiados; hay que hacer un llamamiento a la paz, para que la gente vuelva a sus hogares, que no se vendan armas ni se compre petróleo a los terroristas. Una de las asistentes dijo que el terrorismo quiere quebrar conceptos, quebrar tradiciones, quebrar el alma al obligar a niños a decapitar personas, al infundir miedo.
Entre otros muchos, asistieron el doctor Antonio Aramouni, dirigente de larga trayectoria en la comunidad libanesa y presidente de la Cámara de Comercio Argentino Libanesa; la doctora Vilma Nora Alí, que hizo llegar la convocatoria a miembros y amigos del Club Gente de Prensa; el presidente de la Asociación Libanesa de San Isidro, Julio Affif; el presidente del Club Sirio Libanés y de la Asociación Sirio Libanesa, Adib Attie; el presidente del Club Libanés de Buenos Aires, José Asseff; la presidenta de la Fundación Ninawa Daher, Alicia Daher; el director del Diario Sirio Libanés, Youdat Brahim; María Bestani, del consejo de la revista Criterio; María Esther Jozami, de la Cátedra Libre del Líbano; Alberto Muney, director de prensa de la Bolsa de Comercio; Alicia Daher, presidenta de la Fundación Ninawa Daher; el ex diputado nacional doctor Juan Labaké, presidente de la Asociación de Amistad Argentino-Libanesa; el presidente de la Asociación de Beneficencia Hospital Sirio Libanés, doctor Ricardo F. Simes; el presidente de Union Cultual Argentino Libanesa (UCAL) Nacional , doctor Ernesto Saliba; la titular de la Fundación Libanesa Argentina Cristiana, Lidia Naim, y representantes de distintas entidades de ex alumnos maronitas, de mujeres libanesas, del Club Los Cedros, de amigos del Líbano y de otras expresiones comunitarias.
El obispo Chamieh especificó que si bien el papa Francisco pidió abrir las puertas de Europa a los refugiados sirios, los jefes de las iglesias y comunidades orientales reunidos en el Líbano, en el año 2014, solicitaron a los países europeos no promover el éxodo de los cristianos de Medio Oriente sin ayudarles a permanecer cerca de sus tierras de origen para que puedan regresar a sus hogares una vez concretados los acuerdos de paz y así no cumplir el plan de los fundamentalistas de la región que consiste en vaciar Medio Oriente de sus pueblos originarios y sobre todo de sus minorías cristianas.
