Ojo con el buenismo

¿Cómo un Dios que es infinitamente bueno y que nos quiere hasta morir en la Cruz por nosotros, va a permitir que un hijo suyo se condene? Lo cual se puede traducir en dos preguntas: ¿Existe el infierno?, y ¿podemos ir a él?

Un problema muy serio con el que nos enfrentamos en nuestros tiempos es el del buenismo, que podríamos presentar así: ¿Cómo un Dios que es infinitamente bueno y que nos quiere hasta morir en la Cruz por nosotros, va a permitir que un hijo suyo se condene? Lo cual se puede traducir en dos preguntas: ¿Existe el infierno?, y ¿podemos ir a él?

Creo que nuestra opinión no tiene ningún valor ante lo que nos dice la Revelación. Por ello voy a hacer referencia a una serie de textos del Nuevo Testamento en los que está claramente contenido lo que Dios quiere decirnos sobre el tema.

Romanos 1,18: «La ira de Dios se revela desde el cielo contra toda impiedad e injusticia de los hombres, que tienen la piedad prisionera de la injusticia».

Romanos 1,22: «alardeando de sabios, resultaron ser necios»

Romanos 1,32: «los cuales, aunque conocían el veredicto de Dios según el cual los que hacen estas cosas son dignos de muerte, no solo las practican sino que incluso aprueban a aquéllos que las hacen».

Romanos 2,5-6: «Con tu corazón duro e impenitente te estás acumulando cólera para el día de la ira, en que se revelará el justo juicio de Dios, el cual pagará a cada uno según sus obras».

Gálatas 5,19-20: «Las obras de la carne son conocidas: fornicación impureza, libertinaje, idolatría, hechicería, enemistades, discordia, envidia, cólera, ambiciones, divisiones, rivalidades, borracheras, orgías y cosas por el estilo. Y os prevengo, como ya os previne, que quienes hacen estas cosas no heredarán el reino de Dios».

Gálatas 6,7: «No os engañéis: de Dios nadie se burla. Lo que uno siembra, eso cosechará».

Efesios 5,5: «Tened entendido que nadie que se da a la fornicación, a la impureza o al afán de dinero, que es una idolatría, tendrá herencia en el reino de Cristo y de Dios».

Mateo 24,50-51: «el día y la hora que menos se le espera, llegará el amo, y lo castigará con rigor y le hará compartir la suerte de los hipócritas. Allí será el llanto y el rechinar de dientes».

Lucas 11,37-52, en especial 11,42, que dice: «¡Ay de vosotros, fariseos, que pagáis el diezmo de la hierbabuena, de la ruda y de toda clase de hortalizas, mientras pasáis por alto el derecho y el amor de Dios! Esto es lo que había que practicar, sin descuidar aquello».

Mateo 25,41-43: «Apartaos de mí, malditos, id al fuego eterno preparado para el demonio y sus ángeles. Porque tuve hambre y no me disteis de comer, tuve sed y no me disteis de beber, fui forastero y no me hospedasteis, estuve desnudo y no me vestisteis, enfermo y en la cárcel y no me visitasteis».

1 Pedro 5,8: «Sed sobrios, velad. Vuestro adversario, el diablo, como león rugiente, ronda buscando a quien devorar».

En pocas palabras, se nos pone en guardia sobre lo que nos puede suceder. Indiscutiblemente es cierto que Dios nos ama y que ha muerto en la Cruz por nosotros, pero nos pide que le entreguemos libremente nuestra amistad, pues también .podemos escoger el Mal. Es cierto que todos nosotros somos pecadores, pero Dios nos concede su gracia y los sacramentos, en especial los de la Penitencia y Eucaristía para perdonar nuestros pecados y volver a ser sus amigos. Pero a quien rechaza la gracia de Dios y opta por el Mal, Dios respeta su decisión, aunque hará todas las trampas que pueda menos cargarse nuestra libertad para llevarnos al cielo.

Hace poco me contaron la frase que un médico abortista había dicho a un conocido suyo: «No tienes ni idea de lo que soy capaz de hacer por dinero». Y no nos olvidemos que el demonio existe y que tiene un gran poder de seducción, especialmente a aquéllos que rechazan e incluso llegan a odiar a Dios, sea a Él directamente, sea a esa representación suya que somos los seres humanos, porque como dice el libro de los Proverbios: «El que maltrata al pobre, injuria a su Hacedor» (14,31). No nos tomemos a broma estos textos de la Sagrada Escritura. Pero recordemos que lo específico del cristiano es la esperanza y que Dios nos ha hecho para hacernos hijos adoptivos suyos y alcanzar así la meta de nuestra fe, la salvación de nuestras almas (cf. 1 P 1,9).

                         

Pedro Trevijano

 

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10 comentarios

Juan Mariner
El "buenismo" es lo contrario del "malismo" (ambos son excesos doctrinales), este último como el considerar la Condenación obsesivamente como un elemento esencial de nuestras vidas, demasiado frecuente esta visión para dominio de las conciencias de los demás en pos de los intereses de poder más abyectos (al igual que el "buenismo"). Si nuestra vida radica sólo en torno al miedo a la Condenación, tampoco es correcto (la ausencia de temor tampoco es correcto). Ni lo uno ni lo otro: ni todos al Cielo ni todos al Infierno sin hacer nada, las personas somos libres y debemos elegir el camino correcto y justo teniendo como meta la Salvación, porque lo contrario es la Condenación (también está ahí tras la esquina).
12/11/15 10:36 AM
Renzo
El peor "buenismo" es el que predica que todas las opiniones y creencias son igual de respetables y que hay que dejar que ocupen su lugar en la vida pública aunque para hacerlo se recorten las libertades y derechos de toda la sociedad.
12/11/15 5:36 PM
keparoff
Las Escrituras también nos dicen "pedid por que todos se salven", "pedid y se os dará" "Dios quiere que todos se salven y lleguen al conocimiento de la verdad" -son citas de memoria, perdón por no ser exactas-.

La oración desinteresada por un bien inequivocamente bueno, como es la salvación de alguien, ha de ser escuchada por Dios. Si nos dice que recemos por todos ¿qué quiere Dios con esas oraciones?

Creo que hay una hermenéutica posible que entienda la eternidad en sentido figurado y no estricto, y que entienda las constantes alusiones de Jesus a la condenación en sentido pedagógico.

Ha de existir la posibilidad real de condenarnos, para ser libres, pero no ha de existir la obligación de que nadie se condene.

Yo rezo por la salvación de todos, especialmente de mis amigos y familiares. No veo posible un Cielo que no sea pura alienación, si sabemos que nuestros seres queridos están torturados en el Infierno.

¿Cómo podríamos ser inmensamente felices si nuestros hijos están allí, por ejemplo? Es absurdo.

Y la función pedagógica hoy del infierno eterno es nula. A mi me parecía absurdo el infierno cuando vivía como un pagano, y me sigue pareciendo igual después de convertirme.

Un purgatorio largo se me antoja castigo más que suficiente para cualquier pecado que podamos cometer.
12/11/15 11:22 PM
Mª del Pilar
Efectivamente Renzo, a eso se le llama "relativismo":según este concepto del relativismo, no existe ni el mal ni el bien, sino que todo es relativo. Sin embargo como decía D. Pablo Dominguez, que en Gloria esté, estos que hablan de relativismo, cuando van por un camino y ven un hoyo, dan un rodeo para evitarlo.
El relativismo, el buenismo, así como el mal menor es un engaño del padre de la mentira.
13/11/15 12:28 AM
Gregory
Muy acertadas sus palabras, sin embargo el ser buenistas es una tentación manejada con una buena intención. Por otro lado sería bueno que se hiciera una reflexión sobre el termino "mal menor" que forma parte de la moral pero que sea hecha con pocas palabras para mejor entendimiento del mismo es una formula valida pero muy confusa.
13/11/15 1:48 PM
Renzo
Por eso, Mª del Pilar, yo no soy nada buenista, ni para dejar de decir lo que pienso por aquello de ser "politicamente correcto", o por no herir sentimientos religiosos. Tampoco me hace falta recurrir a ninguna supuesta ley natural ni a ordenanzas divinas para saber valorar la bondad o la maldad de los actos propios y ajenos, ni me creo tocado por la gracia de nadie para sentirme privilegiado, ni me proclamo portador de la "verdad única" revelada por nadie.
Como puedes ver somos exactamente iguales, calcaditos.
13/11/15 5:03 PM
Cos
Si Renzo, tu juzgas desde tu subjetivismo y estableces tu canon del derecho positivo. Defiendes tus intereses, en fin, lo que crees que son tus intereses, que es pura contingencia. Otros Hacen lo mismo. O sea el relativismo. Bondad y maldad, en tu discurso, son terminos ininteligibles.
14/11/15 11:42 AM
Hna.cerafina
Muy acertadas sus palabras Rvdo. P. Pedro. Yo no creo en un "Dios bonachón" , pero me gustaría que nos pusiera algún comentario sobre , cómo hablarles a los jóvenes sobre la existencia del cielo y del infierno; por que en un mundo tan materializado ,ellos no creen en la existencia del infierno ni del cielo. Gracias!.
15/11/15 3:07 PM
Pedro Trevijano
A la Hermana Cerafina Si buscas en Google Pedro Trevijano el Infierno encontrarás un artículo mío sobre el tema, y si pones Pedro Trevijano el Cielo encontrarás dos artículos, uno pobre y humilde entró en el cielo cargado de riquezas y otro Afrontar la muerte: Pueden servirte de pistas. Un cordial saludo Pedro Trevijano
15/11/15 6:30 PM
Víctor
Efectivamente, Dios es muy bueno, infinitamente misericordioso; no "bonachón".A la condenación no hay que tenerla miedo según se habla de ella. Pero si digo algo que es elemental: "Yo tengo santo temor de Dios". ¿Quiere esto decir que tengo miedo al castigo de Dios? ¡No! Lo que si tengo miedo, es a que por mi inconsecuencia, mis pecados y desvaríos, pierda el favor de Dios. El me compró al precio altísimo de su "preciosísima sangre" y, yo, no puedo seguir caminos de perdición. Si quiero a Dios, debo luchar para ir con Él y a Él.
16/11/15 2:31 PM

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