(RV) Los organizadores buscan «concienciar sobre esta temática y hacer que sea tratada por los medios de comunicación». Además explican que «escuchar el testimonio de víctimas de trata, activistas y referentes políticos, sociales y religiosos permitirá desarrollar una estrategia para conformar una red mundial de jóvenes con experiencia territorial que sean promotores y puntos de referencia para las agencias y las instituciones que combaten esta causa en el mundo».
El secretario de la Academia Pontificia de Ciencias y Ciencias Sociales, Mons. Marcelo Sánchez Sorondoexplicó que el nombre del Simposio «indica el camino que deben andar guiando los y las jóvenes: el amor perfecto echa fuera el temor, la avidez y la esclavitud. De modo que solo viviendo la plenitud del amor se puede liberar a nuestros hermanos de la esclavitud y de los motivos de la misma que son el temor y la avidez, por lo que instrumentalizamos al nuestro prójimo haciéndolo esclavo de nuestros intereses hasta llegar a considerarlos cosas y no personas».
«Las expectativas -continua monseñor Sánchez Sorondo- son la concienciación generacional, el descubrimiento de las mejores prácticas para erradicar la esclavitud y la mutua comunicación de las mismas». Asimismo, la redacción de «un manual por parte de los y las jóvenes que ayude a tomar conciencia y a la realización de las mejores prácticas para evitar la tentación de caer en ‘un nominalismo declaracionista’ con efecto tranquilizado de las conciencias pero sin liberar realmente las vidas inocentes que la globalización de la indiferencia se va cobrando más y más».
El material recopilado se convertirá en un manual escrito para los jóvenes que podrán utilizarlo en sus cursos de capacitación y de sensibilización, o para encontrar ideas para ulteriores investigaciones.
El Papa Francisco ha llamado a la humanidad a cuidar al ser humano y sobre todo a aquellas personas más indefensas, como lo refleja la encíclica Laudato Si´.
«La esclavitud moderna en término de trata de personas, trabajo forzado, prostitución, explotación de órganos es un crimen de lesa humanidad».
«Estamos ciertamente en una época donde la persona humana es usada como objeto y termina siendo material de descarte. A los ojos de Dios no hay material de descarte, hay solo dignidad, una lucha contra ese movimiento que lleva a la humanidad a que piense que una persona es un objeto que se usa y se tira, un objeto de uso, rescatar la dignidad de la persona… comprometerse es dar la vida, gastar la vida, y la vida tiene sentido solamente si uno está dispuesto a jugar, a hacerla correr para el bien de los demás, esta lucha por recuperar la dignidad de las personas pide compromiso. Gracias por el trabajo que no es fácil».