(Asia News/InfoCatólica) Es necesario para Irak «un gobierno de emergencia nacional», que esté en grado de representar a «todos los sectores» del país, ya sean éstos chiítas, sunnitas o kurdos, árabes o turcómanos, cristianos o yazidíes, para garantizar la salvación y la unidad en un período crítico. Es cuánto escribe el patriarca caldeo Oar Louis Raphael Sako I, en una carta enviada a las máximas autoridades de Bagdad, entre las cuales figuran el presidente Fuad Masum, el Primer ministro, Haider al-Abadi y el presidente del Parlamento, Salim Abdullah al-Jabouri. En el texto de la carta, llegada a AsiaNews, su Beatitud se dirige a los líderes políticos e institucionales como «iraquí que ama a su país» y «respeta todos los iraquíes».
Desde hace tiempo está atravesando un profundo enfrentamiento político, que se refleja en la lucha- política y armada- entre sunnitas y chiítas (estos últimos son mayoría en el país) y es causa de violencia, antentados y divisiones. En este contexto se coloca la guerra iniciada por el Estado islámico, que conquistó amplias porciones del país, sobre todo en el norte (Mosul) y en el oeste.
A la violencia se agrega el problema de la corrupción y de la mala administración, que el actual Ejecutivo trata de combatir en un intento de restituir la unidad y la solidez al país.
En peligro la existencia del estado
Mar Sako advierte que las reformas sean discutidas «sabiamente», para que gocen de «legitimidad» a los ojos de los ciudadanos. Además, la clase política y dirigente debe ser «equilibrada» y respetuosas de la variedad de «componentes nacionales», eligiendo personas de «alta integridad y profesionalidad». Se necesitan también reformas urgentes, para hacer salir a Irak de una situación de emergencia, que ha puesto en peligro la existencia misma del Estado.
Entre las prioridades del patriarca caldeo está también la necesidad de «integrar las milicias» étnicas y confesionales dentro «del ejército regular y de la policía». Estas fuerzas, necesarias para garantizar seguridad y unidad al país, agrega, «no pueden estar ligadas a partidos o corrientes» como sucede hoy , ya que en el territorio operan facciones armadas (a excepción de la corriente cristiana) que obran en defensa del interés personal y subjetivo. «De este modo- continúa Mar Sako- se aumenta la capacidad de los militares y se fortalece la unidad nacional».
El patriarca caldeo se dirige también al presidente del Parlamento de la región autónoma del Kurdistán iraquí, Mohammed Yusuf sadiq, para lanzar un mensaje a los «queridos hermanos representantes de los partidos kurdos». En primera instancia, Mar Sako recuerda que es justamente la región kurda la que recibió y hospedó a miles de refugiados cristianos -huyendo de Mosul y de la planicie de Nínive por el avance de las milicias yihadistas- y por esto «los cristianos son parte de ella». Él desea que se mantengan «las grandes conquistas», entre las cuales están «la estabilidad, la seguridad, la prosperidad económica, social y cultural» que son «una gran bendición».
En referencia a la escritura de la nueva Constitución, que se está estudiando en el Parlamento local, Mar Sako desea que pueda ser «pospuesta» a causa de la «situación actual», para que pueda ser redactada sin apuros, y que tenga una carácter «permanente». Al respecto, él cita el ejemplo de la Constitución iraquí, que no logró garantizar unidad y seguridad justamente por haber sido escrita «apresuradamente» y produjo efectos «dolorosos». Finalmente, el patriarca propone la renovación del mandato presidencial de la región por dos años, a través de un «consentimiento político», no por vía electoral, porque la situación actual exige «sabiduría» y se debe evitar comprometer «el interés público»