(ACI/David Ramos) Planned Parenthood, la multinacional del aborto más grande del mundo, se ha visto inmersa en un gran escándalo luego de que el Center for Medical Progress (CMP, Centro para el Progreso Médico) revelara varios videos en los que altas funcionarias de la organización negocian pagos para la venta de órganos de bebés abortados en sus instalaciones.
Una de ellas incluso bromeó sobre los montos, asegurando que «quiero un Lamborghini», en referencia a la marca italiana de autos de lujo cuyo vehículo más barato supera los 200 mil dólares.
Más de diez estados y el Congreso de Estados Unidos han iniciado investigaciones contra la organización estadounidense.
El proyecto de ley, redactado por la senadora Joni Ernst, está firmado por los parlamentarios Deb Fischer, Mitchell McConnell, Rand Paul, James Lankford, Roy Blunt, John Cornyn, Tim Scott. Todos pertenecen al Partido Republicano.
Por su parte, los miembros del gobernante Partido Demócrata, fuertemente financiado por Planned Parenthood, han defendido a la organización y denunciaron a quienes divulgaron los videos ante la Fiscal General de Estados Unidos, Loretta Lynch, y la Fiscal General del estado de California, Kamala Harris, por lo que llamaron una «maquinación de varios años».
El presidente de Estados Unidos y miembro del Partido Demócrata, Barack Obama, recibió al menos 1,7 millones de dólares de Planned Parenthood para su campaña de reelección de 2012.
Obama vetaría la ley si es aprobada por el Senado
Consultado el 31 de julio sobre si el presidente Barack Obama vetaría un proyecto de ley que retire los fondos gubernamentales a Planned Parenthood, Josh Earnest, secretario de prensa de la Casa Blanca, aseguró que esto «es ciertamente algo que atraería un veto presidencial».
Masiva indignación por videos
El senador republicano Rand Paul indicó a CNN que «mucha gente, incluso mucha gente pro-elección (pro-aborto) están enojadas por estos videos».
«Creo que la mayoría de estadounidenses no quieren que sus impuestos vayan a esto. Creo que cuando algo es tan repugnante moralmente para tantas personas, ¿Por qué el dinero de impuestos debe ir para esto?», cuestionó.
Por su parte, el también republicano James Lankford explicó, en un artículo publicado ayer en el diario estadounidense USA Today, que el proyecto de ley a la par que busca retirar fondos de impuestos a Planned Parenthood no dejará en el abandono a personas de escasos recursos que reciben otros tratamientos médicos, tal como acusa la multinacional.
Lankford aseguró que los fondos que se retiren a Planned Parenthood si el proyecto de ley es aprobado en el Senado serán destinados a «centros de salud comunitarios, muchos de los cuales dan servicios a pacientes de bajos ingresos».
«Mientras que Planned Parenthood dirige alrededor de 700 centros a nivel nacional, los centros de salud comunitarios sirven a pacientes en más de 9 mil 100 instalaciones», señaló.
El senador precisó que «cuando Planned Parenthood vende órganos humanos a laboratorios de investigación, por definición, tuvieron que ser vidas humanas cuando fueron abortados. Estos órganos no pueden ser ‘solamente tejido’ en el vientre, pero luego ser vendidos como hígado, corazón o cerebro de humanos».
«Como mínimo, el financiamiento federal debe cesar mientras se realiza una investigación», demandó.