(ACI/ Abel Camasca) «Hay algo muy raro aquí: podríamos decir que sin mediar una ley, de un día para otro, una dependencia del gobierno nacional está impulsando el aborto en todo el territorio del país», señaló el Prelado recientemente.
«Este Protocolo habla ‘del derecho a la interrupción legal del embarazo’ y lo hace sin aclarar en qué circunstancias. Es decir que cualquier chica o adolescente o mujer embarazada, se cita en especial el caso de la violación, puede ir a hacerse un aborto y no hace falta que la acompañe nadie».
Asimismo el Obispo detalló que se habla del «consentimiento informado», pero no se pretende informar a la gestante que ella podría tener el bebé, darlo en adopción y que se podría desplegar todo un conjunto de acciones para ayudar a la mujer embarazada a tener el niño.
«Pero no, aquí se asienta un principio perverso y es que la vida del niño no vale nada. Tampoco se ponen plazos por lo cual la mujer podría ir hasta no sé cuantas semanas de embarazo, hasta casi a punto de nacer el bebé y allí matarlo, liquidarlo. ¿Cómo es posible eso?», destacó Mons. Aguer.
«La Constitución Nacional, el Código Civil recientemente sancionado y aprobado dice que la vida de la persona comienza en la concepción. O sea que se otorga a una persona embarazada, la madre, el derecho a liquidar a su hijo pero no se reconoce el derecho del hijo a nacer, el humanísimo derecho de la persona a nacer».
Otra cuestión grave es que el Protocolo «señala que hay obligación de hacer el aborto. No puede un Instituto negarse a hacer el aborto solicitado y si un médico hace objeción de conciencia tiene que ir a buscar a otro que lo haga, y si no encuentra otro tiene que hacerlo él. Esto es una cosa inconcebible porque no se advierte que en el caso del aborto se trata de matar a una persona».
Más adelante el Arzobispo se pregunta: «¿Qué valor tiene? La verdad es que no lo sé, porque no puede ser obligatorio. Las Provincias no tienen por qué hacerse cargo de esto y muchas tienen su propia legislación al respecto, aunque desgraciadamente siempre dando lugar al aborto, al parecer se intenta ahora imponerlo a todo el país con una nueva fuerza».
«He dicho que este Protocolo apareció de un modo un tanto subrepticio porque se colgó en la página web del Ministerio de Salud. Entonces: ¿eso significa un decreto? ¿Significa que la Presidenta de la Nación lo ha decidido o aprobado?; ¿o el ministro? ¿Quién asume la responsabilidad?».
Monseñor Aguer destacó que la Comisión Ejecutiva de la Conferencia Episcopal Argentina también publicó una declaración criticando esta «voltereta pro-abortista», sin encontrar suficiente difusión en los medios.
«Afirmemos una vez más el derecho a nacer de los niños por nacer. Un embrión es una persona humana en el primero e ínfimo grado de desarrollo; pero lo es. Los derechos humanos valen también para él, y no existe un derecho de la madre, ni de nadie, a matarlo», concluyó.