(Chiesa/InfoCatólica) Respecto a la pastoral sobre los divorciados vueltos a casar, los obispos alemanes plantean la búsqueda de consensos regionales:
«Haciendo referencia a las diferencias sociales y culturales, parte de las respuestas propugna la búsqueda de consensos regionales a fin de elaborar directrices pastorales a nivel de la iglesia local. Como fundamento también podrían servir los procesos de diálogo – a nivel de diócesis – sobre los temas del matrimonio y de la familia, cuyos resultados serían a continuación objeto de debate con otras iglesias particulares. Para ello, sin embargo, se requeriría la capacidad y disposición de dialogar de todos los que participen».
Los obispos reconocen que la mayor parte de sus fieles no aceptan la enseñanza de la Iglesia sobre la recepción de la Eucaristía por parte de quienes viven en adulterio, a la vez que reclaman que la práctica habitual en Alemania de no hacer ni caso a la doctrina católica en esa cuestión, debería de finalizarse mediante la aceptación abierta del disenso doctrinal y pastoral:
«En cuanto a la recepción de los sacramentos, la mayoría de los fieles espera que no se hagan excepciones pastorales ocultas, sino que se llegue a soluciones estructurales. No se trata de una aceptación indiscriminada, sino de un acceso a los sacramentos que dependa de ciertos criterios. Son solo pocos los fieles que rechazan rotundamente el acceso de divorciados casados de nuevo a la comunión. Temen que ello opaque el testimonio de la Iglesia en favor de la indisolubilidad del matrimonio. La mayoría de los fieles no comparte esa aprensión».
Doctrina católica sobre esta materia, tal y como aparece en la Exhortación apostólica Familiaris Consortio de San Juan Pablo II, Papa:
La Iglesia, no obstante, fundándose en la Sagrada Escritura reafirma su práxis de no admitir a la comunión eucarística a los divorciados que se casan otra vez. Son ellos los que no pueden ser admitidos, dado que su estado y situación de vida contradicen objetivamente la unión de amor entre Cristo y la Iglesia, significada y actualizada en la Eucaristía. Hay además otro motivo pastoral: si se admitieran estas personas a la Eucaristía, los fieles serían inducidos a error y confusión acerca de la doctrina de la Iglesia sobre la indisolubilidad del matrimonio.
La reconciliación en el sacramento de la penitencia —que les abriría el camino al sacramento eucarístico— puede darse únicamente a los que, arrepentidos de haber violado el signo de la Alianza y de la fidelidad a Cristo, están sinceramente dispuestos a una forma de vida que no contradiga la indisolubilidad del matrimonio. Esto lleva consigo concretamente que cuando el hombre y la mujer, por motivos serios, —como, por ejemplo, la educación de los hijos— no pueden cumplir la obligación de la separación, «asumen el compromiso de vivir en plena continencia, o sea de abstenerse de los actos propios de los esposos»