(Aica) En su discurso el cardenal habló de que no pocos cristianos de Oriente, escuchando hace pocos días el episodio de la Pasión en que Pilatos se lava las manos, “podrían haber pensado en la indiferencia y la falta de acción a la que parece haberse resignado la comunidad internacional frente a las tragedias que ya desde hace años se consuman en Siria e Irak”.
“Entristece también -añadió- la incapacidad de los líderes del Líbano, incluso de los cristianos, que no fueron capaces de encontrar un consenso sobre el nuevo presidente, debido a una línea de conducta dictada, más que por su conciencia, por las fuertes influencias de fuerzas que compiten por la supremacía del control en la zona”.
“Confiamos, sin embargo, y estamos aquí para despertarla, que en el ánimo de todos, en Occidente como en Oriente -subrayó el purpurado- permanezca viva la pregunta de Pilatos: "¿Cuál es la verdad?”, a la que siga su búsqueda y el ponerse a su servicio. La verdad es ante todo un acto que levanta cualquier velo y ocultamiento de la realidad. ¡Es un escándalo!, y recordamos lo que el Señor dice también hoy a todos los Caínes de la tierra ‘¿Qué has hecho? La voz de la sangre de tu hermano clama a mí desde la tierra’”.
El cardenal Sandri mencionó que todos los años lanza un llamamiento, en nombre del Santo Padre, para el apoyo y la ayuda a los cristianos de Tierra Santa, un término que designa, no solo a los que viven dentro de las fronteras del Estado de Israel y de la Autoridad Palestina, sino también en todos los lugares relacionados con la historia de la salvación, la zona de Mesopotamia y Persia, desde donde partió Abraham y de donde se cree eran los Reyes Magos, Turquía, donde predicaron los apóstoles, Jordania, Siria, Líbano, y Egipto, donde encontró acogida la Sagrada Familia.
Conflicto Israel-Palestina
“Pero la mención de una presencia así configurada -añadió- no puede ser también una indicación de método para las mesas de discusión en otros niveles: no se puede hablar de estabilidad en Medio Oriente sin incluir la añeja cuestión de Israel y Palestina, contentándose de que a los cristianos se les permita vivir en paz en esos dos territorios. Por otra parte, no debería haber ninguna duda sobre la necesidad de que todos los Estados, incluido Israel, deban existir y ser protegidos y no amenazados. Es tarea de los pastores cristianos de todo Medio Oriente ayudar a sus fieles a crecer en esta conciencia, curando las heridas del pasado reciente, con el aceite del consuelo, del perdón y la misericordia. Si no se avanza en esta dirección, no dudamos de que los grupúsculos de “poder enloquecido”, como el ISIS, se multiplicarán, también porque algunas partes interesadas los apoyan con armas y recursos”.
“Occidente parece haber perdido en el curso de los siglos la capacidad de considerarse también dentro de una sana referencia religiosa, prefiriendo a menudo un modelo de laicismo exasperado cuando no un verdadero "eclipse de Dios".
“La destrucción y los horrores actuales de Medio Oriente -que algunos quieren atribuir únicamente al factor religioso- no deben ser una excusa para confirmar esta visión parcial y errónea, sino un estímulo para repensar la convivencia y la colaboración de los diferentes componentes de la sociedad para la promoción integral del ser humano”, finalizó el Prefecto.
Posteriormente en la basílica de San Nicolás, patrono de Bari, los participantes del simposio pidieron al santo que intercediera para que se pusiera fin al sufrimiento de los cristianos en Medio Oriente y para que acompañase los trabajos del Concilio PanOrtodoxo que se celebrará en 2016 en Turquía.