(ACI) «Los médicos sugirieron retirarle el soporte vital y dejarlo ir porque nunca despertaría. Yo quería darle más tiempo para ver si mejoraba. Realmente no habíamos tenido la oportunidad de empezar nuestra vida juntos, no iba a renunciar», sostiene Danielle.
Matt permaneció en coma durante tres meses, mostraba poco progreso. El padre de Matt había fallecido dos años antes, y su madre estaba muy enferma, así que Danielle era la única persona que podía cuidar de él. En Estados Unidos, mantener a una persona en coma en un hospital es un gasto muy alto así que la joven decidió llevarlo al hogar que la pareja compartía.
En casa, su esposa y su suegra lo cuidaron por largos días y noches. Lo alimentaban por sonda, le daban baños de esponja, más de 20 medicamentos diarios, terapia física y lo movían cada dos horas para prevenir úlceras.
De repente, «nos dimos cuenta que estaba tratando de hablar, casi como un susurro y un día dijo ‘estoy tratando’».
Pasó varios meses en una intensa rehabilitación y comenzó a hablar, cantar, reír, hacer bromas, comer y beber por su cuenta, ir al baño con ayuda mínima y caminar con la ayuda de un andador. «Todavía lucha con la memoria de antes del accidente. Nuestra relación, el día de nuestra boda, todo eso se ha ido, pero su nueva memoria a corto plazo es excepcional», sostiene Danielle.
A tres años del accidente, Matt sigue mejorando y ya no requiere medicamentos, camina con muletas y su caso ha despertado una cadena de solidaridad para seguir con su rehabilitación porque los seguros de salud no cubren estos gastos.
Como cuenta Danielle a ABC News, el despertar de Matt fue un proceso lento. Primero empezó con los ojos, luego poco a poco con el habla. «Me alegra haberme casado con ella», agrega Matt.