(Fides/InfoCatólica) La situación es tan grave que, según lo informado por el mensaje, «uno de nuestros obispos de las zonas en las que está sucediendo esta tragedia -se trata de Mons. Stephen Dami Mamza, obispo de Yola-, se ha visto obligado a abandonar repentinamente la reunión debido a que miles de refugiados habían llenado la Catedral y los salones adyacentes, en busca de protección y alimento del obispo y de su diócesis».
Frente a una situación tan grave, los obispos advierten que «cada comunidad nigeriana a nivel local y estatal debe estar en estado de alerta para hacer frente al grave peligro que amenaza a la nación. La cuestión no es quién va a ser presidente, gobernador o senador después de las elecciones de 2015. El problema afecta a las vidas y la seguridad de todos los que quieren vivir juntos en paz».
El problema se agrava por el hecho, como se señala en su mensaje, de que «mientras los musulmanes a veces son blanco de estos ataques, los cristianos, las iglesias y los no musulmanes en general son los principales blancos de asesinatos en masa, saqueos y expulsiones por parte de Boko Haram».
La primera tarea del gobierno, recuerdan los Obispos, «es la de preservar y proteger la vida de todos los nigerianos independientemente de su tribu, religión, condición social o tradición».
Los obispos han movilizado a la Caritas Nigeria para llevar ayuda a los desplazados y han pedido una oración nacional los días 13 y 14 de noviembre. «Son momentos críticos para la nación y cualquier persona que tenga un puesto de responsabilidad debe hacer todo lo posible para salvar a nuestro querido país, Nigeria», concluye el mensaje.