(C-FAM/InfoCatólica) Una nueva pauta de la ONU para promover el aborto en áreas devastadas por la guerra fue recibida sin objeciones al ser presentada a los estados miembros en la sede de la ONU la semana pasada. Funcionarios y delegados miraban con disimulo, inspeccionando la sala como si intentaran prever de dónde podría venir el cuestionamiento. Al final, no hubo ninguna objeción.
La nota orientativa sobre reparaciones para la violencia sexual relacionada con el conflicto va más allá de lo que el personal de la ONU jamás se atrevió a decir sobre el aborto, al menos públicamente. El polémico documento dice a funcionarios y miembros de la ONU que hagan lobby en pos de cambios en las leyes para permitir el aborto como forma de reparación por la violencia sexual ejercida contra mujeres. A raíz de la nota del Secretario General, los funcionarios de la ONU que defienden el aborto no parecerán más funcionarios «bribones», sino más bien buenos subordinados del Secretario General.
La reunión del viernes fue una especie de lanzamiento no oficial. Phumzile Mlambo-Ngcuka, directora del organismo de la ONU para la mujer, ONU Mujeres, puso de relieve la sección que contiene la agraviante nueva directiva para promover el aborto en su breve discurso, como retando a cualquiera a cuestionarle.
Consideró esta iniciativa como parte de una «batalla mayor» por la igualdad de género, aunque reconoció que la directiva no tiene valor normativo o legal. «Dejarla en este nivel no es suficiente», sostuvo, destacando la necesidad de modificar las leyes.
Ivan Šimonović, segundo al mando del aparato burocrático de derechos humanos de la ONU, dijo que el contenido de la nota orientativa carece de valor a menos que se implemente. Propuso que se criticara a los estados mediante órganos creados en virtud de tratados, relatores especiales y el procedimiento de la ONU llamado Revisión Periódica Universal, para presionarlos a fin de que liberalicen sus leyes.
La administración de la ONU enfrenta una ardua batalla, no obstante, especialmente en las delicadas situaciones de posguerra. El viernes, el único país que se puso como ejemplo de cómo abordar la violencia sexual en áreas devastadas por la guerra fue Colombia, donde los legisladores rechazaron el derecho al aborto para casos de violación en el mes de marzo.
Ninguno de los países que normalmente se opondrían a esta clase de maniobra en la administración de la ONU puso objeciones a la directiva durante la presentación del viernes. Esto puede deberse a que no se considera que valga la pena la molestia de una pelea pública con la burocracia de la ONU por el documento. Las causas y consecuencias de las guerras son algo que los líderes nacionales preferirían dejar detrás de sí, especialmente en un momento en el que necesitan de la administración de la ONU para ayudarles a subvencionar programas que están mucho antes en el listado de prioridades de sus naciones.
Esto no significa que el Secretario General no esté escuchando quejas, sino que no se hacen en público. Diversas fuentes dijeron a Friday Fax que varios estados miembros, principalmente de África, el Medio Oriente y Asia están preparando una advertencia para el Secretario General sobre esta y otras cuestiones en las que creen que él se está entrometiendo con prerrogativas exclusivamente nacionales.
El Secretario General, que encabeza la burocracia de la ONU, a menudo pone a prueba los límites externos de su mandato. Incluso así, la nota va mucho más allá de sus competencias o las de la administración de la ONU. El aborto es un tema que debe ser abordado conforme a las legislaciones nacionales en concertación con la ONU, y es la clase de tema que los creadores de la Carta de las Naciones Unidas jamás contemplaron que entrara dentro de las competencias de ninguna entidad de la Organización.
Los países africanos, muchos de los cuales están en conflicto o salieron de él hace poco, en su mayor parte prohíben el aborto y son los principales objetivos de esta nueva campaña burocrática. En estos estados vulnerables, la ONU tiene la fuerte responsabilidad de proteger a las personas de mayores perjuicios. El uso que el Secretario General hace de las situaciones de posconflicto para promover el aborto constituye un fracaso moral escandaloso y un abuso de confianza. Se salió con la suya el viernes, pero no será por mucho tiempo.