(Zenit/InfoCatólica) El portavoz calificó el asesinato de «execrable e inaceptable», como lo es el de todas las personas inocentes. Añadió que además «es un gravísimo obstáculo en el camino hacia aquella paz por la cual incansablemente tenemos que empeñarnos y rezar».
Los tres jóvenes Gilad Shaar de 16 años, Naftalí Fraenkel de la misma edad y Eyal Yifrah de 19 años, eran alumnos de escuelas religiosas judías. Se perdió contacto con ellos cuando el 12 de junio hacían auto-stop. Algunos días después el vehículo que los recogió apareció quemado.
Hamas, orgullosos de su acción
Según informa el períodico local Haaretz, después de encontrar los cuerpos de los adolescentes, las fuerzas de seguridad israelíes convocaron una reunión de emergencia. Los cadáveres estaban enterrados en Halhul, Cisjordania, bajo una pila de rocas, a unos diez minutos de distancia del camino donde fueron vistos por última vez. Los familiares reconocieron a los estudiantes por sus vestidos. Los cuerpos pasaron a un forense para ser analizados. No hay reivindicaciones oficiales, pero todos apuntan el dedo contra los terroristas de Hamas, cuyo líder aseguró que estaría orgulloso de que los secuestradores fueran miembros de su organización.
El primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, indicó que los terroristas responsables deberán pagar por el delito, y el viceministro de defensa declaró: «Es necesaria una operación que dé a Hamas un golpe mortal. Debemos erradicar el terrorismo, demoler las casas de los asesinos, destruir sus depósitos de armas, bloquear su financiación».
Precisamente el comunicado del portavoz Lombardi recordó que «la violencia genera otra violencia y alimenta el círculo mortal del odio».