H. Robert Schieler, nuevo Superior General del Instituto de los Hermanos de las Escuelas Cristianas

Llévelo nuestra Santa Madre por buenos caminos para aumentar las vocaciones, a la vez que sea muy recto y controle la sana doctrina en la enseñanza.

Perfecto.
El Espíritu Santo guía a la Iglesia acorde con los nuevos tiempos. Las viejas Congregaciones y Órdenes progres ( lasalianos, marianistas, maristas, vedrunas, salesianos... ) ya cumplieron su papel, y se extinguen irremediablemente. Su papel ha sido ya sustituido por las diócesis ( centros diocesanos ), los padres ( Fundaciones Civiles ) y las ramificaciones nuevas ( Fundaciones Canónicas ).
Bendito Sea Dios.

Parece una foto tomada a un empleado de alguna empresa.

Lo que da la mala educación y la poca información son comentarios como los anteriores, pero como opinar es libre… Para todos los que formamos parte de la familia de La Salle, esa falta de respeto en gente que se llama católica es simplemente increíble. Pero claro, siempre hubo quien creyó que ellos eran Iglesia mientras los demás, con hábito o sin él, eran bulgo, gente prescindible. Me queda el consuelo, que no es poco, de que Jesús siempre prefirió al bulgo antes que a los jueces, letrados, fariseos y demás personajes de la casta "noble". Y bueno, la educación cristiana sigue siendo tan necesaria hoy como hace trescientos años, cuando el Espíritu se sirvió del carisma Lasaliano para acometer una tarea que nadie hacía.

Agradezco a los responsables la noticia.

Al mismo tiempo lamento que todavía algunos no entiendan el significado de la palabra Iglesia.

Soy antiguo alumno de La Salle, estudié con ellos y me educaron desde los 5 años hasta los 17. Guardo muy buenos recuerdos de los Hermanos. Además de darme educación espiritual me inculcaron una auto disciplina, que entonces no entendía, pero que luego me ha servido de mucho. Conocí hermanos santos, humildes y entregados, de otros tengo malas experiencias, que después la mayoría colgaron los hábitos. La gran sangría de los HH de las Escuelas Cristianas, empezó cuando precisamente se quitaron el hábito y se metieron en el mundo, desconociéndolo. No voy a decir la famosa frase; pero es cierto que el Pueblo de Dios necesita ver, para creer y acercarse. Luego aceptaron la educación mixta, cuando los HH estaban para formar chicos jóvenes, a partir de allí ya sabemos: que el último apague la luz . Abandonaron sus normas, sus oraciones, y ahí empieza la deriva.

Yo también estudié en La Salle y conservo un buen recuerdo de todo aquello. Creo que sentíamos en general una impresión de que muchos de los conocimientos que tenían que impartir iban superándoles. Pero los alumnos no salimos ni con odio, ni traumados, ni con especial resentimiento. Cuando cumplimos un aniversario de nuestra salida me topé con unos hermanos sin su hábito. Ahora veo que incluso se han quitado la corbata. Pero sucede que el hábito hace al monje. Hacia uno mismo y hacia los demás. Reconozco ser incapaz de confesarme con una persona que viste como yo, incapaz a su vez de confesar con su atuendo su superioridad para perdonar mis pecados.
Guardaré en todo caso mi recuerdo de aquellos que llevaban un barbero y tenían las virtudes y los defectos de todos los humanos. Ahora compruebo que es un recuerdo a enterrar con un agradecimiento que, paradójicamente, acabo de desenterrar.

Aunque muy a destiempo, voy a aclarar algunas cosas.

No sé de dónde se sacan algunas conclusiones como que las vocaciones dependen del hábito, o que los hermanos dejaron sus oraciones y se metieron en el mundo sin conocerlo. Quien afirma tales cosas, puede haber estudiado en un colegio La Salle pero dudo que conozca la realidad de la vida de los Hermanos. Si la vida religiosa dependiera del hábito (y ya lo dice le refrán al afirmar que el hábito no hace la monje) bien íbamos a terminar... Hoy, la vida religiosa en general está de capa caída, incluyendo la que lleva hábitos. Quizá si conociera más de cerca la vida real, sería más auténtica. No, la vida religiosa se muere por el laicismo de la sociedad, no por el mal comportamiento de los religiosos. Algunos, dicho sea de paso, estaban mejor fuera que dentro. No, cuando hay personas auténticas, la Vida Religiosa, con poco o muchos miembros, es una vida fabulosa. Antes, hay que acogerla con la pasión con la que Cristo cogió su cruz. Esa es la única realidad: ahora hay muchas más ofertas que hace cincuenta años, y la renuncia total de por vida no es el modelo más atractivo para los jóvenes. Igual es que la Vida Religiosa que hemos conocido evoluciona y se transforma. Dejemos que sea el Espíritu el que diga la última palabra.

Tengo 76 años de edad, A.A. en La Salle -Sagrado Corazón ( Mundo Nuevo ), Jerez de la Frontera. Siempre he vivido según aprendí de los HH., aunque sea un cristiano de a pie, del montón. Siempre les estado agradecidos, aunque haya hecho poco por ellos. Todos son buenos religiosos, enseñantes de verdadera vocación, volcados hacia los niños más pobres. Verdaderos valientes para los demás. Lo que más siento es la falta de vocaciones, pero el Señor lo sabe, más grave es la falta de natalidad que las vocaciones. Recuerdo también con cariño a los profesores seglares y al personal no docente. En mi época todos vivían y nos hacían vivir en el espíritu del Gran La Salle. Ánimos a todos los lasalianos y que pronto florecerán esas ansiadas vocaciones en cantidad y calidad. Viva el Instituto Lasaliano.