(Agencias) Rajoy ha admitido que se trata de una cuestión complicada dado que afecta a los «sentimientos» y ha respaldado la propuesta del titular de Justicia de recibir a los barones y dirigentes del PP que quieran introducir cambios en la ley.
Rajoy ha intentado, no ostante, zanjar el debate instando a sus compañeros de partido a que concentren sus mensajes en difundir las mejoras que está experimentando la economía española y a que, si tienen algo que decir sobre el anteproyecto de reforma de la ley del aborto lo hagan en los órganos internos del partido y no en los medios de comunicación.
Rajoy ha defendido asimismo el proyecto legislativo al asegurar que es «equilibrado» y que el PP es un partido que cumple con su compromiso de defender «el derecho a la vida», a diferencia, ha añadido, de otras formaciones.
Voces críticas
El presidente del gobierno no ha mencionado en ningún momento de su primera intervención la reforma del aborto que ha liderado el ministro de Justicia, Alberto Ruiz-Gallardón, y ha sido el presidente extremeño, José Antonio Monago quien ha roto el hielo para pedir al jefe del Ejecutivo que busque el máximo consenso en este asunto.
Monago ha señalado que intervenía porque se sentía «invitado» por el presidente valenciano, Alberto Fabra, con quien ayer mantuvo un enfrentamiento dialéctico sobre esta cuestión, y ha añadido que la ley que se apruebe debería servir para los próximos veinte años.
Poco ha tardado después la vicepresidenta primera del Congreso, Celia Villalobos, en aprovechar para pedir que se dé libertad de voto a los diputados del PP cuando la reforma llegue al Parlamento.
Ante estas opiniones críticas, Rajoy, según han explicado fuentes asistentes al encuentro, ha avanzado que Gallardón se pondrá en contacto con todos los barones del partido y que se hará lo posible para que la nueva ley concite «el máximo consenso», aunque también ha pedido a los suyos que no sigan debatiendo en público el asunto.
El presidente ha defendido la reforma que -ha insistido- cumple con el compromiso histórico del partido de volver a la ley de 1985 y a la doctrina del Tribunal Constitucional.
También la secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal, ha confirmado en la rueda de prensa posterior a la reunión la disposición del presidente a buscar el consenso, y ha asegurado que cuando el proyecto llegue a las Cortes Generales -aún está en fase de anteproyecto y pendiente de informes- el PP hará todo lo posible por suscitarlo.
Lo que «hoy por hoy» el partido no se plantea es la libertad de voto que ha pedido Villalobos ante el jefe del Ejecutivo y el ministro de Justicia sin añadir más comentarios sobre la reforma.
Tampoco es posible que el voto sea secreto al tratarse de un proyecto de ley, como ha recordado el presidente del Congreso, Jesús Posada.
Para apelar a la necesidad de un mayor diálogo han intervenido también el presidente de la Xunta de Galicia, Alberto Núñez Feijóo, y el castellanoleonés, Juan Vicente Herrera.
Voces que ha escuchado el titular de Justicia, que ha dicho que su despacho está «abierto» para hablar del anteproyecto de reforma, aunque también ha defendido ante los discrepantes que el Gobierno tiene la legitimidad de las urnas para hacer una reforma que es «humanista» y da más derechos a las mujeres.