(HO/InfoCatólica) El informe del Fondo de Población de NNUU asegura que existe una «brecha entre las actitudes adultas y las realidades adolescentes». Sobre esta premisa, renuncia a la abstinencia y predica anticoncepción, aborto y píldora del día después. «O abstinencia o programas integrales». Obviamente opta por los autocalificados «programas integrales» que consisten en:
- «Anticonceptivos de bajo costo y gratuito»
- Asesoramiento en salud sexual y reproductiva «respetando la confidencialidad», es decir, negando la patria potestad
- «Eliminación de las barreras legales y políticas» al aborto, es decir, su despenalización o legalización.
- «Condicionar las transferencias monetarias a los programas de salud sexual y reproductiva». Es decir, condicionar la ayuda al desarrollo a la práctica de abortos. ¿Ingerencia?
Todo ello trufado de estadísticas cuyas fuentes son la propia ONU o la internacional de abortos Planificación Familiar (IPPF por sus siglas en inglés) Y así se afirma que cada año se producen 3,2 millones de abortos de riesgo, y que como consecuencia de abortos insalubres cada año mueren 36.000 mujeres sólo en el Africa subsahariana. Las ‘tradicionales’ mentiras estadísticas.
Por otra parte, la experiencia y la ciencia ya nos ha demostrado que a mayor instrucción sexual, a mayor facilidad en el acceso a anticonceptivos, mayor es la tasa de embarazos inesperados, enfermedades de transmisión sexual y abortos. La propuesta de la ONU es una abierta irresponsabilidad.
Pero es que además, vienen a sugerir que la cifra de mortalidad infantil es tan alta que no vale la pena darles a luz. Según el informe las muertes de recién nacidos se incrementan un 50% en el caso de adolescentes. ¡Número redondo! Y otro número redondo: un millón de niños de madres adolescentes no llegan a celebrar su primer cumpleaños.
Más mentiras. Obviamente también recomienda la contracepción de emergencia. Según el informe «interrumpe la ovulación y reduce la probabilidad de embarazo en un 90%. No puede prevenir la implantación de un huevo fertilizado, dañar un embrión en desarrollo ni terminar un embarazo». Falso. La llamada píldora del día después tiene efectos antiovulatorios y antiimplantatarios, es decir, puede ser abortiva. Aborto químico, pero aborto.
Y por si fuera poco, el informe de NNUU denigra el matrimonio. «Los padres pueden valorar la educación de sus hijos o inculcar a las niñas la creencia de que su único destino es el matrimonio y la maternidad». Y más: «Pueden fomentar su autonomía o sucumbir a las presiones económicas y de la comunidad y forzarlas al matrimonio y a una vida de dependencia». Alternativas engañosas y manipuladoras. ¿Acaso no puede educar un padre a su hija en que valore la educación al mismo tiempo que valore la formación de su propia familia?
En resumen: una agenda de marcado contenido abortista y antifamilia, pero con clara voluntad de convertirse en políticas públicas de los estados. De hecho el informe concluye con indicadores de seguimiento con ratios de aplicación de la prevalencia del uso de anticonceptivos, de los llamados métodos modernos y de las «necesidades insatisfechas de planificación familiar».
Escribe a la directora ejecutiva del Fondo de Población de Naciones Unidas, Ms Thoraya Ahmed Obaid, y pídele una rectificación pública de un informe plagado de falsedades científicas, mentiras estadísticas e ideología antivida y antifamilia