(El Tribuno/InfoCatólica) Más allá de leyes de «despenalización» y otros engendros jurídicos que nos imponen los propulsores y quienes dirigen las políticas de drogadicción mundial, (presididos por George Soros como paladín de la reducción poblacional, en la que la drogadicción es una esencial herramienta junto a las políticas abortivas, eutanásicas, codex alimentario, etc.), es preciso la decisión del poder político cómplice, de atacar las causas, las condiciones existentes apropiadas para la expansión de este macabro flagelo.
Al decir de García Cuerva: «los chicos caen en la droga porque no tienen futuro». En estos 10 años, el futuro de toda una generación fue pulverizado en las redes de este negocio extremadamente grande, en el que funcionarios cómplices se ufanan de instruir en el cultivo de la muerte en los propios balcones y patios de las viviendas argentinas.
«Sin futuro la vida se torna muy dura y cuando esto ocurre, uno comienza a pensar que la vida no vale nada, y si esa vida no vale nada, la del otro tampoco y así somos testigos de hechos brutales que llegan a los chicos que consumen». «Es preciso actuar contra la demanda; hay una cantidad de pibes que por no tener un futuro y por una angustia profunda existencial, terminan en el consumo de drogas».
Esto está ligado a una respuesta existencial que no hay. A la falta de educación, a la falta de trabajo, vocación que fuera extirpada por el accionar de los planes clientelistas que punteros otorgan a mansalva según sus voluntades, aniquilando familias que terminan en esto porque no saben hacer otra cosa, es lo más inmediato, ya hasta aceptado como válido para la supervivencia.
La pinza narcótica
Con la reciente legislación uruguaya, el territorio y pueblo argentino será atacado desde el sur con una avalancha de cannabis que hará florecer las exportaciones agrícolas de la Banda Oriental. Y por el norte, el avance de la cocaína rematará el trabajo desde el otro extremo del país.
«No podemos decir que en estos 10 años no pasó nada: pasó y pasó mucho, por eso el futuro de nuestra juventud es cárcel o cementerio».
No es solo un capellán: los 13 puntos del «Drama del Narcotráfico y la Droga» dado a conocer por la Conferencia Episcopal Argentina el pasado 8 de noviembre, alertan acabadamente sobre esta situación, ya de «difícil retorno» como el documento la define.