(EP/InfoCatólica) Además, sostuvo que la presencia de la Policía Federal, el Ejército y la Marina no fueron efectivos porque «aumentaron los levantones (secuestros), los asesinatos, el cobro de cuotas (chantajes) se generalizaron y familias enteras tuvieron que emigrar por el miedo y la inseguridad que se está viviendo», según el comunicado del Obispo que recoge el diario mexicano 'Milenio'. El crimen organizado produce «miedo, tristeza, ira y desconfianza».
Los narcos se reparte el estado como un botín
El obispo incluso señaló que grupos criminales como 'La Familia Michoacana', 'Los Zetas', 'Nueva Generación' y 'Los Caballeros Templarios', principalmente, se disputan el estado como si fuera un «botín». Luchan por «la costa para la entrada de la droga y (...) el establecimiento de laboratorios para la producción de drogas sintéticas» y cuentan con impunidad en «todo el estado para el trasiego y el comercio de la droga, venta de seguridad, secuestros, robos y toda clase de extorsión», indicó.
El prelado recordó que son ya seis municipios donde la población tomó la determinación de organizarse para autodefenderse ante la extensión del crimen organizado y la incapacidad de las autoridades para restablecer el estado de Derecho y gracias a estas acciones en estas localidades se acabaron las «cuotas, extorsiones, levantones, secuestros, asesinatos y violaciones», según el obispo.
En este sentido, Mons. Patiño criticó también a las fuerzas federales que no son capaces de descubrir dónde se esconden los criminales y que «hasta la fecha no hayan liberado a nadie cuando se cuentan por decenas las personas levantadas» Pese a todo, el obispo da un «voto de confianza» al sistema y espera que se tenga «el firme propósito de solucionar el problema».
Incapacidad del gobierno de la nación
México continúa teniendo problemas graves de seguridad y la violencia asociada al narcotráfico no cede. Cerca de 60.000 personas fallecieron por muerte violenta durante el sexenio del expresidente Felipe Calderón, quien desplegó al Ejército para reprimir a los poderosos jefes de la droga, una política que el actual mandatario, Enrique Peña Nieto, ha criticado, pero a la que todavía no ha puesto fin.
Los estados de Michoacán, Guerrero o Chihuahua son las zonas más afectadas por los enfrentamientos entre los cárteles de la droga, fuertemente armados, y el Ejército.