(EP/InfoCatólica) La campaña, cuyo lema es «No hay nada más frágil que un menor sin la protección de su familia» y que cuenta con la colaboración de la Obra Social La Caixa y la Fundación Caja Navarra, ha sido presentada este lunes en rueda de prensa por la directora gerente del Instituto Navarro para la Familia e Igualdad (INAFI), Teresa Nagore, quien ha explicado que el «reto» que se ha fijado el Ejecutivo foral es encontrar a 50 familias dispuestas a acoger a menores.
En la actualidad, ha detallado Nagore, en Navarra hay 537 menores en situación de desprotección grave. De ellos, 292 están acogidos en centros residenciales y 245 en familias, bien con parientes próximos (152 menores) o en otras familias (100). En los tres últimos años se ha incrementado el número de estos menores y en 2012 ya fueron más los acogidos en residencias que en familias.
Mejor en familias que en centros residenciales
La intención del Gobierno foral, ha subrayado, es que el mayor número posible de menores desprotegidos estén acogidos en familias, en vez de en centros residenciales, al ser «el entorno más adecuado para su desarrollo, especialmente en los casos de los menores de seis años».
«Es mejor el acogimiento familiar que el residencial porque con las familias se crea un vínculo emocional y se favorece el desarrollo físico y emocional de los menores», ha resaltado Teresa Nagore, para destacar que, además, ofrece a los niños «una calidad de vida mejor».
El acogimiento, ha explicado la directora gerente del Instituto Navarro para la Familia e Igualdad, es una medida temporal hasta que desaparezca la causa que originó la desprotección del menor y pueda regresar, si es posible, a su familia de origen. Según los casos, la estancia en la familia de acogida se puede prolongar desde los tres meses hasta, incluso, el momento en el que el menor alcance la mayoría de edad.
Teresa Nagore ha precisado que el acogimiento «no equivale a la adopción de estos menores», ya que el niño o niña acogido «no sólo conserva a sus padres durante su estancia en otra familia, sino que éstos le continuarán viendo mediante un régimen de visitas».
Tipos de acogida
El Instituto Navarro para la Familia e Igualdad prevé hasta cinco modalidades de acogimiento diferentes con el fin de poder elegir el más apropiado para cada situación. Se trata del acogimiento simple, que tiene una duración inferior a los dos años, periodo en el que se espera que el menor pueda volver con sus padres; el acogimiento permanente, que puede durar hasta la mayoría de edad del niño debido a que se prevé difícil el retorno del menor a su familia de origen; y el acogimiento de urgencia, dirigido a menores de hasta seis años y con una duración máxima de seis meses.
Además, a partir del próximo año se pondrán en marcha en la Comunidad foral el acogimiento profesionalizado, destinado a menores con necesidades y situaciones especiales y cuyos acogedores deben ser personas con cierta titulación y experiencia; y el acogimiento de fin de semana y periodos vacaciones, dirigido a niños mayores que necesitan la referencia de una familia aunque no implique una convivencia estable.
Requisitos de las familais acogedoras
Las familias acogedoras deben reunir unas condiciones básicas como son la capacidad para dar afecto y apoyo a sus miembros, contar con una estructura bien integrada, capacidad para transmitir normas sociales y valores o disfrutar de un entorno favorable a la integración del menor. Asimismo, la motivación de la familia acogedora debe de estar basada en la solidaridad y no en posibles carencias afectivas o económicas.
Deben ser también individuos o parejas con suficiente madurez personal y estabilidad, que tengan una salud adecuada, que lleven una vida estable y que dispongan de medios suficientes. Es necesario que residan en Navarra, salvo en situaciones especiales del menor, que muestren una actitud de colaboración con los profesionales del sistema de protección, que respeten la historia personal del niño o niña y que acepten las relaciones con su familia biológica.
Finalmente, es necesario que las familias asuman la responsabilidad de atender y criar al menor, que dispongan del tiempo necesario y que tengan claro que el objetivo final no es la adopción del niño o niña.
El acogimiento familiar entraña una serie de dificultades como pueden ser afrontar las vivencias del menor, las visitas de sus padres o que las familias acogedoras no disponen de libertad para adoptar cualquier decisión respecto a estos niños.
Por este motivo, y mientras dure el acogimiento, el INAFI ofrece a las familias acogedoras apoyo técnico y la formación necesaria, tanto antes de comenzar el proceso como al concluirlo. Asimismo les da una compensación económica mensual para paliar los gastos del acogimiento y otras extraordinarias para hacer frente a posibles intervenciones o tratamientos no cubiertos por los servicios públicos.