(La Voz de Almería) Al filo de las doce de la mañana, el obispo llegó al santuario dedicado a la Virgen de la Cabeza en el cerro de Monteagud. Tras rezar en solitario ante la imagen por unos momentos, Mons. González Montes se reunió en la explanada del lugar con el nutrido grupo de personas que lo esperaban.
Además de varios feligreses, y algunos de los primeros peregrinos que comenzaban a «hacer el cerro», se encontraban allí los alcaldes de Benizalón (a cuyo término municipal pertenece el santuario), Tabernas, Benitagla, Alcudia de Monteagud, Tahal, Lucainena de las Torres, Turrillas, Los Gallardos, Bédar, Albanchez, Sorbas y Lubrín.
Tradición
El acto que los congregaba estaba revestido de significados, y tradición: la bendición y colocación de la primera piedra de la nueva ermita que se construirá en el lugar, para sustituir el actual camarín. Una construcción que recordará a la antigua ermita que allí existía, destruida en la Guerra Civil y luego, tras años de deterioro, finalmente demolida en 1959.
Acompañado por el rector del santuario, Francisco Martínez Botella, y por los párrocos de varios de los pueblos cercanos, el obispo roció el agua bendita sobre la caja de metacrilato que quedó encerrada en la urna. En su interior, junto a la prensa del día, monedas e imágenes de la Virgen de la cabeza, se colocó también el acta de la ceremonia.
Mientras todos cantaban la Salve, el alcade de Benizalón, Emilio Cid Alonso, colocó la urna en el agujero excavado en el suelo, y todos esparcieron una paletada de cemento sobre ella. Para concluir, Mons. González Montes ofició una misa en el altar del santuario.