(Aleteia/Infocatólica) «Tiene unos efectos psicológicos en la mujer, en el hombre y en toda la familia de una persona que aborta, porque esta persona empieza a tener cambios en su comportamiento que van a afectar a todos», explica en esta entrevista y muestra que «el concepto de invierno demográfico, sin duda alguna, también es un efecto del aborto, ya que al ir eliminando seres humanos que pueden nacer va creciendo la población mayor».
La doctora aborda los efectos inherentes al procedimiento: «hay un riesgo de perforación de la matriz, de perforación de la vejiga, de perforación del intestino grueso, de sangrado y de hemorragia», explica, «también un riesgo de infección, que son complicaciones quirúrgicas que puede sufrir la mujer».
Asimismo muestra los problemas a medio plazo relacionando el aborto con «el cáncer de pecho, con partos prematuros o con infertilidad inexplicada» y los problemas psicológicos tanto para el hombre como para la mujer: «El aborto genera una herida en el corazón de madre y en el corazón del padre y los síntomas son las dificultades para conciliar el sueño puesto que están llenas de culpa y dolor».
Con respecto al hombre, la doctora muestra que, tras un aborto: «el hombre se vuelca en el trabajo, en actividades impulsivas como el deporte, o en la promiscuidad y empieza a tener dificultades en sus relaciones con la mujer».
Para la directora del Departamento de Promoción y Defensa de la Vida, también existen unos efectos a largo plazo que están relacionados con un «mayor uso de alcohol y drogas, depresión, ansiedad o conductas suicidas».