(Infobaes/InfoCatólica) Su presentador, Aamir Liaquat Hussain, explicó que no es una estrategia para aumentar la audiencia, sino que su ciclo de la pantalla chica ya era exitoso antes de comenzar con la entrega de niños.
«Ya estábamos liderando el rating antes de regalar un bebé», aseguró Aamir. Él insiste en que salva a los bebés abandonados y que lo suyo es «una causa noble». No quiere que los niños queden en la basura, porque «no pertenecen ahí».
Riaz, un ingeniero civil, y su esposa Tanzeem, esperaron 14 años para tener un hijo. Se negó a divorciarse de ella a pesar que no pudo concebir uno. Participaron del show y recibieron a Fátima, encontrada en un basurero en la ciudad de Karachi.
«Cuando llegó a mis brazos en el programa, sentí como si un alma hubiera entrado a mi cuerpo, como la llegada de un ángel. Ella nos ha traído mucha paz. Ella significa más para mí que mi propia alma», dijo Riaz.
En este generoso gesto hay carencia del marco legal. Los bebés fueron entregados sin regulación estatal, y esto se debe a la adopción no existe bajo la ley islámica.
Aunque las parejas pueden acudir a los tribunales para convertirse en tutores legales de niños no deseados, pocos lo hacen.
Sharjeel Memon, ministro de Información de Sindh, considera que es hora de cambiar la legislación y dijo: «Queremos que este proceso sea más transparente, y tiene que haber algún tipo de legislación que la gente deba atravesar.»
Por ahora no hubo protestas sobre este insólito programa de TV, que se propone disminuir el número de 300 niños muertos que la Fundación Edhi encuentra sólo en la ciudad de Karachi cada año.