(EP) «La mayoría de las mujeres bengalíes son muy pobres. Tienen muchos hijos, en algunas zonas hasta diez. Eso no hace muy fácil el cuidado de los niños, por lo que la política de dos o tres hijos está bien, desde mi punto de vista», ha dicho.
Yi es el primer miembro del Gobierno de Birmania que se pronuncia públicamente sobre esta medida, que ha suscitado el clamor de la comunidad internacional al considerar que viola los Derechos Humanos de esta minoría religiosa.
La nueva política de planificación familiar fue anunciada el 27 de mayo por el portavoz estatal Win Myaing, como parte de un paquete de medidas que ha recomendado una comisión gubernamental para frenar los enfrentamientos entre musulmanes y budistas, que se reavivaron el año pasado.
«Uno de los factores que han avivado las tensiones entre musulmanes y budistas ha sido la sensación de inseguridad que ha generado entre muchos budistas el rápido crecimiento del número de musulmanes, que ven como una grave amenaza», explicó Myaing.
Otra de las medidas que ha recomendado la comisión gubernamental es prohibir la poligamia en las ciudades de Buthidaung y Maundaw, ubicadas en la frontera con Bangladesh, donde el 95 por ciento de la población es musulmana.
Abortos ilegales
Trabajadores humanitarios han denunciado que la restricción de dos hijos para las parejas musulmanas ha llevado a las mujeres a someterse a abortos ilegales, peligrosos para su salud, a pagar sobornos o a ser arrestadas.
«Vemos cómo las mujeres vienen a nuestras clínicas con infecciones y complicaciones médicas porque han tenido abortos», ha dicho la 'número dos' de la delegación birmana de Médicos Sin Fronteras (MSF), Vickie Hawkins.
La ONG estadounidense Human Rights Watch (HRW) ha añadido que las mujeres musulmanas también se ven forzadas a pagar sobornos para que los funcionarios registren a sus hijos como de otra pareja o, si no pueden, a esconderlos en sus casas.
Política discriminatoria
Birmania, cuya población es mayoritariamente budista, no reconoce a los musulmanes 'rohingya' como una de sus 135 minorías étnicas, sino que sostiene que son inmigrantes bangladeshíes que entraron en el país de forma ilegal, por lo que –argumenta– no merecen la ciudadanía.
La comunidad internacional ha instado al Gobierno de Thein Sein a abordar la marginalización de los 'rohingya', en el marco del proceso de reformas políticas y económicas que emprendió en marzo de 2011, cuando asumió el poder tras décadas de Junta Militar.