(ACI/InfoCatólica) El Cardenal Abril hizo estas declaraciones dentro del marco de la presentación en Roma de la película «Un Dios prohibido».
La película relata la valerosa historia de 51 mártires de la Comunidad Claretiana de Barbastro, Aragón, España, quienes murieron fusilados a manos de los seguidores del Comité antifascista durante la Guerra Civil Española.
Sobre este filme, el Cardenal Abril y Castelló anticipó que «suscitará entre los jóvenes y no tan jóvenes polémica, pero al mismo tiempo hará pensar mucho. Es también un tema religioso que se resuelve en tantos momentos dramáticos, como era la situación de Barbastro y de estos mártires, pero que al mismo tiempo, es un testimonio extraordinario para la vida de muchas personas el pensar que se puede vivir con ideales, que se puede ser fieles a ellos, y que aunque cueste la vida vale la pena vivir por lo que vale la pena vivir».
El Purpurado nació en Teruel, una de las provincias que componen Aragón y donde ocurrieron gran parte de los desencuentros entre las dos facciones españolas. «Estos mártires han demostrado –a España y al mundo entero- que la fe es algo muy serio, y no solo eso, sino también el respeto a la vida, porque el mismo grito callado de ellos era que el martirio injusto es algo que debe hacer pensar a las personas, y creo que la conciencia que hoy puede tomar España y otros países es que la vida humana hay que respetarla. También los valores religiosos hay que respetarlos», añadió.
«En la situación de Barbastro vivieron una historia extraordinaria que creo que puede ser un ejemplo para la sociedad de nuestros días», subrayó.
En estos días la Congregación para las Causas de los Santos ha hablado acerca de los diversos grupos de mártires asesinados en Barbastro «y sabemos todos lo que fue aquella tragedia, creo que esto ayudará mucho para aprender y no repetir lo que no se debiera haber producido ya la primera vez», expresó.
El Purpurado también se refirió a las nuevas formas de hostilidad contra los creyentes y consideró que si bien «no se puede hablar de persecución religiosa clara, en algunos momentos sí hay una negación de valores, que son auténticos valores y que no son los que se proponen y los que se siguen tantas veces en los medios de comunicación social».
«Sería importante que aprendiéramos un poco más del respeto, y el respeto a las conciencias, y hasta yo diría de admiración hacia aquellos que son capaces de hacer obras grandes callándose y sufriendo por los demás», concluyó.