(PD/Christian Post) En 2010, la 219 ª Asamblea General, formada por la mayoría de los presbiterios, votó a favor de aprobar la Enmienda 10 bis, que permite la ordenación de clérigos abiertamente homosexuales. Debido a esta modificación, muchas congregaciones conservadoras decidieron salir de la Comunión, la más grande de las presbiterianas en Estados Unidos y una de las más antiguas denominaciones protestantes en el país.
Emily Enders Odom, coordinadora de comunicaciones de la Asamblea, explicó en un comunicado la situación, indicando que a pesar de dolor que supone la ruptura producida, sólo «el 29 por ciento de los 173 presbiterios» se habían opuesto a la norma.
Sin embargo, otros ven una gran importancia en el crecimiento repentino de los conservadores denominaciones presbiterianos en los Estados Unidos.
Posiciones conservadoras en auge
En enero de 2012, el grupo de la Confraternidad de Presbiterianos de Estados Unidos, una organización conservadora, celebró su encuentro, con alrededor de 2.100 presbiterianos de 500 congregaciones en Orlando. El resultado de la conferencia fue la creación de un «nuevo cuerpo reformado» conocido como la Orden del Pacto Evangélico de Presbiterianos (ECO).
Jim Miller, del Instituto sobre Religión y Democracia, escribió en febrero que ECO, cuyas iglesias miembro procedente exclusivamente de congregaciones disgregadas de la Iglesia Presbiteriana PCUSA, se hacía cada vez más fuerte. ECO celebró su primer sínodo nacional del 30 de enero al 1 de febrero de 2013 en Orlando, con una asistencia de 1.200 personas.
«ECO ahora tiene ahora 28 iglesias miembros, todas salidas de la Iglesia Presbiteriana. Hay otras 48 iglesias que se encuentran en proceso de transición y otras 75 más están discerniendo una posible unión. Se trata de un movimiento en crecimiento», advierte Miller.
Mientras, las congregaciones del PCUSA están sufriendo una disminución en el número de miembros regulares. Al cierre de 2012 contaban con unos 1,84 millones, frente a 1,95 millones a finales de 2011. Esto representa una pérdida de más de 102.000 miembros.
Además de los 110 congregaciones que han salido de sus respectivos presbiterios, se disolvieron ochenta y seis iglesias. Este es un aumento del 75 por ciento de disoluciones respecto a 2011.
El Secretario de la Asamblea general Gradye Parsons sostiene que esta tendencia va en consonancia con la pérdida de miembros experimentada en la mayoría de las confesiones religiosas en Estados Unidos. «Las estadísticas de 2012 nos desafían como presbiterianos para conectar con ese número cada vez mayor de personas que no tienen ninguna afiliación religiosa», explicó Parsons.