(Infocatolica/ABC) Recordando el sentido del tiempo litúrgico de la Cuaresma, que empezó el Miércoles de Ceniza, el cardenal de Nueva York se plantea que la «Iglesia está experimentando el paso de la muerte a la vida con la despedida de un amado Pontífice y la elección de uno nuevo». «Estos días de transición permitirán a la Iglesia y también a sus propios miembros y líderes morir al pecado, a la corrupción, el escándalo y el mal para que pueda elevarse a la vida nueva».
Dolan considera además «providencial» que esta elección del nuevo Pontífice se produzca durante el mes de marzo, dedicado a San José, cuya fiesta se celebra el próximo 19 de marzo. «San José es un hombre de silencio y necesitamos reflexionar en silencio no solo el Colegio de Cardenales si no también todos los miembros de la Iglesia», apunta.
Ademas recuerda que San José «se ocupaba de las emergencias». El nacimiento de Jesús tuvo lugar en el exilio en un establo durante la huida a Egipto para escapar de un tirano asesino, y luego la pérdida de Jesús en el templo. «Pese a todo siempre conservó la calma, la confianza en Dios y la responsabilidad. Qué ejemplo cuando vemos tantos casos de emergencia en la Iglesia y en el mundo hoy», apunta.
«San José, siempre atento a la voluntad de Dios, es el Patrono de la Iglesia Universal. ¿No sería genial tener un nuevo Papa por su festividad?», se pregunta.
Novena a San José (Pro eligendo Pontifice)
Hacer la señal de la cruz.
Oración Inicial de todos los días
Santísima Trinidad, Padre Hijo y Espíritu Santo, tres personas distintas un solo Dios verdadero, en quien creo y espero y a quien amo con todo mi corazón.
Te doy gracias por haber honrado sobre todos los santos a San José con la dignidad incomparable de padre adoptivo de Jesús, Hijo de Dios, y esposo verdadero de María, Madre de Dios. Ayúdame a honrarle y merecer su protección en vida y en la hora de la muerte.
San José patrón de la Iglesia, jefe de la Sagrada Familia, te elijo por padre y protector en todo peligro y en toda necesidad.
Descubre a mi alma la pureza de tu corazón, tu santidad para que la imite y tu amor para agradecerte y corresponderte.
Enséñame a orar, tu que eres maestro de oración y alcánzame de Jesús por María la gracia de vivir y morir santamente. Amén.
Meditación del día correspondiente
Pedimos para que pronto la Iglesia tenga un Papa Santo
Oración Final de todos los días (de León XIII)
A ti, bienaventurado san José, acudimos en nuestra tribulación, y después de implorar el auxilio de tu Santísima Esposa, solicitamos también confiadamente tu patrocinio. Por aquella caridad que con la Inmaculada Virgen María, Madre de Dios, te tuvo unido, y por el paternal amor con que abrazaste al Niño Jesús, humildemente te suplicamos que vuelvas benigno los ojos a la herencia que con su sangre adquirió Jesucristo, y con tu poder y auxilio socorras nuestras necesidades.
Protege, oh providentísimo custodio de la divina familia, a la escogida descendencia de Jesucristo; aparta de nosotros toda mancha de error y de corrupción, asístenos propicio desde el cielo, fortísimo libertador nuestro, en esta lucha contra el poder de las tinieblas; y como en otro tiempo libraste al Niño Jesús del inminente peligro de la vida, así ahora defiende a la Iglesia santa de Dios de las asechanzas de sus enemigos y de toda adversidad, y cada uno de nosotros protégenos con tu poderoso patrocinio para que, a ejemplo tuyo y sostenidos con tu auxilio, podamos santamente vivir, piadosamente morir y alcanzar en los cielos la eterna bienaventuranza. Amén.
Meditación de cada día
Día Primero: Fe de San José
La fe es una virtud sobrenatural que nos inclina a creer todo lo que Dios ha revelado y la Iglesia nos propone. Es la virtud sobre la que se apoyan todas las demás virtudes, pues sin ella no participamos de la vida de la gracia. San José creyó con una fe tan viva que sólo la Santísima Virgen pudo aventajarlo. Toda su vida fue verdaderamente una vida de fe, un acto continuo de fe.
Día Segundo: Fervor de San José
El fervor es la prontitud de la voluntad en el servicio de Dios. San José, siervo bueno y fiel, siempre vivió y trabajó por hacer con perfección y diligencia la voluntad de Dios, aunque le ocasionara grandes sacrificios. Los que aman como San José están dispuestos a sacrificar todo cuanto el Señor les pida.
Día Tercero: Amor de San José al prójimo
El amor con que amamos a Dios y el amor con que amamos al prójimo es un solo amor: son dos ramas de una misma raíz porque si al prójimo no le amamos por Dios y con Dios no le amamos con amor verdadero.
El amor de San José a Dios es el mayor que se puede encontrar después de la Virgen María; su amor al prójimo, por tanto, es también el mayor después del de la reina del Cielo.
Día Cuarto: Prudencia de San José
La prudencia es al virtud que dirige todas las cosas a buen fin. Ninguna virtud obra sin que ella le ordene el modo y el tiempo en que debe hacerlo.
La prudencia sirvió de guía a san José para llevar a cabo felizmente la misión del Señor de ser custodio de Jesús y esposo de María, a pesar de los grandes trabajos y contradicciones que halló a su paso.
Día Quinto: Fortaleza de San José
La fortaleza es una firmeza de ánimo, una presencia de espíritu, contra todos los males y contrariedades. La vida de San José, después de la de Jesús y María, fue la que mayores contradicciones experimentó; debía ser también varón fuerte. Belén, Nazaret, Egipto, demostraron el heroísmo de la fortaleza del Santo, que sufrió con constancia todos los dolores y trabajos de su vida.
Día Sexto: Pureza de San José
San José fue custodio de Cristo Jesús, y verdadero esposo de la más pura criatura, María Madre de Dios. San José apareció a los ojos de Dios adornado con tanta pureza que el Señor le confió sus más grandes tesoros. Con este ejemplo sublime de pureza. ¿No nos animaremos a ser puros en pensamientos, palabras y obras?
Día Séptimo: Pobreza de San José
Bienaventurados son los pobres de Cristo, que viven desprendidos de los bienes de este mundo y dan a sus hermanos aún de lo preciso. San José tenía ante sí el ejemplo de María y el ejemplo de Jesús, hijo de Dios, que para predicar el desprendimiento y amor a la pobreza se hizo pobre, teniendo por cuna un pesebre en su nacimiento. Vivió pobre San José y dio de su pobreza a los más necesitados.
Día Octavo: Paciencia de San José
Es esta una virtud que nos hace sobrellevar con alegría y paz todos los males de la vida por amor de Dios. Es necesaria la paciencia para alcanzar el cielo; y no hay virtud de mas frecuente ejercicio desde que existe el pecado. En la vida de san José hubo muchas penas pero él padeció con paz, con alegría y completamente resignado a la voluntad de Dios.
Día Noveno: Conformidad de San José con la voluntad de Dios
Todos tenemos absoluta necesidad de esta santa virtud, pues con ella nuestra vida se hace un cielo y sin ella se vuelve un infierno. San José, modelo acabado de todas las virtudes, lo es especialmente de la conformidad con la voluntad de Dios. Toda su vida sembrada de alegrías y de penas, es escogido por Dios Padre para que hiciese sus veces en la Sagrada Familia, asociado a la suerte de Jesús y de María, practicó constantemente esta virtud.