(Zenit/InfoCatólica*) Por parte española participará en la organización monseñor Juan José Omella Omella, obispo de Calahorra y La Calzada-Logroño.
Este encuentro, según la COMECE, tratará principalmente sobre "la dimensión social de la persona humana", según "la fe cristiana y las enseñanzas sociales de la Iglesia católica".
La fecha y el lugar elegidos "revisten un particular significado simbólico. No sólo recuerdan el inicio de la Segunda Guerra Mundial en 1939 y el final del régimen comunista en 1989", sino "también la primera visita de Juan Pablo II a su país natal en 1979, que provocó el nacimiento de Solidarnosc, el movimiento social que unió a millones de trabajadores polacos".
En los momentos actuales, la antigua división de Europa "fruto de los Acuerdos de Yalta, ha sido superada", aunque el camino "no ha concluido", señalan los obispos.
"Cada generación debe reconquistar la libertad y la paz, y la nuestra no es una excepción", afirman.
Hoy, ochenta años después del 'crak' de la Bolsa de Wall Street en 1929, "el mundo se encuentra sumido en el corazón de una crisis económica y financiera con consecuencias políticas y sociales muy preocupantes, acompañada de tensiones nacionalistas y proteccionistas".
Para combatir esta crisis, añaden los obispos, "es necesaria una combinación de valores personales y políticos incluidos en el término 'solidaridad', que se funda en la dignidad humana y en la libertad, y que está en el centro de la doctrina social de la Iglesia".
Esta solidaridad, advierten, concierne "a todos los seres humanos, tanto los que no han nacido como los que están en el fin de su vida; a nuestros contemporáneos y a las generaciones futuras; a los residentes y a los inmigrantes; a todos los países, grandes y pequeños".
Requiere también "la protección y defensa de la familia" así como la "protección de la naturaleza", y debe extenderse "a todo el mundo fuera de los límites del continente".
"En Gdansk no sólo queremos buscar los caminos de una solidaridad europea ante la crisis mundial, sino también animar la participación de Europa en una civilización del amor que no abandone a nadie en ningún lugar del mundo y que incluya a las futuras generaciones", concluye el comunicado.