(P. J. Ginés/La Razón) Los embarazos de niñas (casi siempre a causa de violaciones reiteradas) son complejos pero con atención médica suelen salir bien. "Era un embarazo de riesgo, sin duda, pero el parto probablemente habría salido bien ingresando a la niña con antelación, monitorizada, y con una cesárea, quizá, a las 26 semanas", explica el doctor Josep Maria Simón, presidente de la Federación Internacional de Médicos Católicos (FIAMC). "A veces, estos casos difíciles se resueven asombrosamente bien, porque son muy motivadores y los obstetras se vuelcan profesionalmente, por el reto que suponen", añade.
Ayuda mucho, además, que el niño esté sano. "Un niño sano es muy fuerte, mucho más de lo que la gente cree, aunque es evidente que no es buena edad para dar a luz", dice el médico. "La edad idónea para tener el primer hijo, según la naturaleza, serían los 19 años, aunque en nuestra cultura pueda resultar inadecuado por diversas razones", afirma el doctor Simón.
Hay algunos casos así cada año. La cesárea y las incubadoras hacen posible el final feliz para la niña y los bebés. El 13 de abril de 2005, en el Hospital Regional de Antofagasta, Chile, una niña embarazada a los 9 años por las violaciones reiteradas de su padrastro dio a luz un bebé de buen peso. El parto se realizó por cesárea programada, bajo la vigilancia de dos obstetras y sin complicaciones.
En diciembre de 2006, el mismo día que cumplió 9 años, una niña peruana daba a luz por cesárea un bebé de 2,5 kilos en el Instituto Perinatal de Lima. En Brasil mismo, en julio de 2006 una niña de 9 años dio a luz por cesárea en un hospital de Manaos a un bebé de 2,2 kilos, sin más complicaciones. El caso de Recife era más complicado, al tratarse de gemelos y una niña poco robusta (33 kilos) de poca capacidad pélvica.
La niña de nueve años abortó el pasado miércoles en un hospital público de Recife, capital del estado de Pernambuco (nordeste de Brasil), un día después de que el arzobispo de Recife, José Cardoso Sobrinho, intentara convencer a la madre de la menor de que apostara por la vida. El arzobispo Cardoso comunicó a "todos los adultos implicados" que su actividad significa la excomunión "latae sententiae".
El viernes el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva, lamentó que la Iglesia excomulgase a los implicados. "La medicina está más correcta que la Iglesia", dijo.
"El presidente debe buscar la asesoría de algún teólogo para hablar con más propiedad sobre el tema", respondió en su homilía de ayer en Recife el obispo Cardoso. El obispo recordó que los excomulgados pueden volver a la Iglesia si "muestran arrepentimiento".