Para resolver los problemas entre iglesias ortodoxas

El Patriarca de Constantinopla espera que la elección de Kiril facilite un Gran Sínodo ortodoxo

El Patriarca ecuménico de Constantinopla, Bartolomé I, augura que la elección de Kiril como nuevo patriarca de Moscú y de Todas las Rusias traiga una mayor "unidad" y "concordia", y concretamente, un paso adelante hacia la celebración del "grande y santo Sínodo" que reúna a todas las Iglesias ortodoxas. Así lo hizo saber el propio Bartolomé I en su mensaje al nuevo patriarca ruso con motivo de su entronización en Moscú el pasado 1 de febrero, y del que se hace eco el diario L'Osservatore Romano en su edición de hoy, así como la agencia Asianews.

(InfoCatólica*) El mensaje le fue entregado al Patriarca Kiril por el arzobispo Ireneo de Creta, jefe de la delegación del Patriarcado ecuménico en Moscú.

"Las expectativas de la Iglesia de Constantinopla son muchas y focalizadas sobre todo en la unidad y la concordia, así como en el camino común hacia la organización y la convocatoria del Gran Sínodo, anunciado desde hace tiempo", afirma el mensaje.

La celebración del Gran Sínodo "debe acelerarse para preservar la credibilidad de la Iglesia ortodoxa y la cooperación a la hora de conducir los diálogos teológicos con las demás Iglesias cristianas", añade el patriarca.

Otros motivos que hacen necesaria la unión entre los cristianos ortodoxos son, asegura el patriarca ecuménico, "la solución pacífica de divergencias bilaterales y otras cuestiones surgidas en el tiempo".

Además, los cristianos deben afrontar juntos "los problemas de naturaleza socioeconómica que afectan al mundo contemporáneo", así como a los "desafíos de la bioética".

Para Bartolomé I ha sido motivo de gran alegría la elección de Kiril, a quien califica como "un hombre activo y creativo. Un hombre de probado valor eclesial, caracterizado por la sabiduría y por su contribución a la unidad de los cristianos".

En este sentido, señala la agencia Asianews, no ha sido irrelevante que la ceremonia de entronización de Kiril se haya caracterizado por dos signos simbólicos: la exclamación en griego de la palabra Axios (Digno), según el antiguo ritual bizantino, y la entrega del báculo pastoral, regalado en el siglo XIV por el Patriarca ecuménico Athanasios al entonces obispo de Moscú, Pedro.

Desacuerdos

La Iglesia Ortodoxa Rusa, que nació según la tradición en el año 988 con la conversión de Vladimir el Grande, dependía inicialmente del patriarcado de Constantinopla, hasta el año 1589. Actualmente es una de las 14 iglesias ortodoxas autocéfalas, y la más numerosa en número de fieles (más de 80 millones de los 200 millones de ortodoxos que hay en el mundo).

El Patriarcado de Moscú, aunque reconoce al patriarca de Constantinopla el papel de "primus inter pares" (primero entre iguales), sostiene diferencias graves con el mismo acerca del alcance canónico del canon 28 del Concilio Ecuménico de Calcedonia.

El último conflicto serio entre ambos patriarcados tuvo lugar en 1996 con motivo de la independencia de Estonia, cuya Iglesia había pedido entrar bajo la jurisdicción del patriarcado de Constantinopla, abandonando el de Moscú, algo que el patriarcado de Moscú no reconoce.

Precisamente esta controversia condujo a que la Iglesia ortodoxa rusa se retirara de la Comisión Mixta Internacional para el Diálogo Teológico entre la Iglesia católica y las Iglesias ortodoxas, en protesta por la participación de los estonios, en la reunión celebrada en Rávena (Italia) del 8 al 14 de octubre de 2007.

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