(La Razón) Benedicto XVI está preocupado por la situación de algunos países africanos, en concreto de Somalia, Burundi y Darfur. Así lo manifestó ayer durante el rezo del Regina Caeli en la plaza de San Pedro del Vaticano. «Las noticias que llegan de algunos países africanos continúan siendo motivo de profundo sufrimiento y viva preocupación. Os pido que no olvidéis estos trágicos sucesos y a los hermanos y hermanas que están implicados», reclamó el Pontífice.
El Papa hizo alusión a la población de Somalia, que está «desde hace años oprimida por la brutalidad y la miseria», y recordó a los «centenares de miles de personas indefensas y abandonadas a su suerte» que viven en Darfur. Por último, explicó cómo los bombardeos de los últimos días sobre Burundi «han aterrorizado a los habitantes de la capital, Bujumbura, y alcanzado la sede de la Nunciatura Apostólica». Por todo ello, añadió el Papa, «os pido que recéis por ellos y seáis sus voces».
Un gesto con la Iglesia de Irak
Los compromisos públicos de Benedicto XVI comenzaron ayer mucho antes. El Papa presidió la ordenación de 29 nuevos sacerdotes, entre ellos, Robert Jaiis, de la Iglesia caldea de Irak. Un gesto muy aplaudido, ya que supone el reconocimiento a una Iglesia que ha sufrido en los últimos años una fuerte oleada de violencia: sacerdotes y obispos asesinados o secuestrados -el último, el arzobispo de Mosul-, y numerosas iglesias tiroteadas.
A los nuevos sacerdotes les animó a ser «colaboradores de la alegría de los otros, en un mundo muchas veces triste y negativo». «Vuestra misión -añadió- es anunciar el Evangelio a todos, para que todos experimenten la alegría de Cristo y haya alegría en todas las ciudades». Recordando las palabras de San Pablo a los Corintios, el Pontífice recalcó que «nosotros no queremos ser dueños de vuestra fe, sino los colaboradores de vuestra alegría».