(AP/InfoCatólica) Testigos en el pueblo de Marashda, en la provincia de Qena, dijeron que varios comercios y automóviles de cristianos coptos fueron incendiados durante la noche después que ciudadanos musulmanes acusaron a un comerciante sexagenario de haber agredido sexualmente a la pequeña.
La violencia volvió a estallar después de las oraciones del viernes cuando, según testigos, los manifestantes rodearon la iglesia central de Abu Fam, que apedrearon y trataron de invadir. Algunos se treparon a los muros de la iglesia y destruyeron una cruz en la cima. La policía lanzó gases lacrimógenos para contener a la multitud.
El director de seguridad de Qena, general Salah Mazid, aseguró que la policía investiga la acusación contra el comerciante, que se presentó en una estación policial cercana.
Un residente que vive cerca de la iglesia acusó a islamistas extremistas de haber difundido la versión para incitar un ataque contra el templo.
«Nos están aterrorizando. Tratan de hallar un motivo para atacarnos», dijo el ciudadano, que pidió no ser identificado por temor a represalias. «En un momento este pueblo se convirtió en una bola de fuego».
«Sabemos quiénes están detrás de esto», dijo, refiriéndose al Grupo para la Promoción de la Virtud y Prevención del Vicio, una organización que, según afirmó, en los dos últimos meses ha visitado cafés y ha prohibido fumar. Agregó que obligan a los musulmanes a ir a las mezquitas para orar.
Los residentes de Qena están entre los más pobres de Egipto. También tienen una población cristiana copta significativa.