(Agencias) Rousseff afirmó que Brasil «aprendió a admirar» a Casaldáliga y al obispo Tomás Balduíno, también homenajeado hoyayer por su apoyo a los indios, y dijo que ella misma se enorgullece de ser «contemporánea» de ambos.
La mandataria manifestó que el Estado brasileño dedicará «todos los medios y fuerzas policiales y civiles disponibles» para garantizar la seguridad y protección de los que trabajan «en defensa de los excluidos».
Asimismo, Rousseff aseguró que la defensa de los Derechos Humanos es «muy importante» para ella y para su generación, porque «sintieron en la carne el abuso de poder y la truculencia del Estado».
Amenazado
El obispo español, de 84 años y enfermo de Parkinson, abandonó hace una semana la aldea de Sao Félix do Araguaia, en una región selvática del estado de Mato Grosso, debido a las amenazas.
El Consejo Indigenista Misionero (CIMI), una organización vinculada al Episcopado brasileño, denunció que las amenazas se redoblaron en las últimas semanas, al parecer debido a la inminente decisión de un tribunal que al parecer se dispone a fallar a favor de los indios xavantes en una disputa de tierras.
Los indios de la etnia Xavante han contado desde hace más de dos décadas con el apoyo y solidaridad de Mons. Casaldáliga, quien llegó en 1968 a ese remoto rincón del estado de Mato Grosso, donde se quedó a vivir con los desposeídos.