(Aci) El Arzobispo dijo luego que la Santa Sede reconoce esta triste realidad y recuerda por ello las palabras del Papa Benedicto XVI: «hay lugares y culturas en donde la mujer es discriminada o minusvalorada por el solo hecho de ser mujer (…) donde se consuman actos de violencia contra las mujeres (…). Ante estos hechos graves y persistentes es aún más urgente el esfuerzo de los cristianos para que en todo lugar sean promotores de una cultura que reconozca a la mujer, en el derecho y en los hechos, la dignidad que le compete».
La Santa Sede, prosiguió el Nuncio, «subraya la importancia del papel de la mujer en la familia. ‘La familia es la célula vital de la sociedad’ y las mujeres, que participan a la par del matrimonio como esposas y madres, son fundamentales para preservar la institución de la familia y así, la sociedad».
Mons. Tomasi precisó luego que «no se puede prescindir de una consideración de la mujer en la familia, porque integra cualquier estudio atento para la mejora de los derechos de las mujeres en la esfera política, pública, legal y social».
Tras señalar que es esencial que los Estados trabajen para eliminar la discriminación, el Nuncio dijo que «la impunidad judicial, las normas culturales y sociales que toleran la discriminación y no afrontan los actos violentos como el infanticidio de las niñas o el aborto selectivo basado en el sexo, debe ser afrontados y combatidos».
Tras recordar que la dignidad del hombre es la misma que la de la mujer, y que las instituciones deben respetarla, el Arzobispo concluyó indicando que la delegación de la Santa Sede respalda esta «verdad intrínseca» y alienta entonces «la necesidad de eliminar toda discriminación y violencia hacia las mujeres».