(Efe) La Iglesia está estudiando ahora la validez de los sacramentos administrados por el falso cura, del que los feligreses han destacado su trato afable y cariñoso así como su calidad humana, informa hoy el periódico "Diario de Sevilla".
Ángel Orellana, de unos 40 años, se presentó en la parroquia afirmando que era religioso y empezó a colaborar de forma voluntaria con el párroco en las tareas cotidianas de la iglesia hasta que se ganó su confianza y empezó a administrar sacramentos.
Las fuentes del Arzobispado han señalado que, antes de su desaparición, habían abierto una investigación para confirmar si Orellana era sacerdote de verdad o había presentado documentos falsos.