(EP) Daniel Zamudio recibió una brutal paliza el pasado 3 de marzo de un grupo neonazi en el Parque San Borja de Santiago de Chile. La única razón, su condición homosexual.
Mons. Ezzati recuerda en su mensaje titulado 'Por una convivencia más humana y sin violencia' que "todos somos hijos e hijas de un mismo Padre que nos ama" y, por tanto, "nadie puede ser agredido, denostado o excluido por su raza, sexo, edad, condición o creencias".
"El ataque que causó la muerte a este joven, como tantas otras expresiones de violencia contra personas, no puede dejar indiferente a nuestra sociedad", aclara monseñor.
De esta manera, Ezzati recuerda la postura asumida por la Santa Sede en un documento de 1986 de la Congregación para la Doctrina de la Fe que señala que "es de deplorar con firmeza que las personas homosexuales hayan sido y sean todavía objeto de expresiones malévolas y de acciones violentas" y, en consecuencia, "tales comportamientos merecen la condena de los pastores de la Iglesia, dondequiera que se verifiquen".
La Conferencia Episcopal de Chile envía un mensaje a la familia de Daniel Zamudio y les anima "en la esperanza, que se funda en Jesucristo, que es la resurrección y la vida".