(Aci) A pesar de esto, los obispos destacaron "las reformas e iniciativas legislativas que tienden a proteger los derechos humanos", garantizar la reparación a las víctimas y la restitución de tierras, hechos fundamentales para reconciliar y pacificar el país.
La CEC también condenó la impunidad y llamó a los colombianos "a denunciar todo tipo de corrupción, a velar para que los recursos destinados al bien común sean utilizados con plena transparencia y a propiciar la implantación de una sociedad cada vez más justa, igualitaria, equitativa, fraterna y solidaria".
También pidió responder al narcotráfico con una política que responda a cada una de sus dimensiones, prevenga la dependencia y desmantele "los grandes carteles de la droga que provocan una proporción importante de la violencia que vive nuestro país y que han contribuido a acrecentar la inequidad existente y ha sumergido en la miseria material y moral a miles de colombianos".
Los obispos alertaron sobre la cultura del egoísmo y del hedonismo que está surgiendo en Colombia y "que pone en tela de juicio los valores fundamentales del respeto y la promoción de la vida, la centralidad de la familia y la búsqueda del bien común".
Reafirmaron que la familia es el fundamento de la sociedad y que "la vida es sagrada e inviolable desde su inicio, en todas las etapas de la existencia humana, también cuando se encuentra gastada por la enfermedad y la vejez y hasta la muerte y debe ser siempre protegida por el Estado y por la sociedad de manera decidida".
Los obispos llamaron a dirigir la mirada a Cristo e invitaron a la población y autoridades "a derrotar definitivamente la injusticia, la exclusión, la marginación, para alcanzar un fortalecimiento de la democracia que construya instituciones transparentes, en la búsqueda permanente de la verdad y la reconciliación".