(Efe) Las familias con menos recursos y las madres solteras son especialmente vulnerables a la crisis económica en Grecia, donde ha aumentado el número de menores que llegan a centros de acogida porque sus padres carecen de recursos y tiempo suficiente para ellos.
"Hasta 2009 los niños que vivían en nuestros albergues eran huérfanos que habían perdido a ambos padres o hijos de drogadictos o alcohólicos. En 2010 el 80 % de las familias que pidieron nuestra ayuda lo hizo porque no podía ocuparse" de sus menores, explica a Efe Georgios Protópapas, director de Aldeas Infantiles SOS en Grecia.
Según los datos de su organización, 600 de las 1.000 familias que solicitaron ayuda para sus hijos en 2010 porque no podían ocuparse de ellos viven en la región de Atenas.
La mayoría de los necesitados ya no son inmigrantes sino griegos
El perfil también ha variado: los inmigrantes suponían antes de la crisis la mayoría de las familias que dejaban a sus hijos en albergues, mientras que ahora son griegas.
"En 2011 el porcentaje de las familias griegas que pidieron nuestra ayuda se incrementó en un 85 %", añade Protópapas, aunque matiza que "los casos de abandonos de niños a las entradas de iglesias o en las maternidades es muy limitado".
En la mayoría de los casos se trata de familias depauperadas por la crisis que dejan a sus hijos en los centros de acogida durante una temporada, a la espera de que mejore la situación económica.
De acuerdo con los datos oficiales, el 21 % de la población griega, alrededor de 2,2 millones de personas, vive por debajo del umbral de pobreza y en el último año el número de personas "sin techo" ha aumentado un 25 %, hasta las 20.000.
El director de uno de los centros públicos especializados en la asistencia de menores abandonados, Dimitris Vezyrakis, coincide en el análisis de que los abandonos de recién nacidos no están necesariamente vinculados con la crisis.
"La mayoría de los casos de niños abandonados en las maternidades no lo es por razones económicas", asegura Vezyrakis a Efe para precisar que "son recién nacidos de embarazos involuntarios o con problemas graves de salud, física o mental".
Por su parte, Costas Yannópulos, director de la organización no gubernamental "La Sonrisa del Niño" que desde hace dieciséis años ofrece asistencia a menores maltratados, pone el acento en el incremento de los casos de violencia familiar.
"Desde hace un año asistimos al incremento de casos de niños maltratados por miembros de su familia o en la escuela", afirma a Efe.
Sostiene que "también se han incrementado los casos de negligencia en el cuidado. Tanto la violencia familiar como la desatención infantil son consecuencias del incremento de las tensiones, el consumo de drogas y el alcoholismo en familias afectadas por el desempleo de larga duración".
No son pocas las madres solteras, añade, que piden la asistencia de su ONG porque no tienen a nadie que cuide de sus hijos mientras ellas trabajan y no pueden permitirse el lujo de perder el empleo.
"Las convencemos de que es mejor que cuiden de sus hijos con nuestra ayuda económica a que los dejen en nuestros albergues", resalta Yannópulos.
Su punto de vista lo comparten también los expertos de Aldeas Infantiles, aunque no todos los padres aceptan este consejo.
Más abortos
Otro aspecto de las consecuencias de la crisis es el incremento de los abortos. "En los últimos meses son cada vez más frecuentes los casos de parejas jóvenes que nos piden abortar porque no tienen dinero para tener un hijo", asegura a Efe un médico especialista en obstetricia que quiere mantener el anonimato.
