(Efe) «Es una amenaza, claramente lo considero, a mi integridad física«, sostuvo el prelado. La denuncia de Mons. Álvarez se suma a la de los sacerdotes Edwin Román Calderón y Gerardo José Rodríguez Pérez, quienes aseguraron ser víctimas de intimidación a través de llamadas telefónicas anónimas y mensajes de texto a sus teléfonos móviles.
Por las amenazas contra ambos religiosos, la Policía Nacional detuvo el sábado y liberó hoy, porque nadie interpuso una acusación formal, a Alberto Leonel Conde, hermano del vicario de la Catedral de Managua, Bismarck Conde, y que confesó ser el autor de las amenazas y ofensas anónimas contra al menos cuatro sacerdotes.
Román, quien conoce personalmente a Alberto Conde, rechazó la versión de la Policía y la calificó como “una cortina de humo“. Según el religioso, las autoridades presentaron a Conde como el autor de las amenazas para “desviar“ la atención sobre la carta pastoral divulgada el viernes pasado por la Conferencia Episcopal de Nicaragua.
En ese documento, los obispos exhortaron a los nicaragüenses a votar masivamente, con libertad y sin miedo alguno, y por un candidato que “respete la Constitución“ y no tenga un historial corrupto.
En las próximas elecciones presidenciales, el presidente Daniel Ortega aspira a continuar en el poder pese a que existe una norma constitucional que prohíbe la reelección inmediata, que sin embargo fue declarada inaplicable por magistrados oficialistas de la Corte Suprema de Justicia.
El secretario general de la Conferencia Episcopal, René Sándigo, admitió el último viernes que los obispos “corren el riesgo“ de ser mal interpretados, criticados, intimidados y hasta reprimidos “en modo abierto o encubierto por quienes se sienten cuestionados“.
Por su parte, el obispo Álvarez dijo hoy que “el ambiente“ no está para interponer una denuncia formal ante la Policía de Nicaragua, como tampoco lo hicieron los sacerdotes Calderón y Román. El religioso criticó a la institución policial por las “contradicciones“ en las investigaciones realizadas por el asesinato del párroco Marlon Pupiro, ocurrido el 20 de agosto pasado, y cuyo asesino confeso, Yasker Blandón, fue condenado a 30 años de prisión.
Asimismo, denunció que existe “una comisión que anda visitando y ofreciendo todo tipo de dádivas“ a los religiosos. Dijo que en Matagalpa, los sacerdotes han recibido “invitaciones para participar en actos políticos y públicos“, como la entrega de láminas de zinc, actividades que impulsa Ortega, favorito para ganar los próximos comicios, a quien no mencionó.
En las elecciones del próximo 6 de noviembre unos 3,4 millones de nicaragüenses están habilitados para elegir a su presidente, vicepresidente, 90 diputados ante la Asamblea Nacional y 20 ante el Parlamento Centroamericano.