Jesús Colina es sinónimo de la agencia católica de noticias Zenit. El periodista español fundó esa plataforma informativa global en 1997. En ese entonces estaba ligado a la espiritualidad de los Legionarios de Cristo. Eran otros tiempos, la congregación y su fundador, Marcial Maciel Degollado, gozaban de enorme fama pública. Ahora, 14 años después, la Legión decidió prescindir de sus servicios determinando –de facto- el final de una era.
En una carta dirigida a los empleados de la agencia el mismo Colina explicó los motivos de su salida. Palabras más que elocuentes. Por eso y para evitar mediaciones compartimos con los lectores de Sacro&Profano los extractos principales de dicho texto. Se explican por sí mismos.
Una anotación al margen: para evitar que la crisis de los legionarios a causa de los escándalos de Maciel afectase a Zenit, en los últimos meses el director entró en contacto con otros grupos editoriales católicos interesados en invertir en el proyecto. El objetivo era negociar la apertura del Consejo de Administración a nuevas voces, para darle un respiro verdaderamente eclesial y asegurarle una supervivencia económica.
Pero ni el ex vicario general de los legionarios, Luis Garza Medina, ni el nuevo director territorial de Italia y presidente de Consejo, Oscar Nader, quisieron escuchar la oferta. No estuvieron dispuestos a perder el control total sobre la información de Zenit. Al contrario, cuestionaron la lealtad de Jesús Colina y prefirieron despedirlo bajo la excusa que la agencia debe reflejar aún más su identidad legionaria. Ahora sí, la carta:
Queridísimo
Te comunico que el 27 de septiembre fue mi último día como director de Zenit. El Padre Oscar Nader L.C., nuevo presidente del Consejo de Zenit, me pidió la renuncia al puesto.
La razón de esta solicitud fue que mi actividad en el mundo de la comunicación católica no muestra la dependencia institucional de la agencia a la Congregación de los Legionarios de Cristo, identidad que de ahora en más se querrá subrayar.
El Consejo de Zenit tiene el derecho de remover el director y de adoptar las decisiones editoriales que considera convenientes, por este motivo, con profundo dolor y respeto, acepto la decisión de dejar la dirección de esta agencia, que fundé 14 años atrás.
Creo que esta decisión es la consecuencia lógica de la pérdida de confianza recíproca entre los superiores de los Legionarios de Cristo y yo. Los problemas del padre Marcial Maciel y el modo en el cual la congregación nos ha informado, ocultando hechos relevantes, ha hecho que en ocasiones no habíamos cumplido plenamente con nuestro deber de informar según la visión del Papa y la Santa Sede.
Esta falta de recíproca confianza se ha ulteriormente agravada luego que hace dos años los participantes a la reunión anual general de Zenit habían pedido transparencia administrativa, para evitar que posibles escándalos financieros atribuidos a los Legionarios de Cristo (quizás inventados por la prensa) pudieran poner en peligro a Zenit.
En aquella reunión los entonces representantes de la congregación prometieron una independencia administrativa de las cuentas bancarias de Zenit de aquellas de la congregación de los Legionarios de Cristo. En la práctica después ocurrió exactamente lo contrario, unificando las firmas de las cuentas bancarias a las del entonces vicario general, padre Luis Garza. Como sabes esta promesa incumplida ha puesto en crisis la confianza de la redacción en la campaña de donación de este año, que se desarrolló en circunstancias deplorables luego que nuevamente la prensa comenzó a hablar de escándalos financieros.
Como bien puedes comprender, son elementos graves que hacen perder la confianza y sin confianza mutua es imposible colaborar en un proyecto de información al servicio de la nueva evangelización, que exige de los involucrados un empeño de vida.
Comprendo perfectamente la dificultad del desafío que los superiores de los Legionarios de Cristo han tenido que afrontar en los últimos años y por esto no los juzgo. Aún más, agradezco profundamente la libertad y la confianza que he tenido en el pasado para poder crear esta agencia como un servicio informativo independiente al servicio del rigor sobre el Santo Padre y la Iglesia universal. ¡Gracias de verdad!
Comprendo y acepto que para mí llegó la hora de pasar página y de buscar vivir mi vocación de comunicador al servicio de la Iglesia en otros proyectos.
Lo dicho: se cierra una etapa importante para el periodismo católico. Zenit no será lo mismo sin Colina. Por ahora los Legionarios han preferido no comentar la noticia y, si acaso lo hacen, será “de manera escueta”. Tuvieron la oportunidad de apostar a la apertura y la transparencia por el bien de una obra que ya no les pertenece (aunque sea de su propiedad), porque se trata de una institución que superó la frontera y ahora es de la Iglesia universal. La dejaron pasar, es una lástima.