(435) Fátima, 3. Benedicto XV pide ayuda a la Virgen (1917); y Ella acude
–En el último retiro rezamos el Ave, Regina cælorum, y al final se dijo: -Dignare me laudare te, Virgo sacrata. -Da mihi virtutem contra hostes tuos. ¿Cómo se traduce eso?
–Concédeme la gracia de alabarte, Virgen sagrada. Dame fuerza contra tus enemigos.
Como ya avisé, espero con el favor de Dios publicar un artículo sobre la Virgen en Fátima en cada uno de los días de sus seis apariciones. Y entre una y otra, también con el favor de Dios, espero ir publicando documentos de los Papas sobre Fátima escritos en estos cien años (1917-2017).
El papa Benedicto XV es constituido Papa el 3 de septiembre de 1914 (+1922). Es decir, un mes después del comienzo de la Primera Guerra Mundial, que suele señalarse el 4 de agosto de 1914, cuando las tropas de Alemania invaden Bélgica. Giacomo Paolo Giovanni Battista della Chiesa (Génova 1854-Roma 1922), antes de su elección pontificia, había trabajado en el Servicio Diplomático de la Santa Sede, procurando sin conseguirlo la paz de la terrible guerra que se estaba gestando. Y ya en pleno fragor de la gran Guerra, el Papa ve que sólo una intervención de Dios, sobrehumana, celestial, podrá frenar la avalancha de males que amenaza sobre todo las naciones europeas de antigua filiación cristiana.
Partiendo de esta convicción, Benedicto XV escribe una epístola al cardenal Pietro Gasparri, su Secretario de Estado, encargándole mandar a los Obispos de todo el mundo que añadan a las Letanías de Loreto la invocación «Regina pacis, ora pro nobis».
EPISTOLA
Il 27 APRILE 1915 DEL PAPA BENEDETTO XV
AL CARDINALE PIETRO GASPARRI, SEGRETARIO DI STATO,
AFFINCHÉ I VESCOVI DI TUTTO IL MONDO
AGGIUNGANO NELLE LITANIE LAURETANE L’INVOCAZIONE «REGINA PACIS, ORA PRO NOBIS »
[Y al final del texto dice:] Dal Vaticano, 5 maggio 1917.
Como se ve, el portal digital de la Santa Sede (vatican.va) encabeza la epístola Il 27 Aprile 1915 como título del documento, no como fecha del mismo. Ésta, como es frecuente, aparece al final del texto: Dal Vaticano, 5 maggio 1917.
Reproduzco algunos fragmentos de la Carta pontificia.
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«Conjuramos encarecidamente a los Estados, en el nombre de Dios y de la humanidad, a abandonar los propósitos de mutua destrucción y avanzar hacia un acuerdo justo y equitativo.
«Pero Nuestra voz afanosa, pidiendo el fin del vasto conflicto, el suicidio de la Europa civilizada, fue entonces y todavía hasta ahora desoída. Parece que la oscura marea del odio crece más y más entre las naciones beligerantes, y la guerra, envolviendo a otros países en su espantoso remolino, multiplica las ruinas y los estragos.
«Sin embargo, Nuestra confianza no disminuye […] Y como todas las gracias que el Autor de todos los bienes se digna conceder a los pobres descendientes de Adán, por amoroso designio de su Divina Providencia, vienen distribuidas por las manos de la Virgen Santísima, Nos queremos que a la Gran Madre de Dios, en esta hora más tremenda que nunca, se eleve viva y confiada la súplica de sus muy afligidos hijos. Damos, pues, al Señor Cardenal el encargo de comunicar a todos los Obispos del mundo Nuestro ardiente deseo de que se implore al Corazón de Jesús, trono de gracia, y que a este trono se acuda por medio de María. Con ese fin Nos ordenamos que, desde el comienzo del próximo mes de junio, quede fijada en las Letanías Lauretanas la invocación “Regina pacis, ora pro nobis” […]
«Elévese, por tanto, hacia María, que es Madre de misericordia y omnipotente por la gracia, desde todos los lugares de la tierra, desde los templos más nobles hasta las más pequeñas capillas, desde los palacios regios hasta las más pobres casuchas, desde allí donde haya un alma fiel, desde los campos y los mares ensangrentados, la piadosa y devota invocación [“Regina pacis, ora pro nobis” ], y llegue hasta Ella el grito angustiado de las madres y esposas, el gemido de los niños inocentes, el suspiro de todos los corazones bien nacidos. Que su dulce y benignísima solicitud sea conmovida, y sea obtenida la paz suplicada para este mundo convulso. Y que los siglos futuros recuerden la eficacia de Su intercesión y la grandeza de los beneficios por Ella conseguidos […]
«Del Vaticano, 5 mayo 1917.
Benedictus PP. XV»
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El 13 de mayo de 1917 la «Regina pacis» acude a la llamada del Papa Benedicto XV y de toda la Iglesia, y se aparece en Fátima a tres niños que juegan en una cuesta de Cova de Iria. «–No tengáis miedo… Soy del cielo… Vengo a pediros que vengáis aquí seis meses seguidos, el día 13 a esta misma hora… ¿Queréis ofreceros a Dios para soportar todos los sufrimientos que Él quiera enviaros, en acto de desagravio por los pecados con que es ofendido y de súplica por la conversión de los pecadores? –Sí, queremos… –Rezad el rosario todos los días para alcanzar la paz para el mundo y el fin de la guerra.
José María Iraburu, sacerdote
12 comentarios
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JMI.-Amén.
Vivimos en un area muy rural y tener alcanze del amor de Dios a traves de los medios tecnologicos es una bendicion.
Gracias por sus esfuerzos
Dios los bendiga
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JMI.-Bendición +
Respondió al llamado y dio la solución.
Problema: Pecado y guerra.
Solución: Oración y penitencia.
Gracias Don José María por darnos esta información tan bella que vierte nueva luz sobre los acontecimientos de Fátima.
Pensar que las apariciones de Santa María puedan ser una respuesta directa del cielo a la súplica del dolce Cristo in terra, resulta maravilloso.
Dios le bendiga.
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JMI.-Bendición +
Lo que lleva al comienzo no es la fecha, sino el nombre de la carta porque empieza con las palabras "il 27 aprile 1915, con la Lettera diretta al rev. P. Crawley-Boevey, Noi estendemmo a tutti coloro i quali consacrassero la loro casa al Sacratissimo Cuore di Gesù, le Indulgenze due anni prima concesse..."
La fecha viene al final, como siempre, y es 5 maggio 1917.
Aparte de esto, es muy de agradecer que comparta este dato, cuyo hallazgo es un merecido premio a la atención que presta usted a las apariciones, tan como debe ser, tan como Dios manda.
Porque ya demasiadas veces se nos ha puntualizado que las apariciones no son de fe, aunque las reconozca la Iglesia Jerárquica.
Omitiendo que no hacerle caso a la Virgen cuando se aparece es cometer otros pecados, si no el de herejía.
Y en cambio prestar atención a las apariciones, como usted tan bien hace, es obrar como la propia Virgen tras la Anunciación, que fue enseguida a ver a su pariente Isabel, porque el arcángel Gabriel le dio a conocer de parte de Dios el milagro que se había obrado en ella.
Esta carta de Benedicto XV, tan centrada en el Sagrado Corazón de Jesús y en su Santísima Madre, y el comentario de usted si que son una joyita.
Saludos cordiales. Beso a usted la mano.
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JMI.-Bendición en este día glorioso de la Ascensión del Señor a los cielos.
Los Corazones de Jesús y María están atentos a la voz de vuestras suplicas". Se sucedieron dos apariciones más del Ángel en ese año de 1916.
Y sus súplicas y sacrificios fueron atendidos por La Madre de Dios, y unidos a la súplica de Benedicto XV propiciaron que La Vigen se manifestara en sus apariciones de Portugal.
Luego algunos dicen que para qué sirve rezar, que si el Rosario es un rollo... Pues ahí está. ¡Pero que torpes y lentos somos!
Gracias Padre por insistir en este regalo de Dios al mundo a través de María en Fatima.
Cuando pensamos en Nuestra Señora de Fátima, (que es la Misma, claro es) te inunda una sensación de blancura.
Ya sé que es una tontería, pero quería expresar cómo para alguien que en el fondo de su corazón se siente poeta, aunque demuestre lo contrario, el verde de la fertilidad y el blanco de la pureza, son el haz y el envés de la misma moneda.
La Maravillosa Moneda que Dios acuñó con todo su amor desde la eternidad.
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JMI.-Amén.
Ocho días después el Cielo responde: Explica que la gran guerra es por el pecado, que rezaran para terminar con la guerra, advierte que de no convertirse la humanidad, Dios la castigaría con otra guerra peor.
Para evitarlo, da una serie de remedios (algunos son esencialmente la inspiración que recibió Benedicto XV). Advierte lo que pasaría de no ser atendidos: el pecado, el error, la mentira con la consiguiente guerra se extenderían por todo el mundo.
Se profetiza el triunfo histórico del inmaculado corazón de María, con el consiguiente tiempo de paz. Si la paz es fruto del estado de gracia, se podría concluir de que ese tiempo de paz, es un nuevo Pentecostés, tal y como fue anunciado por Nuestra Señora de todos los pueblos, el mundo volverá a creer en el pecado, en la justicia y en Jesucristo.
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JMI.-Bendigamos al Señor y a su santísima Madre.
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