(317) La Eucaristía y la comunión en el año 155

Sta. Constanza, Roma 350

San Justino (100?-168?), nació en Samaría, de familia pagana de habla griega. Filósofo, pasa del platonismo a la fe cristiana, hace escuela en Roma, y muere mártir. A él le debemos la descripción más valiosa de la Eucaristía antigua, escrita en su I Apología en defensa de los cristianos (66-67), dirigida en 155 al emperador Antonino Pío (138-161).

A nadie es lícito participar de la Eucaristía si no cree que son verdad las cosas que enseñamos, y no se ha purificado en aquel baño que da la remisión de los pecados y la regeneración, y no vive como Cristo nos enseñó.

[Es decir, para participar en la Misa, y «a fortiori» para comulgar, la Iglesia antigua exige 1) fe ortodoxa, no estar en la herejía, 2) bautismo sacramental, haberse incorporado a Cristo y a la Iglesia, y 3) vida ortopráctica, no vivir en el pecado, como, por ejemplo, los adúlteros, que no «viven como Cristo nos enseñó»].

Porque no tomamos estos alimentos como si fueran un pan común o una bebida ordinaria sino que, así como Cristo, nuestro salvador, se hizo carne por la Palabra de Dios y tuvo carne y sangre a causa de nuestra salvación [encarnación], de la misma manera hemos aprendido que el alimento sobre el que fue recitada la acción de gracias que contiene las palabras de Jesús, y con que se alimenta y transforma nuestra sangre y nuestra carne, es precisamente [trans-substanciación] la carne y la sangre de aquel mismo Jesús que se encarnó.

Los apóstoles, en efecto, en sus tratados, llamados Evangelios, nos cuentan que así les fue mandado, cuando Jesús, tomando pan y dando gracias, dijo: Haced esto en conmemoración mía. Esto es mi cuerpo; y luego, tomando del mismo modo en sus manos el cáliz, dio gracias, y dijo: Esta es mi sangre, dándoselo a ellos solos. Desde entonces seguimos recordándonos siempre unos a otros estas cosas; y los que tenemos bienes acudimos en ayuda de los que no los tienen, y permanecemos unidos. Y siempre que presentamos nuestras ofrendas alabamos al Creador de todo por medio de su Hijo Jesucristo y del Espíritu Santo.

El día llamado del sol [sun-day] se reúnen todos en un lugar, lo mismo los que habitan en la ciudad que los que viven en el campo, y, según conviene, se leen los tratados de los apóstoles y los escritos de los profetas, según el tiempo lo permita [liturgia de la Palabra].

Luego, cuando el lector termina, el que preside se encarga de amonestar, con palabras de exhortación, a la imitación de cosas tan admirables [homilía].  

Después nos levantamos todos a la vez y recitamos preces [oración de los fieles]; y a continuación, como ya dijimos, una vez que concluyen las plegarias, se trae pan, vino y agua: y el que preside pronuncia con todas sus fuerzas preces y acciones de gracias [liturgia sacrificial: plegaria eucarística y consagración], y el pueblo responde «Amén». Tras de lo cual se distribuyen los dones sobre los que se ha pronunciado la acción de gracias, comulgan todos [comunión eucarística], y los diáconos se encargan de llevárselo a los ausentes.

Los que poseen bienes de fortuna y quieren, cada uno da, a su arbitrio [colecta de limosnas], lo que bien le parece, y lo que se recoge se deposita ante el que preside, que es quien se ocupa de repartirlo entre los huérfanos y las viudas, los que por enfermedad u otra causa cualquiera pasan necesidad, así como a los presos y a los que se hallan de paso como huéspedes; en una palabra, él es quien se encarga de todos los necesitados.

Y nos reunimos todos el día del sol [Misa dominical, norma apostólica primordial], primero porque este día, es el primero de la creación, cuando Dios empezó a obrar sobre las tinieblas y la materia; y también porque es el día en que Jesucristo, nuestro Salvador, resucitó de entre los muertos. Le crucificaron, en efecto, la víspera del día de Saturno [satur-day], y al día siguiente del de Saturno, o sea el día del sol, se dejó ver de sus apóstoles y discípulos y les enseñó todo lo que hemos expuesto a vuestra consideración.

Post-post. -Añado aquí [actualización de 21/04/15, 06:42 AM], la respuesta que he dado al comentario recibido de Juan Argento [20/04/15, 11:29 AM], pues estimo que puede interesar a todos los lectores.     

Se dice en el comentario que es confortadora «la constatación de que, 125 años después de la Última Cena, los cristianos entendían las palabras de Jesús Esto es mi cuerpo” y Esta es mi sangre, en sentido real y no simbólico» , etc. 
Efectivamente, todos los católicos hemos creído siempre en la veracidad objetiva de la palabra de Cristo: «mi cuerpo es verdadera comida, mi sangre es verdadera bebida» (Jn 6,53-56). Antes y después de S. Justino los SS. Padres entienden siempre así la Eucaristía. Pondré  algunos ejemplos de textos antiguos:

San Ignacio de Antioquía (+107): los docetas «no confiesan que la Eucaristía es la carne de nuestro Salvador Jesucristo, la que padeció por nuestros pecados, la que por bondad resucitó el Padre. Por eso los que contradicen al don de Dios litigando, se van muriendo» (Cta. Esmirna 7,1). Alude a: «Si no coméis la carne del Hijo del hombre y no bebéis su sangre, no tendréis vida en vosotros» (Jn 6,53).  

San Ireneo (+200): «¿Cómo les constará [a los herejes] que ese pan, en el que han sido dadas las gracias [consagración], es el cuerpo del su Señor, y que ése es el cáliz de su sangre, si no reconocen que él es Hijo del Creador del mundo, esto es, su Verbo?» (Contra las herejías l.4, c.18,4).

Traditio apostolica (Roma, 220). «Todos eviten con cuidado que el infiel coma la Eucaristía… Es el cuerpo de Cristo, del cual todos los fieles se alimentan» (Funk, 115).

Orígenes (+253): En el AT «el maná era alimento en enigma, ahora claramente la carne del Verbo de Dios es verdadero alimento» (Homilía 7,2).

Clemente de Alejandría (+320): dice el Salvador, «yo soy tu sustentador, que me he dado a mí mismo como pan» (¿Qué rico se salvará? 23).

San Hilario (+367): «No hay lugar a dudas sobre la verdad de la carne y de la sangre [en la encarnación del Verbo]. Ahora [en la Eucaristía], según palabras del Señor y según nuestra fe, es verdaderamente carne y verdaderamente sangre» (Trat. sobre la Trinidad, lib.8, 14).

San Dámaso, papa (+384): Acosado San Tarsicio por los profanos cuando llevaba la Eucaristía, la defendió con todo empeño, y «prefirió dar la vida [herido por las piedras] antes que traicionar los miembros celestiales en favor de perros rabiosos» (Epigrama).

San Cirilo de Jerusalén (+386): «Habiendo dicho Él del pan, Éste es mi cuerpo, ¿quién se atreverá a dudar en adelante? Y habiendo dicho Él, Ésta es mi sangre, ¿quién podrá dudar jamás y decir que no es la sangre de Él?» (Catequesis IV,1).

Sobre esa base del Evangelio y de los SS.PP. va el Magisterio apostólico de la Iglesia definiendo en veinte siglos la realidad de la conversión eucarística del pan y del vino en el cuerpo y la sangre de Jesús en cientos de documentos, concilios, encíclicas, etc.

Pues bien, pondré para terminar sólo un ejemplo de lo que algunos teólogos «católicos» enseñan hoy sobre la realidad de la Eucaristía. Puede verse  en este mismo blog (53) cómo explica la transubstanciación el profesor Dionisio Borobio. Y considere el lector si su explicación es compatible con la fe católica.

José María Iraburu, sacerdote

Índice de Reforma o apostasía

 

15 comentarios

  
José Luis
Qué distinta sería la vida de quien va a la Santa Misa, considerando que es a Cristo con quien nos encontraremos, y en la Sagrada Comunión. Desde que entra y sale, pendiente de Cristo Jesús.

Pero si hay quienes no lo hacen, nosotros sí necesitamos hacerlo, estar pendiente de Cristo en todo momento, es porque estamos verdaderamente necesitados de Él. Si yo no tuviera tanta necesidad de Cristo, sí, iría a Misa, pero especialmente para entretenerme en hablar con otros, y dejando a Cristo ahí.

Creer en la Misa, en la Eucaristía, tomar conciencia de ello, porque si estamos necesitados de Dios, no haremos lo que nuestro hombre viejo quiere que hagamos.

A nadie es lícito participar, tiene razón San Justino y tantos otros Santos Padres y Doctores de la Iglesia Católica. Y es que para creer en la Eucaristía, debemos vaciarnos por completo de todo aquello que no nos ayude a vivir la vida autentica conforme al Corazón de Cristo.

Perdemos un tiempo y no podemos recuperarlo nunca, cuando nos entretenemos en otras causas que no corresponde a la vida de santidad. Cristo Jesús y la Iglesia Católica nos muestra un camino verdaderamente espiritual. Para que un día, el Señor nos conozca de su propiedad y seamos herederos de la Vida eterna.
19/04/15 5:17 AM
  
Rexjhs
Impresionante lectura Padre Iraburu. Para que luego digan los protestantes que la presencia real de Cristo en la eucaristía es una metáfora o mito. Desde el principio y siempre la Iglesia ha creído y sentido (y comprobado, por cientos de milagros eucarísticos) que Cristo está presente en la eucaristía. Y no sólo porque lo hayamos creído, comprobado y sentido, sino porque Cristo mismo así lo dijo. Éste ES mi cuerpo y ES mi sangre. No dijo, "esto sea para vosotros como un símbolo, signo o metáfora de mi cuerpo y sangre". Un abrazo Padre.
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JMI.-En el año 155.
Bendición +
19/04/15 11:00 AM
  
Carmen
Agradecida del padre JMI por el maravilloso regalo que nos da, el conocimiento de la Eucaristía celebrada en ese tiempo, con la debida pureza, como la celebra hoy la Comunidad Schola Veritatis, en una lejana región de mi país.
Me llamó la atención las palabras: "comulgan todos"... ¡que maravilla! la totalidad de los fieles que asistían amaban a Dios por sobre todas las cosas, cumplían Sus Mandamientos, eran dignos de la Comunión con Cristo, servían al Señor y no "se servían" de Él como sucede ahora, en la mayor parte del mundo.
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JMI.-La disciplina penitencial antigua solía aplicarse a los pecadores durante un tiempo más o menos prolongado, según la gravedad de su culpa, a veces duraba años, como en el caso de los pecados considerados más graves, herejía y cisma, adulterio, homicidio. Hasta cumplir ese tiempo, eran excluídos de la Misa, o al menos habían de salir del templo al terminar la liturgia de la Palabra. Por eso lo normal era que todos los que estaban en la Eucaristía comulgasen.
19/04/15 11:32 AM
  
Eduardo Chafer
No soy experto, pero intuyo de las conclusiones del pasado sinodo, del texto de la bula de convocación del jubileo de la misericordia, de otras palabras del Papa,de algunas ideas apuntadas por el cardenal Caffarra y otros, que la solución al tema de la comunión de los unidos irregulares divorciados vueltos a casar, etc será la aplicación pastoral de la ley de la gradualidad. Sin embargo insignes teólogos no caen en la cuenta que la aplicación de este expediente ha llevado en la práctica a la general separación de los fieles de doctrina moral cristiana en el asunto de la anticoncepción.Si se aplica esta posiiblidad pastoral del mismo modo, el resultado será el mismo, esto es la separación de los fieles de la norma moral del matrimonio, que en la práctica deja de ser exigida:estamos en ciernes de una iglesia postcristiana, no solo porque en la práctica la generalidad de los bautizados apenas se guían por la norma moral cristiana, sino porque la Iglesia docente deja de exigirla como el bien objetivo.En otras palabras, incluso para la iglesia la religión queda reducida a la propia conciencia de los individuos;quizá quepa cierta comunión espiritual, pero ya no será una sociedad- Pueblo de Dios -. En otras palabras , el triunfo del individualismo.
Hay que ir a la raiz, que es la conversión y la consagración bautismal, Es imprescindible rescatar el carácter educativo de las normas, también en la Iglesia, aunque conlleve sufrimiento para muchos.Se está fraguando en la Iglesia la misma deconstrucción del matrimonio y de la familia que ya se ha producido en la sociedad secular, y precisamente mediante la misma causa, esto es, la ruptura de la separacion de la sexualidad del orden antropológico. Puede subsistir un mínimo grado de fe en la anticoncepción?, en la falta de compromiso matrimonial o en su ruptura?.
Las puertas del hades no prevalecerán, pero las de la Iglesia están a punto de ser demolidas
me parecen muy bien traidas la citas de San Justino
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JMI.-Creo que su "intuición" del principio de su comentario, felizmente, va a resultar falsa. "La ley de la gradualidad" ha sido explícitamente reprobada por el Magisterio apostólico en varias ocasiones, p.ej, en la enc. de San Juan Pablo II Familiaris consortio (34).

Y también creo que se equivoca cuando prevé que "las puertas de la Iglesia están a punto de ser demolidas".

Le recomiendo leer en este blog estos dos artículos:
(306) En las tormentas de la Iglesia, alegres en la esperanza (I)
(307) En las tormentas de la Iglesia, fe, esperanza y caridad (y II).
19/04/15 4:10 PM
  
clara
Y así... dos mil años...
Conmueve caer en la cuenta.
19/04/15 6:21 PM
  
Eduardo Chafer
Garcias por sus consejos esperanzadores, Dios quiera que se cumplan sus perespectivas y no las mías
Perdón, he confundido la ley de la gradualidad con la gradualidad de la ley?. Mi experiencia personal es que la predicación de la doctrina moral brilla por su ausencia, y son poquísimos los confesores que tiran para arriba de sus penitentes, cuando no les aconsejan de modo contrario a la doctrina.Si no hay tensión hacia la santidad la misericordia resulta equívoca.No hablo de lo que pasará, sino de lo que sucede desde hace muchos años y ahora recogemos los resultados.El error en la praxis pastoral ha sido tremendo y está reconocido por el episcopado polcaco, por el Card. Caffarra, y otros pero no veo la reacción en las propuestas que se apuntan en el debate intersinodal
20/04/15 3:37 AM
  
Ricardo de Argentina
Creo sinceramente que si al comienzo de la liurgia de comunión el sacerdote se dirigiera a los fieles con las siguientes palabras dichas en el año 155 D.C.:
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"A nadie es lícito participar de la Eucaristía si no cree que son verdad las cosas que enseñamos, y no se ha purificado en aquel baño que da la remisión de los pecados y la regeneración, y no vive como Cristo nos enseñó."
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...se haría mucho bien a muchas almas que, por ignorancia o mala costumbre quizás, incurren en sacrilegio material al comulgar en pecado mortal.
Y a las que incurren en sacrilegio formal, las invitaría a recapacitar y corregirse.

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JMI.-Sí que sería bueno decirlo.
Pero la cuestión está en que habría TAMBIÉN que predicar que Cristo es Dios, que sin la gracia el hombre no puede salvarse a sí mismo, necesidad de la Iglesia, de la fe, de la Misa dominical, del sacramento de la penitencia, de la oración, de etc. etc. etc. etc. etc.
Y tantas veces NO se predican estas verdades fundamentales.
20/04/15 7:07 AM
  
Juan Argento
"el alimento sobre el que fue recitada la acción de gracias que contiene las palabras de Jesús, y con que se alimenta y transforma nuestra sangre y nuestra carne, es precisamente la carne y la sangre de aquel mismo Jesús que se encarnó."

La constatación de que, 125 años después de la Última Cena, los cristianos entendían las palabras de Jesús "Esto es mi cuerpo," y "Esta es mi sangre," en sentido real y no simbólico. demuele la doctrina protestante. Por lo cual, si alguien de pronto descubriese el cristianismo y quisiese determinar cuál es la verdadera Iglesia de Cristo, a partir de esto ya tiene acotada sus alternativas entre la Católica, la Ortodoxa y la Miafisita (coptos, siríacos y armenios).

Después obviamente hay otros criterios para discernir entre ellas, pero notemos que todas ellas comparten la tradición litúrgica oriental de los ritos más antiguos: el antioqueno, del cual se deriva el bizantino, y el alejandrino, cuyas liturgias más antiguas son respectivamente la de Santiago o de Jerusalén, (que sirvió de base para la liturgia de San Basilio, que a su vez sirvió de base para la liturgia de San Juan Crisóstomo) y la de San Marcos (llamada de San Cirilo en su versión en copto).

Notemos también que en estas liturgias antiguas es clarísimo el carácter sacrificial de la Eucaristía, el cual es otra verdad que fue negada por el protestantismo en su supuesto "retorno a la pureza del cristianismo primitivo".

De paso, hago una sugerencia: sería útil que hubiese una traducción al castellano de la liturgia de Santiago disponible para su lectura. Yo pude encontrar solamente en inglés.

www.ccel.org/ccel/schaff/anf07.xii.ii.html

www.anastasis.org.uk/lit-james.htm

(El segundo enlace es de un sitio Ortodoxo de Inglaterra, por eso incluyen una petición por la Reina.)

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JMI.-Respondo a su comentario con cierta extensión. Y eso me ha aconsejado hacerlo añadiendo un Post-post al texto de San Justino. En él confirmo su observación con el testimonio de varios documentos antiguos.
20/04/15 11:29 AM
  
Juan Argento
Padre Iraburu, me atreví y leí su artículo sobre Borobio (que de paso es el número 53 de su blog), y la tesis de este hombre es claramente - y yo diría escandalosamente - herética. Porque si lo que determina la sustancia de las cosas es "el sentido y finalidad que el hombre les atribuye", entonces el milagro de la transubstanciación consiste solamente en que Jesús nos sugestiona para que atribuyamos a la hostia y al vino consagrados otra finalidad, o sea no es ningún milagro en absoluto! Esto parece ya rayano en la blasfemia. Además la transubstanciación pasa a ser así totalmente subjetiva, y el que la obra es en última instancia cada uno. Protestantismo puro.

Pero como justamente estudié hace unos meses el tema de la aplicación de la filosofía aristotélico-tomista al entendimiento de la transubstanciación, voy a mostrar, si me permite, cómo desde ese marco conceptual se supera la tesis de Borobio. Reitero antes que este análisis no es necesario estrictamente para la fe, porque todos estos Padres de la Iglesia que Ud cita tenían fe ortodoxa sin haber adoptado la filosofía aristotélico-tomista.

Básicamente, la tesis de Borobio se supera no con menos tomismo sino con más tomismo, específicamente sumando a los conceptos de sustancia-accidente los de materia-forma (hilemorfismo).

Notemos ante todo que la aplicación del hilemorfismo al entendimiento de la relación entre cuerpo y alma humanos no es opcional sino de fe para los católicos, a partir de que el concilio ecuménico de Vienne (1311-1312) definió dogmáticamente que "el alma racional o intelectual es por sí misma y esencialmente la forma del cuerpo humano". Obviamente se refiere a "forma sustancial", no a "forma accidental".

Recordemos tambien que, en el marco conceptual hilemórfico, la forma hace que el ente sea lo que es. Los escolásticos lo expresaban diciendo "forma dat esse rei", "la forma da el ser a la cosa", no en el sentido de "ser" versus "no ser", sino en el sentido de "ser esto" versus "ser aquello". Citando a S. Tomás en ST, Parte I, Cuestión 5, Art. 5, Resp.: "todo es lo que es por su forma", donde también S. Tomás se refiere a "forma sustancial".

Aplicando esto a Jesucristo, cuya naturaleza humana es semejante a la nuestra en todo, excepto en el pecado, sabemos por el concilio de Vienne que su alma es la forma sustancial de su cuerpo. Esto es así tanto con su cuerpo natural como con su cuerpo sacramental en cada hostia consagrada: si sabemos, por las palabras de Cristo interpretadas de modo realista por todos los Padres de la Iglesia hasta desembocar en la definición del concilio de Trento, que cada hostia consagrada es realmente, sustancialmente, el cuerpo de Cristo, entonces sabemos, por el concilio de Vienne, que el alma de Cristo es su forma sustancial.

Hasta aquí no dije nada nuevo. Mi tesis (que subjetivamente es original porque no la leí en ningún lado, y que obviamente está sujeta a lo que pueda decir el Magisterio) consiste en notar que la relación de causalidad óntica es exactamente la inversa de la relación de causalidad epistémica del párrafo anterior. A nivel del conocer, dado que estamos más familiarizados con el dogma de la transubstanciación que con el hilemórfico, afirmamos del cuerpo sacramental de Cristo el dogma hilemórfico, o sea que su alma es la forma sustancial de la hostia consagrada, a partir de afirmar el dogma de la transubstanciación, o sea que la hostia consagrada es realmente, sustancialmente, el cuerpo de Cristo. Pero a nivel del ser la relación de causalidad es la inversa: la hostia consagrada es sustancialmente el cuerpo de Cristo precisamente porque el alma de Cristo es su forma sustancial.

En mi tesis, el milagro de la transubstanciación se realiza porque, en el momento de la consagración, Jesús une su alma a la hostia de la misma manera en que está unida a su cuerpo natural (*), como su forma sustancial, de modo que la hostia pasa a ser realmente, sustancialmente, su cuerpo (**), porque está in-formada por su alma.

La divinidad de Jesús, a su vez, está presente porque es el acto de ser de su alma. A diferencia de nuestras almas, el alma de Cristo no existe por su propio acto de ser contingente creado, sino por el Acto de Ser Subsistente de la Persona del Verbo que la asumió.

(*) En cuanto a dar la esencia, no en cuanto a recibir estímulos sensoriales.

(**) Su cuerpo íntegro, esto es su cuerpo (abstraído como seco) irrigado por su sangre, de la misma manera que el vino consagrado es también su cuerpo íntegro, esto es su sangre contenida por su cuerpo (abstraído como seco).

La diferencia entre mi tesis y la de Borobio es clara: en mi tesis el alma de Cristo se une realmente a la hostia y al vino de la misma manera en que está unida a su cuerpo viviente, como su forma sustancial, de modo que la hostia y el vino pasan a ser realmente, sustancialmente, su cuerpo viviente, porque "la forma da el ser a la cosa".
20/04/15 7:23 PM
  
victor
hola padre iraburu siempre e tenido duda sobre la comunion in sacris pues la iglesia permite que les den comunion a los cristianos ortodoxos pero si vemos bien la iglesia ortodoxa hay cosas que contradicen nuestra doctrina ejemplo ellos aceptan el divorcio entonces como podemos darle la comunion a cristianos que estan en cisma y contradicen nuestra doctrina quisiera si pudiera explicarme como la iglesia justifica eso gracias DIOS lo bendiga(no quisiera que piense que soy un lafebvrista que esta atacando el concilio vaticano II.... solo es una duda que siempre e tenido y quisiera quitarmela)
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JMI.-Es una cuestión que sólo podría responderla 1) estudiándola cuidadosamente en su historia y Magisterio apostólico, y que 2) sólo en otro post, obligadamente extenso, y no en la respuesta a un comentario, podría ser tratado.
20/04/15 7:26 PM
  
Ricardo de Argentina
Padre, por si sirve hago una breve observación acerca del artículo sobre Borobio que usted ha escrito y ahora cita.
Él expresa:
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"Pero este cambio (la trasubstanciación) no tiene por qué explicarse en categorías aristotélico-tomistas (sustancia-accidente), sometidas a crisis por las aportaciones de la física moderna, y reinterpretables desde la fenomenología existencial con su concepción sobre el símbolo."
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Entiendo que en esta frase queda clara la adscripción de Borobio al Idealismo, ese cáncer del pensamiento que parte de una revolucionaria premisa religiosa: "El Hombre ha creado a Dios a su imagen, necesidad y semejanza".

En su indigencia conceptual, Borobio llega a asimilar el concepto filosófico de "substancia" con los elementos de la Tabla Periódica.
Ridículo.

Ayer justamente le comentaba a un amigo que creía que el Idealismo, como fuente que es tanto del Liberalismo como del Comunismo, ambos condenados por la Igeslia, debería a su vez ser condenado "in toto", porque su esencia es contraria a nuestra Fe.
Él me respondió que no lo creía necesario. Pero no me ha convencido. Borobio no se muestra ni comunista ni liberal y sin embargo, nos cuela idealismo.
Y el idealismo impermeabiliza para recibir la gracia de la Fe.
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JMI.-Ahora que no nos oye nadie, Ricardo, permítame que le diga que cuando se leen las lucubraciones de Borobio sobre el concepto moderno de substancia, "no como realidad objetiva independiente de la percepción del sujeto, sino como una realidad antropológica y relacional estrechamente vinculada a la percepción humana", saca uno la conclusión de que no sabe de qué está hablando, no entiende lo que dice. Ya San Pablo denunciaba a los filósofos de su tiempo, alegando que "en realidad no saben lo que dicen ni entienden lo que dogmatizan" (1Tim 1,7).
21/04/15 4:14 PM
  
Ricardo de Argentina
Ja, ja, ja Padre, sí, mejor tomárselo a broma.
Que si lo tomamos a Borobio en serio, se corre el riesgo de que él se tome en serio lo que dice, entonces...¡¡pobre hombre!! :-((

(Es que la verdadera Caridad puede llegar a ser incluso divertida...)



21/04/15 5:19 PM
  
Juan Argento
Coincido totalmente con la última respuesta del Padre Iraburu a Ricardo. Las aportaciones de la física moderna no juegan ningún papel en este tema. Si alguien mezcla la física moderna con este tema, no entiende de qué esta hablando.

De hecho, que la Iglesia haya definido en el concilio ecuménico de Vienne que el hilemorfismo es un marco conceptual válido para entender la naturaleza humana no implica que también debamos sostener que el hilemorfismo es un marco conceptual válido para entender el mundo puramente físico, y mucho menos que sea el único marco conceptual válido para entender el mundo puramente físico. Sobre estas cuestiones tenemos libertad, y podemos dicutir si el hilemorfismo es o no útil, y en qué grado, para entender el mundo puramente físico.

Nótese que en el párrafo anterior dije tres veces "puramente físico". La naturaleza humana no es puramente física. Por lo tanto ni la física moderna ni la teoría de la evolución afectan la validez del dogma definido en Vienne: "el alma racional o intelectual es por sí misma y esencialmente la forma del cuerpo humano".

Por otro lado, destaco que la percepción del Padre Iraburu de que Borobio "no sabe de qué está hablando, no entiende lo que dice," es la percepción más benévola posible que se puede tener de él dada su tesis. Porque si el concepto de sustancia es "una realidad antropológica y relacional estrechamente vinculada a la percepción humana", entonces la transubstanciación se debe a un cambio en la percepción humana. Ergo el poder que Jesús despliega en la Eucaristía es de sugestión, de cambiar nuestra percepción, con lo que estamos reduciendo el Creador a un mero ilusionista. De ahí que dije que la tesis de Borobio parece ya rayana en la blasfemia.
21/04/15 5:31 PM
  
antonio
Muy hermoso padre, siempre pienso, en los Santos Padres, la Iglesia Católica, esta edificada sobre hierro, le tengo mucha devoción a San Ignasio de Antioquia.En sus cartas, está la Eucaristia, la Santisima Virgén y Roma, aparte de entregar su cuerpo en el coliseo, lleno del Espiritu Santo, para unirse al señor, ser triturado por los leones, afirmaciones, llenas de Amor a Cristo.
A quién creer a un hombre, abarazado por el Espiritu Santo, y/o a un teologuito, que comodo escribe barbaridades en su casa.
25/04/15 11:50 PM
  
antonio
Muchas Gracias, desde luego!!!!
25/04/15 11:51 PM

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