(126) Filo-lefebvrianos -I
–Mire usted que también este tema…
–El Señor me ayudará.
Quiero tratar de la actitud nociva de los filo-lefebvrianos dentro de la Iglesia católica, no sin antes describir muy brevemente la posición de lefebvrianos y anti-lefebvrianos. Trato especialmente de los filo-lefebvrianos porque nos quedan cerca, y rondan continuamente a los confesores y defensores de la ortodoxia católica.
—Los lefebvrianos consideran a Mons. Lefebvre como el San Atanasio de nuestro tiempo, y a la Fraternidad sacerdotal de San Pío X (FSSPX) como garante imprescindible de la ortodoxia doctrinal y litúrgica de la Iglesia. El Obispo lefebvriano Bernard Tissier de Mallerais, autor de una gran biografía de Mons. Marcel Lefebvre (1905-1991), entiende su vida «como una bella línea ascendente» (Marcel Lefebvre, une vie, Clovis 2002, 2ª ed.). Sacerdote misionero, Obispo de Senegal (1947), es elegido superior de la congregación de Espíritu Santo (1962). Dimite de este cargo para fundar en Écône, Suiza, la FSSPX (1970), que en el tiempo postconciliar se significa muy notablemente por su adhesión cerrada a la Misa antigua y por su oposición a algunas doctrinas del Vaticano II.
La Santa Sede aplica ciertas sanciones a él y a su Fraternidad. Firme en sus intentos, Lefebvre celebra en 1976 la «messe interdite» (la misa prohibida) ante 10.000 fieles y 400 periodistas. Y su nombre adquiere todavía más resonancia cuando en 1988, sin la autorización necesaria de la Santa Sede, ordena en Écône ante las televisiones de numerosas naciones a cuatro Obispos para el servicio de la Fraternidad. El Obispo consagrante y los cuatro ordenados incurren por ello en pena de excomunión latæ sententiæ.
Tissier de Mallerais, rector un tiempo del Seminario de Écône y uno de los cuatro Obispos ordenados por Mons. Lefebvre, escribe la «fascinante biografía» de este «cavalier seul» en la Iglesia, y nos descubre «el misterio de un hombre que si tuvo una extraordinaria seguridad en sí mismo fue porque tuvo una extraordinaria seguridad en Dios» (ib. 10).
—Los anti-lefebvrianos distan extremadamente en doctrina y espíritu de Mons. Lefebvre y de la FSSPX, y sienten por ellos una gran aversión. Por eso protestaron con dureza cuando Benedicto XVI levantó la excomunión de los Obispos lefebvrianos (21-I-2009). Este acto ocasionó entre ellos una resistencia furiosa, pues están convencidos de que los lefebvrianos deben ser rigurosamente mantenidos fuera de la comunión eclesial. Incluso los Obispos de Alemania en una Declaración colectiva (5-III-2009) expresaron grandes reticencias sobre esta medida del Sucesor de Pedro. La resistencia que los anti-lefebvrianos presentaron fue tan grande que el mismo Papa estimó conveniente justificar el indulto en una Carta posterior dirigida a todos los Obispos de la Iglesia (10-III-2009):
«Este gesto discreto de misericordia hacia los cuatro Obispos», por múltiples razones «ha suscitado dentro y fuera de la Iglesia católica una discusión de una vehemencia como no se había visto desde hace mucho tiempo». Pero «la remisión de la excomunión tiende al mismo fin al que sirve la sanción: invitar una vez más a los cuatro Obispos al retorno. Este gesto era posible después de que los interesados reconocieran en línea de principio al Papa y su potestad de Pastor, a pesar de las reservas sobre la obediencia a su autoridad doctrinal y a la del Concilio».
No deja de ser curioso que precisamente aquellos que muestran la mayor dureza contra los lefebvrianos son precisamente quienes manifiestan una mayor indulgencia hacia tantos pastores y teólogos que ofenden gravemente la fe y la disciplina de la Iglesia. Es indudable que esta grave falta de caridad eclesial dificulta no poco el regreso de la FSSPX a la plena comunión de la Iglesia católica.
Nosotros, obviamente, nos sentimos mucho más próximos a los lefebvrianos que a aquellos numerosos pastores y teólogos «católicos» que han perdido la fe, ya que niegan o ponen en duda la divinidad de Cristo, la virginidad de María, la unicidad de la salvación por Cristo, la presencia eucarística, la distinción real entre el sacerdocio ministerial y el común, la existencia de los ángeles, del purgatorio y tantas otras verdades de la fe católica.
Por el contrario, los seguidores de Lefebvre confiesan con nosotros esa «una sola fe» de la Iglesia, y por eso les tenemos estima, y denunciamos todo intento de demonizarlos, pues queremos favorecer su total reincorporación a la Iglesia. Sin embargo, no por eso olvidamos que, como dice Benedicto XVI, guardan ellos todavía «reservas sobre la obediencia a la autoridad doctrinal del Papa y a la del Concilio», y que por eso mismo deben «retornar» a la plena comunión de la Iglesia.
—Los filo-lefebvrianos comparten en mayor o menor medida las posiciones de los lefebvrianos. De ellos quiero tratar ahora con mayor amplitud. Por supuesto, vale para los lefebvrianos a fortiori la crítica que haré de los filo-lefebvrianos. Éstos son con frecuencia buenos y fieles cristianos, pero su filo-lefebvrismo, más o menos pronunciado, les daña mucho y escandaliza a no pocos católicos, sobre todo a los menos formados, suscitando en ellos confusión, desconfianza en el Papa, aversión al Concilio Vaticano II y a la liturgia actual de la Iglesia.
Los filo-lefebvrianos obstaculizan en gran medida el regreso de la FSSPX a la plena comunión con la Iglesia católica. Aunque pueda parecer una paradoja, es así. Ellos, sin ser lefebvrianos, asumen gran parte de sus tesis principales, comprenden o incluso justifican la ordenación de los cuatro Obispos, consideran algunos documentos del Concilio inconciliables con el Magisterio anterior, ven con aversión la Misa de forma ordinaria –llegando algunos a negar su validez–, condenan de forma implacable algunos gestos de Juan Pablo II y de la Iglesia en el postconcilio, y de este modo, aunque no lo pretendan, están dando la razón a los lefebvrianos, les fortalecen en sus posiciones, y por eso, sin duda, están dificultando gravemente su reincorporación a la plena comunión de la Iglesia católica. Consiguen de hecho justamente lo contrario de lo que pretenden.
He descrito ya someramente la fisonomía de los católicos filo-lefebvrianos. Pero ya se comprende que su identidad no puede ser definida con exactitud, pues se realiza en innumerables grados. Hay casos en que el filo-lefebvrismo no pasa apenas de ser una valoración grande, pero no del todo bien entendida, de la Tradición católica. Pero en otros casos, hay católicos próximos al lefebvrismo que casi se identifican con los lefebvrianos, sobre todo cuando admiten como legítimas las causas que ocasionaron «el acto cismático» de la ordenación de los Obispos de la FSSPX.
Los filo-lefebvrianos, por supuesto, no reconocen en modo alguno su condición, como tampoco los semipelagianos admitían su semipelagianismo, ni los jansenistas reconocían serlo. Si les reprochamos algunas de sus actitudes, señalándoles, por ejemplo, algunas palabras publicadas que nos parecen inconciliables con la plena fidelidad al Papa, al Vaticano II y a la Iglesia, es casi seguro que justificarán cerradamente su posición, con prolijidad de datos y argumentos, demostrándonos de modo indiscutible que ellos no son lefebvrianos. Pero no nos demuestran que no sean filo-lefebvrianos, que es lo que convendría que demostraran, respondiendo a las objeciones que les ponemos.
Limitaré aquí y ahora mis consideraciones a la ordenación ilegítima de los cuatro Obispos de la FSSPX, a la aceptación del Vaticano II y a ciertos gestos del Papa Juan Pablo II. Dejo en cambio de lado muchas otras quæstiones disputatæ en torno a la validez y licitud de la Misa postconciliar, el decreto Dignitatis humanæ, el cumplimiento del precepto dominical con la Misa de la FSSPX, el status actual de los lefebvrianos en la Iglesia, etc. Y paso al tema principal:
Los filo-lefebvrianos más extremos afirman con los lefebvrianos que «Mons. Lefebvre obró siempre con una conciencia buena y recta, también al ordenar Obispos. Cuando la obediencia a ciertas normas de la Iglesia choca contra aquello que la conciencia muestra con certeza moral como Voluntad divina, debe seguirse la conciencia. Es el caso de Lefebvre, que se decide a quebrantar la ley canónica, viendo a la Iglesia en estado de extrema necesidad: “il s’agit d’une nécessité évidente… parce que Rome est dans les ténèbres” (Tissier 575) [1]. Él estima que sin la FSSPX el pueblo cristiano corre grave peligro de perderse, pues la Iglesia se aleja de la plena ortodoxia doctrinal y de la liturgia verdadera tradicional. En estas circunstancias, ordenar unos Obispos que mantengan la FSSPX, imprescindible para la salvación de la Iglesia, es un deber absoluto, pues “salus animarum suprema lex”». A estas argumentaciones respondeo dicendum:
Contraponer la ley de la Iglesia y la conciencia bien formada es una de las causas hoy más frecuentes de la degradación doctrinal y pastoral: con «buena conciencia», siempre que las circunstancias lo requieren, se celebran «misas» sin sacerdote, se practica en forma crónica en los matrimonios la anticoncepción, etc. Pero la fe católica nos enseña otra cosa. No está bien formada la conciencia que rechaza obedecer leyes gravísimas de la Iglesia, porque para que la conciencia personal sea recta y bien formada, no basta que se ajuste solo a sí misma (auto-nomos, autonomía de la conciencia), sino que debe obedecer a los mandamientos de Dios y de la Iglesia. Mons. Lefebvre no podía tener clara conciencia de que la ordenación ilegal de los Obispos era la Voluntad de Dios. No podía confundir la Voluntad divina con la suya.
Ordenar Obispos sin permiso de la Santa Sede es un acto gravemente malo, que la Iglesia sanciona con la excomunión, y es también un sacrilegio, un abuso grave en materia de sacramentos (Catecismo 2120). Nunca, por tanto, puede justificarse esa acción por un fin noble, a no ser que condiciones extremas hagan imposible el cumplimiento de esta ley eclesiástica, como pudo suceder en algunas ordenaciones realizadas en China, cuando allí no era posible ni siquiera comunicarse con Roma: ad impossibilia nemo tenetur. Mons. Lefebvre, sin estar en circunstancias análogas, al ordenar cuatro Obispos para la FSSPX, desobedeció una ley muy importante de la Iglesia, y no solo hizo esas consagraciones sin el permiso del Papa, sino que las hizo contrariando conscientemente la voluntad expresa del Pastor universal de la Iglesia.
1.– La ley de la Iglesia ordena: «a ningún Obispo le es lícito conferir la ordenación episcopal sin que conste previamente el mandato pontificio» (c. 1013). Tan grave es la prohibición, que el Obispo que eso hiciera y los ordenados «incurren en excomunión latæ sententiæ reservada a la Santa Sede» (c. 1382).
2.– Juan Pablo II, unos días antes de aquellas ordenaciones, trata de disuadir a Mons. Lefebvre con una carta, que termina diciendo: «Os invito ardientemente a volver humildemente a la plena obediencia al Vicario de Cristo. No solamente os invito a ello, sino que os lo pido por las llagas de Cristo, que la víspera de su Pasión pidió por sus discípulos “a fin de que todos sean uno”. A esta petición e invitación uno mi plegaria cotidiana a María Madre de Cristo. Querido hermano, no permitáis que el año dedicado de una manera muy especial a la Madre de Dios traiga una nueva herida a su corazón de Madre. Vaticano, 9 de junio de 1988, Juan Pablo II». Mons. Lefebvre resiste este mandato, presentado humildemente por el Papa como un ruego extremadamente apremiante.
Las ordenaciones episcopales de Mons. Lefebvre son, pues, un acto gravemente cismático. Pocos días después de realizadas, Juan Pablo II, en la Carta Apostólica-Motu proprio Ecclesia Dei (2-VII-1988), denunciaba con gran dolor la «ilegítima ordenación episcopal» realizada por Mons. Lefebvre, y decía:
«ese acto ha sido en sí mismo una desobediencia al Romano Pontífice en materia gravísima y de capital importancia para la unidad de la Iglesia, como es la ordenación de obispos, por medio de la cual se mantiene sacramentalmente la sucesión apostólica. Por ello, esa desobediencia –que lleva consigo un verdadero rechazo del Primado romano– constituye un acto cismático (canon 751). Al realizar ese acto [18-VI-1988], a pesar del monitum público que le hizo el cardenal Prefecto de la Congregación para los Obispos el pasado día 17 de junio, el reverendísmo mons. Lefebvre y los sacerdotes Bernard Fellay, Bernard Tissier de Mallerais, Richard Williamson y Alfonso de Galarreta, han incurrido en la grave pena de excomunión prevista por la disciplina eclesiástica (canon 1382)». El citado canon 751 citado por el Papa afirma que el cisma es «el rechazo de la sujeción al Sumo Pontífice».
El primer error-pecado de Lefebvre y de los lefebvrianos estuvo y está en el discernimiento condenatorio de la Iglesia presente y concretamente del Papa Juan Pablo II, como veremos en otro artículo.
Mons. Lefebvre en una reunión con sus más íntimos colaboradores: «On ne peut suivre ces gens-là, c’est l’apostasie, ils ne croient pas à la divinité de Notre Seigneur Jésus-Christ […] Procédons au sacre!», a la ordenación de Obispos (Tissier 578) [2]. En un encuentro (1987) con el Card. Ratzinger, prefecto de la Congregación de la Fe: «Le schisme? rétorque Mgr Lefebvre. Si schisme il y a, il est bien plus le fait du Vatican avec Assise et […] c’est la rupture de l’Église avec son magistère traditionnel. L’Église contre son passé et sa Tradition, ce n’est pas l’Église catholique; c’est pourquoi il nous est indifférente d’être excommuniés par cette Église libérale, oecuménique, révolutionnaire» (ib. 576) [3]. «Rome a perdu la foi, Roma est dans l’apostasie, on ne peut faire confiance à ce mond-là» (ib. 577) [4].
El segundo error-pecado fundamental de Lefebvre y de los lefebvrianos estuvo y está en creer que ellos son necesarios para impedir que la Iglesia se derrumbe por un precipicio de errores heréticos y de liturgias sacrílegas. Eso es lo que piensan: la Iglesia, en este momento de su historia, tiene para salvarse absoluta necesidad de nosotros. Nos vemos, pues, en la grave obligación moral de perdurar y crecer, lo que no es posible si no es ordenando Obispos. Por tanto, aunque ya sabemos que esto atenta gravemente contra la ley de la Iglesia y la voluntad expresa del Papa, sin embargo, a pesar de todo lo haremos. Realizaremos ese acto aun previendo que caerán sobre nosotros anatemas y excomuniones. Y ahí tienen ustedes a no pocos filo-lefebvrianos, que justifican esa decisión o que al menos la comprenden con benevolencia –suspenden el juicio–, dañándose a sí mismos y escandalizando al pueblo de Dios.
En una entrevista con periodistas (9-XII-1983) Mons. Lefebvre había anunciado ya la ordenación de Obispos como una posible necesidad de conciencia: «Je pense quand même qu’apparemment ce serait un acte de rupture avec Rome, qui serait grave. Je dis encore “apparemment”, parce que je pense que devant Dieu il est possible que mon geste soit un geste nécessaire pour l’histoire de l’Église, por la continuation de l’Église, […] du sacerdoce catholique. Alors je ne dis pas qu’un jour je ne le ferai pas, mais dans des cinconstances encore plus tragiques» (Tissier 571) [5]. Éstas se produjeron, a su juicio, en la reunión de Asís: «C’est diabolique… C’est une impiété inqualifiable envers Notre Seigneur Jésus-Christ» (ib. 563-564) [6].
Son falsas las premisas mayores que llevaron al cisma a la FSSPX. Y todos los males lefebvrianos procedieron y proceden de esos errores. El Señor no necesita de nadie para salvar su Iglesia, y por puro amor a ella, no por necesidad, emplea para ello normalmente la mediación de sus miembros, Pastores y fieles. Pero emplea precisamente la mediación activa de quienes, bajo la moción de su gracia, cumplen humildemente las leyes canónicas y los mandatos del Papa. Por el contrario, quebrantando la ley de la Iglesia y resistiendo una voluntad que el Papa expresa con su autoridad de Pastor universal, no puede realizarse ninguna acción salvífica. Solo pueden producirse enormes daños a la Iglesia. Los pastores que, sin pasar por la puerta, entran en el redil para apacentar el rebaño «son ladrones y salteadores» (Jn 10,1-9).
Es la Iglesia la que nos salva a nosotros. En la ignorancia de esta verdad tan central parecen coincidir los modernistas progresistas y los integristas más extremos. El Concilio Vaticano II la enseña claramente: solo la Iglesia «es necesaria para la salvación» (LG 14), solo ella es el «sacramento universal de salvación» (LG 48; AG 1). No somos nosotros los que salvamos a la Iglesia, por muchos aprietos que a veces sufra ella a causa de los errores, abusos y pecados de sus miembros. Se sale Mons. Lefebvre del esplendor de la verdad cuando piensa y dice que la ordenación de sus Obispos es «un geste nécessaire pour l’histoire de l’Église, por la continuation de l’Église».
Con el favor de Dios, seguiré con el tema.
José María Iraburu, sacerdote
Traducción de los textos en francés
[1] Se trata de una necesidad evidente… porque Roma está en las tinieblas.
[2] No se puede seguir a esa gente, es la apostasía, no creen en la divinidad de Nuestro Señor Jesucristo… Procedamos a la consagración [de Obispos].
[3] ¿Un cisma? replica Mons. Lefebvre. Si es que hay un cisma, más bien está en el hecho del Vaticano en Asís y […] está en la ruptura de la Iglesia con su Magisterio tradicional. La Iglesia contra su pasado y su Tradición no es ya la Iglesia católica; y por eso para nosotros es indiferente ser excomulgados por esta Iglesia liberal, ecuménica, revolucionaria.
[4] Roma ha perdido la fe, Roma está en la apostasía, no es posible poner la confianza en ese mundo.
[5] Pienso yo que aparentemente será un acto de ruptura con Roma, lo que será grave. Y digo que “aparentemente", porque pienso que ante Dios es posible que mi gesto sea un gesto necesario para la historia de la Iglesia, para la continuación de la Iglesia […], del sacerdocio católico. Así pues, no digo yo que un día no lo haga, pero en unas circunstancias todavía más trágicas.
[6] Es algo diabólico… Es una impiedad incalificable hacia Nuestro Señor Jesucristo.
Índice de Reforma o apostasía
.
InfoCatólica se mantendrá si la mantienen sus lectores. Haga clic aquí
138 comentarios
¿Asís? Si lo que se ha escrito sobre aquello es cierto, una iniquidad.
¿La liturgia católica? Destruída. El cristiano que anda por ahí no se la encuentra casi nunca.
¿El Concilio? Ahí está el testimonio de mons. Shneider reclamando un texto magisterial interpretativo.
Sólo apunto temas, a partir de la información que obtengo en estas mismas páginas. Estamos, efectivamente, en tiempos de apostasía. Los tiempos de reforma me parece que todavía no han llegado.
--------------------------------
JMI.- Seguro que ya para estas fechas, y después de sus exploraciones por el mundo de la Iglesia actual, le asiste Dios con su gracia para captar bien que por un lado vamos los infocatólicos, y por otro lado, bastante diferente y fácil de conocer, van los filo-lefebvrianos. Sea bueno, y quédese con nosotros. No se deje engañar.
Como ha de dedicar un post específico a este asunto, habiendo comenzado por el más gordo de todos que es la causa material del cisma y la causa jurídica de la excomunión, lo espero ansiosamente.
Y es que en el fondo la única justificación que se puede dar al Novus Ordo es la Impositio Paulina. En comparación con el Antiquior desmerece, y sus frutos ahí los tenemos.
No tenía que haberse permitido caer en la excomunión.
Para ayudar a la Iglesia, tenía que haberse quedado dentro. Ser más astuto. Si lo que él defendía era de agrado de Dios, Dios promovería adhesiones a esas posturas sin necesidad de ninguna ordenación. Los mismos obispos, ya ordenados, se adherirían. La Iglesia es de Dios. Hay que tener confianza en la divina providencia.
Antes los enemigos de la Iglesia y los herejes se marchaban de la Iglesia. Hoy se quedan dentro para corroer.
¿Por qué los que defienden las cosas de siempre no se quedan dentro y curan, en vez de producir heridas?
Yo creo que los santos de todas las épocas veían desastres en la Iglesia, pero construían siempre desde dentro. ¿Quién me puede obligar a que crea en chorradas y estupideces?
También la astucia es un consejo evangélico.
Y por último, creo que es una gran falta de comunión la ausencia de alegría por la vuelta de la FSPX. Espero que eso ocurra del todo y definitivamente.
-----------------------
JMI.- Bien dicho, Menka.
--------------------------
JMI.- Aliquando dormitat etiam Homerus.
Aunque uno sea un genio, no siempre logra mantener un nivel genial.
--------------------
JMI.- A mandar, Guillermo.
Fuera bromas, es fácil escribir cuando no tienes a tu cargo un seminario al que canallescamente y contra todo derecho te mandan cerrar, una Misa a la cual la prohiben -porque durante el pontificado de Pablo VI se persiguió a quienes celebraban misa tradicional-, y el modernismo triunfante en todos lados, al punto que un Papa destruía por la noche lo que deploraba durnate el día ("autodemolición", confesó).
Es fácil juzgar a un hombre que se jugó todo, prestigio y fama, para proclamar simplemente la misma hermenéutica de la continuidad que Benedicto vino a "descubrir".
Es fácil juzgar a un anciano al que prometieron garantías y a último momento le hacen una buena trastada curial y lo obligan a mandar al diablo todo lo acordado (Ratzinger conoce perfectamente la historia).
¿Es fácil juzgar? No, no es fácil. Yo por lo menos no me atrevo. Lefebvre se agiganta con el paso de los años, la crisis de la Iglesia que el vio de una vez y para siempre en el Concilio continúa, el tiempo le ha dado la razón. ¿Se equivocó al apreciar como justificadas las razones por las que ordenó obispos, la mayor crisis desde la época arriana? Puede ser, aunque no me atrevo a juzgarlo. Tampoco juzgo a Slypjy, que hizo algo parecido pero que no tuvo tanta prensa porque no le convenía a Pablo VI, uno de los peores Papas de la Historia.
----------------------
JMI.- "Lefebvre se agiganta al paso de los años".
Lo que hay que oir. ¡Qué necesario ha sido este artículo sobre los filo-lefebvrianos!
Sólo por ese motivo y la humildad con que lo pidió el obispo de Roma valía la pena haber obedecido.
Un saludo.
--------------------
JMI.- Vaya pregunta... La parte de verdad etc. es el Credo y todas las verdades de la fe de la Iglesia: ésa es su parte de verdad.
Michael Davies y muchos tradicionalistas discreparon con la ordenación de los obispos, pero siempre estimaron que la posición litúrgica era basicamente correcta. Ratzinger, también. Y la reacción de los obispos - en su gran mayoría- al Motu Proprio muestra que efectivamente Lefebvre tenía razón: hay un rechazo explícito de la tradición, hubo persecusión y hay ruptura.
--------------------
JMI.- El artículo no contiene ninguna falacia.
Y el Motu Proprio enseña que hay continuidad entre la Misa del uso antiguo y del nuevo orden, y que los dos sirven a la Iglesia. Una continuidad que Lefebvre negaba con toda su alma.
Pregúntele a Bugnini a quién servía, Padre.
Sí, la continuidad la niega también el Cardenal Ratzinger en su autobiografía. No pretenderá que como Papa repita lo que escribió, pero ahí está clarito: "hubo ruptura, se destruyó el edificio antiguo y se construyó uno nuevo, bien que con pedazos del antiguo".
En fin, empezamos con los voluntarismos. Si se niega que la reforma litúrgica estuvo inspirada por los peores antecedentes y se concretó de forma chapucera y desastrosa, como el mismo gran experto Bouyer y el cardenal Stickler, Monseñor Gambler y Ratzinger han confesado, pues no se entiende nada.
Esto es increíble. O sea que estamos hablando de "una herejía cuya esencia consiste en afirmar todas las verdades de la fe de la Iglesia"... La lógica aristótelica me ha estallado.
Lope de Vega decía que escondía a Plauto y a Terencio cuando escribía, "para que no dieran voces" de queja.
Le recomiendo esconder toda su biblioteca, Padre. Sus escritos también. Déjelo eso sí a Ladaria a mano.
--------------------------
JMI.- Me hace usted decir una enorme bobada que yo no he dicho:
"una herejía cuya esencia consiste en afirmar todas las verdades de la fe de la Iglesia"
Corto y cierro. Ya.
El lefebrismo también impugna Asís, cuando es lo más natural que el Papa, un representante de una religión, se reúna con los representantes de todas las religiones, incluido las animistas, y cada uno rece a su dios a su manera. Ya sabemos que las religiones tienen todas semillas de verdad y que la verdad misma es relativa.
En su maldad, los lefebristas llegan a impugnar el beso al Corán. ¡Cómo si el Islam no fuera también una vía legítima y valiosa de salvar el alma!
Por último y suprema necedad, los lefebristas creen que la liturgia no se fabrica como un Código Civil por parte de una comisión de iluminados. Incluso cuentan la anécdota de Bouyer, que confiesa que terminó de redactar la plegaria eucarística dicha de San Hipolito, de apuro, en una trattoria romana con Dom Botte. Como si el espíritu no soplara donde quiere.
No estás lejos de nuestra verdad, hermano padre.
-----------------
JMI.- O sea que "la verdad misma es relativa".
Estamos buenos.
"No estás lejos de nuestra verdad, hermano padre".
Estoy muy muy lejos, hermano hijo.
Pero les pilla totalmente a contrapié la impugnación de uno que, como yo ahora, describe exactamente sus errores, después de haber dedicado en el mismo blog un montón de artículos para impugnar a Marciano Vidal, Anthony De Mello, Olegario, Borobio, Flecha, Schillebeeckx, Haight, Sobrino, Rahner, Küng, Pagola, Aguirre, etc. etc. luteranos, quietistas y, lo que ya es el colmo, toda la corte de los correctos semipelagianos (44-66). Y por eso están molestísimos.
Ya se les pasará.
Yo me voy a hacer la siesta, con perdón.
"Los filo-lefebvrianos obstaculizan en gran medida el regreso de la FSSPX a la plena comunión con la Iglesia católica. Aunque pueda parecer una paradoja, es así. Ellos, sin ser lefebvrianos, asumen gran parte de sus tesis principales, comprenden o incluso justifican la ordenación de los cuatro Obispos, consideran algunos documentos del Concilio inconciliables con el Magisterio anterior, ven con aversión la Misa de forma ordinaria –llegando algunos a negar su validez–, condenan de forma implacable algunos gestos de Juan Pablo II y de la Iglesia en el postconcilio, y de este modo, aunque no lo pretendan, están dando la razón a los lefebvrianos, les fortalecen en sus posiciones, y por eso, sin duda, están dificultando gravemente su reincorporción a la plena comunión de la Iglesia católica. Consiguen de hecho justamente lo contrario de lo que pretenden..."
-----------------------
JMI.-"Les grands esprits se rencontrent"
Traducido:
Los grandes genios, Nelson, coincidimos.
----------------------------
JMI.- Gracias a Dios, a Benedicto XVI y a grupos cada vez más numerosos, la Misa de SPío V resplandece cada vez más en su grandiosa verdad y belleza. A pesar de los lefebvrianos y filo-lefebvrianos, que con sus condenas o desprecios al menos del Novus Ordo consiguieron enfrentar la Misa antigua y la nueva, no sabiendo valorar las dos, como hoy día hacemos gracias a Dios, a Benedicto XVI y a grupos cada vez más numerosos.
Vaya si es diferente la encina, respecto a la bellota. Pero hay continuidad. Crece una encina y no un cedro.
Que sepamos, pues guardar un equilibrio: ni correr en pos de novedades y el "último grito de la moda", ni encastillarnos en formas muy venerables, pero ya obsoletas.
¿Es tan imprescindible para la recta liturgia el uso del "amito" o del manípulo", por ejemplo?
En cuanto al artículo en sí, es lamentable que tan insigne sacerdote escriba esto: "Nunca, por tanto, puede justificarse esa acción por un fin noble," refiriéndose a la ordenación de obispos sin permiso de Roma. ¿Nunca?
La palabra "nunca" es una palabra que todos deberíamos usar menos. Sin duda "nunca" nos imaginábamos que un Papa presidiría una ceremonia pan-religiosa, con brujos vudú incluidos. Pero pasó. "Nunca" creíamos que los obispos defenderían a capa y espada una Constitución atea para España, pero pasó. "Nunca" sería posible que lo que ha servido para la santificación de los católicos a lo largo de casi 1500 años, lo más sagrado que tenía la Iglesia, la Santa Misa llamada Tridentina, sería en efecto prohibida, y que los pocos fieles apegados a ella serían vilipendiados y perseguidos por la misma Iglesia. Pero pasó.
--------------------------
JMI.- No meta usted tantas cosas diversas en un mismo saco.
Es verdad patente: que la doctrina, la disciplina canónica, la liturgia de la Iglesia va evolucionando a lo largo de los siglos está ya enseñando por San Vicente de Lerins, siempre creciendo en el mismo sentido, como un árbol que siempre crece fiel a sí mismo.
Antes que SVicente lo dijo Jesús: "El Espíritu de la verdad os guiará hacia la verdad completa" (Jn 16,13), y siempre la Iglesia se lo ha creído.
Para que se entienda, igual que un hijo está sujeto a la autoridad de sus padres EN CIRCUNSTANCIAS NORMALES, hay situaciones extremas que obligan a los hijos a desobedecer a sus padres. Si, por ejemplo un padre manda a su hija prostituirse, está claro que la hija debe hacer todo lo que está en sus manos para resistir al padre. Esto no significa que rechaza la legítima autoridad del padre, ni que es mala hija. Por circunstancias extraordinarias es absolutamente necesaria la DESOBEDIENCIA, porque la obediencia a la autoridad llevaría al pecado.
La resistencia de Mons. Lefebvre es de este tipo. Se negó a ser partícipe en la demolición de la Iglesia y la destrucción de la fe. Aunque objetivamente uno puede estar en desacuerdo con esta conclusión, el Derecho Canónico reconoce que si SUBJETIVAMENTE uno se acoge al estado de necesidad en la Iglesia, no puede caer sobre él la excomunión, porque no puede haber pena sin un pecado mortal subjetiva. (1983 Código de Derecho Canónico, 1323, §4).
------------------------
JMI.- Lo que usted dice justifica plenamente a Lefebvre, siempre, claro, que su desobediencia sea análoga a la de la hija que se niega a prostituirse, porque en tales casos hay que obedecer a Dios antes que a los hombres, aunque sea el padre.
Pero no es el caso. Nada que ver.
Yo fui ordenado en 1963, y desde entonces estoy afirmando verdades católicas en mis escritos y defendiéndolas de los errores cristianos. Y a mí nunca la Iglesia, ni por Encíclica, ni por Rito litúrgico renovado, el que sea, me ha obligado a prostituirme.
Y el canon que usted cita, basta con leerlo para darse cuenta de que con Mons. Lefebvre no tiene nada que ver.
Concedido todo esto queda:
a.-que son el último reducto al que al final huyen los fieles tras múltiples "experiencias" con la liturgia Novus Ordo
b.-que, como dice luis, fueron ellos realmente los inventores de la "hermenéutica de la continuidad", o al menos los que recordaron que tal continuidad es una nota propia de la Iglesia
c.-que, finalmente, se han levantado las excomuniones.
Lo único que queda por solventar, en fin, es una mera cuestión jurídica.
No hay ningún impedimento objetivo para cumplir con el precepto dominical en una iglesia lefevriana o para vivir litúrgicamente con ellos. Se puede cuestionar la licitud de algunos de los sacramentos que imparten, pero no su validez.
Y, en fin, si existieran lefevrianos en España otro gallo nos cantaría y estaríamos hablando en otro tono de ellos. Por miedo, por supuesto.
Fdo.
Filolefevriano.
-----------------------------
JMI.- Como a. y b. son falsos, cae toda su argumentación.
Son obviamente falsos.
---
¡Pasen, señores, pasen!
Y vean un filolefebvriano que se declara filolefebvriano.
1. A la luz de su caracterización habría que concluir que el Cardenal Darío Castrillón Hoyos, es un filo-lefebvriano (cfr. sus textos sobre la inexistencia de cisma propiamente dicho, su valoración de la persona de Mons. Lefebvre, etc.), que obstaculiza el regreso de la FSSPX. Y algo semejante podría decirse acerca del Cardenal Alfonso Sticlker y su crítica fuerte a la reforma litúrgica de Pablo VI; o del prólogo del Cardenal Joseph Ratzinger a la obra del liturgista Klaus Gamber. Son datos de conocimiento público, muy divulgados en Internet, y ciertamente me llama la atención que Ud. no los haya citado en esta entrada.
Pero prefiero mencionar un hecho más o menos reciente. En los días 16 a 18 de diciembre de 2010 tuvo lugar en Roma un Congreso sobre el Vaticano II: Concilio Ecumenico Vaticano II. UN CONCILIO PASTORALE. ANALISI STORICO-FILOSOFICO-TEOLOGICA. Per una sua giusta ermeneutica alla luce della Tradizione della Chiesa. Participantes: Mons. Brunero Gherardini (Pont. Università Lateranense), Prof. Rosario M. Sammarco (Sem. T. Immacolata Mediatrice), Prof. Ignacio Andereggen (Pont. Università Gregoriana), Prof. Roberto de Mattei (Università Europea di Roma) Prof. Yves Chiron (Direttore del Dictionnaire de biographie française), Prof. Paolo M. Siano (Sem. T. Immacolata Mediatrice), Prof. Giuseppe M. Fontanella (Sem. T. Immacolata Mediatrice), Mons. Atanasio Schneider (Vescovo ausiliare di Karaganda), Serafino M. Lanzetta (Sem. T. Immacolata Mediatrice) Rev.do Dott. Florian Kolfhaus (Segreteria di Stato), S. E. Mons. Agostino Marchetto, Rev.do Prof. Don Nicola Bux (Istituto Ecumenico di Bari), Mons. Velasio de Paolis (Presidente della Prefettura degli Affari Economici della S. Sede). Una lectura de las ponencias, de acuerdo con su criterio taxonómico, tendría que llevarnos a concluir que los ponentes son filo-lefebvrianos. Yo no me atrevería a afirmarlo de personalidades como Gherardini, Kolfhaus, Bux y Schneider…
Vale la pena, en mi modesta opinión, leer las ponencias del congreso. Y si se aplicase a los participantes el mote de filo-lefebvrianos, habría que aclarar —por justicia— que se trata de opiniones que es lícito sostener en la Iglesia, aunque no se las comparta.
3. En todo caso, si usted desea dar un derecho a réplica más amplio que simples comentarios en el blog, ofrezco mi traducción de la recensión del congreso, realizada por el p. Serafino M. Lanzetta, FI, y los enlaces para que los lectores puedan acceder al contenido de las ponencias publicadas.
Saludos.
--------------------------
JMI.- Yo he leído, p. ej., el libro de Gamber y el prólogo del Card. Ratzinger, varios escritos de Nicola Bux y algunos otros autores de los que usted cita, como el Card. Alfonso Sticlker. Y estoy perfectamente de acuerdo con ellos.
Por eso me parece que su argumentación en contra de mi artículo no es válida, porque me contrapone usted gratuitamente a un gran número de autores que yo admiro y con los que coincido.
Quod gratis asseritur, gratis negatur.
"A la luz de su caracterización habría que concluir"... ¿qué? ¿Que el cisma armado por Mons. Lefebvre era "necesario para la continuidad de la Iglesia"? ¿Eso es lo que dicen los autores citados? Porque DE ESO ES DE LO QUE HABLO EN EL ARTÍCULO.
.
Nada que ver tienen la ambigua pretensión de reforma litúrgica del Vaticano-II, codificada en la Sacrosanctum Concilium, y el producto resultante, el Novus Ordo y particularmente su aplicación práctica.
Hoy día decir Novus Ordo, en la práctica, es casi sinónimo de decir "como Pedro por su casa".
--mas allà de los muchos defectos que tenga-- advierte respecto a parte del magisterio y los actos del Vaticano II y del papado y la jerarquìa post conciliar, en cuanto a su divergencia con el magisterio y los actos anteriores de la Iglesia. Y, disculpe, espero tambièn que se pueda dejar un comentario, o pregunta o cuestionamiento acà a su respecto, sin censura cuando se lo realiza con respeto. Y, en esa lìnea, le digo que creo que el principal obstàculo para que la Fraternidad San Pio X regularice su situaciòn canónica, no son los filo-lefebvristas sino por el contrario los mismos actos
--vea ahora por ej. el nuevo Asìs convocado por Benedicto XVI-- que lamentablemente la autoridad realiza. Quien escribe no integra ni està vinculado a la Fraternidad San Pìo X, fuera de asistir ocasionalmente a algun acto litùrgico o leer algunas publicaciones de ellos, que dicen algunas verdades olvidadas. Pero bueno, si ud. entra en los temas de conflicto, le dirè o preguntarè otras cosas.
Saludos cordiales.
Tras el levantamiento de las excomuniones queda un impedimento jurídico con los restantes sacramentos, en todo caso.
Fdo.
Filolefevriano exclusivamente litúrgico.
De qué tengo que confesarme:
a.-de nada
b.-de no haber cumplido el precepto dominical
c.-de lo mismo que si hubiese ido a una parroquia ortodoxa rusa
d.-de desobediencia objetiva a la Iglesia
e.-de colaboracionismo cismático (materialiter)
¿De qué?
Por fortuna en Barcelona está el Oasis.
Pero dónde no haya cosas así... ¿qué les queda a los fieles sino los cismáticos materialiter?
Fdo.
Filolefevriano litúrgico.
Por otra parte, observamos cómo en la propia Archidiócesis de Madrid se ha prohibido en fecha muy reciente la celebración de la Santa Misa por el rito tridentino en un templo de la capital, según parece por presiones del Arzobispado, y en clara desobediencia al Motu Proprio Summorum Pontificum. Más información al respecto en el siguiente enlace:
http://mollelazo.blogspot.com/2011/03/no-se-va-celebrar-la-misa-de-los.html
Así pues, si Monseñor Lefebvre fue excomulgado por "desobediente", me imagino que a más de uno en el Arzobispado de Madrid también habrá que excomulgarlo justamente por el mismo motivo. De hecho me parece mucho más grave y escandaloso prohibir el Santo Sacrificio de la Misa que el hecho de ordenar a cuatro obispos católicos y de doctrina segura.
------------------------
JMI.- Eso.
----------------------------
JMI.- Adelante, José Miguel, es un honor.
Yo me considero y me reconozco filo-lefebvrista. Es decir, filós de su causa, que no implica necesariamente que sea filós de sus modos. Necesitamos urgentemente a la SSPX dentro de la Iglesia precisamente para desacreditar de una buena vez a tantos teólogos y eclesiásticos herejes que ud. llama "anti-lefebvristas".
Ha cometido ud. un error, en mi opinión, al situar mal los dos "extremos", ya que somos precisamente los partidarios de la reintegración total de la SSPX los que estamos al extremo opuesto de aquellos, y no los lefebvristas que, por ahora, están fuera del juego.
Tremenda injusticia por su parte que echa mucha tierra encima de su "Reforma o apostasía."
1988: La misa tradicional, de facto, prohibida (el indulto de 1985, para cualquiera que lo recuerde, era una broma).
2007: La misa tradicional, libre para cualquier sacerdote con valentía suficiente para enfrentarse a la eventual oposición de su obispo, y para los obispos que encuentren un sacerdote así.
1988: Cuatro obispos excomulgados.
2009: Ningún obispo excomulgado.
1988: La Santa Sede se niega a cualquier discusión doctrinal con la Fraternidad.
2011: Contacto permanente de la Santa Sede con la Fraternidad a través de una comisión establecida para las discusiones doctrinales.
Escriba todos los artículos que quiera, padre Iraburu. Los hechos son los que son, y son que cientos de miles de católicos disfrutan hoy gratis lo que otros (empezando por monseñor Lefebvre) han ganado para ellos a costa de humillaciones y sufrimientos sin cuento (¿alguna vez ha llevado el sambenito de "excomulgado" y "cismático? No se lo aconsejo).
Bendito sea Dios, es lo único que hemos querido siempre.
1. Ha fijado usted como propiedad de los filo-lefebvrianos el compartir en “mayor o menor medida las posiciones de los lefebvrianos". Y lo ha hecho con énfasis, poniéndolo en bastardilla. Cierto que después ha matizado, diciendo que la “identidad” filo-lefebvriana no puede ser definida con exactitud”. Sin embargo, la inexactitud a designio trae consecuencias...
2. Gamber, Stickler, Ratzinger y los lefebvrianos coinciden en algunas críticas fuertes a la reforma litúrgica. Todos coinciden en que se trató de un rito fabricado, de laboratorio, que no fue fruto de una maduración homogénea.
3. Por tanto, y para que no parezca gratuito:
- “Los filo-lefebvrianos comparten en mayor o menor medida las posiciones de los lefebvrianos.”
- Gamber, Stickler y Ratzinger, comparten en menor medida (=parcialmente) las críticas de los lefebvrianos a la reforma litúrgica.
------------------------
- Luego, son cuasi-lefebvrianos.
- “Los filo-lefebvrianos obstaculizan en gran medida el regreso de la FSSPX a la plena comunión con la Iglesia católica.”
- Gamber, Stickler y Ratzinger, son cuasi-lefebvrianos.
------------------------
- Luego, obstaculizaron el regreso de la FSSPX a la plena comunión con la Iglesia católica.
Castrillón Hoyos ha dicho que no hubo cisma sino desobediencia. Los lefebvrianos dicen que no hubo cisma sino desobediencia. Ergo, coinciden en ese punto. Luego, se pueden hacer dos silogismos y concluir en que el Cardenal es filo-lefebvriano y obstaculiza...
4. ¿Sería tan amable de indicarme qué es lo gratuito?
Saludos.
--------------------------------
JMI.- Yo también estoy convencido de que en la reforma litúrgica se hicieron muchas cosas mal, como las indicaron, p. ej., los Cardenales Ratzinger, Antonelli, Stickler, y autores como Gamber o Bux. Y "en eso" estoy de acuerdo con Lefebvre y FSSPX, cómo no.
Pero ni yo ni los Cardenales Ratzinger, Antonelli, Stickler, ni autores como Gamber o Bux hemos satanizado la Misa del Novus Ordo. Ni tampoco hemos dicho que Roma ha apostado, ha perdido la fe católica. Ni hemos dicho del Papa barbaridades como que "no es católico" y otras que citaré en el próximo artículo.
El "comparten en mayor o menor medida" va por estos temitas, concretamente, casi nada. Son los que yo he aludido directamente en mi artículo.
------------------------
JMI.- Ay, Luis Manuel, Luis Manuel...
Es interesante observar que la cantidad de papel de fumar gastado a la hora de interpretar qué es magisterio y qué tipo de asentimiento se debe a lo dicho y hecho por los Papas no se tenga con Lefevbre. Quizá no sea más que una consecuencia de la crisis.
La contraposición entre "la ley de la Iglesia y la conciencia bien formada", es un tema bien interesante, y un asidero subjetivista en el que cabrían Lutero o Cutie.
Como J.M. Arraiz, me tomo la licencia de publicarlo en el próximo número de conoZe.com.
Ha visto Ud, en las que se ha metido, padre? :)
-----------------------------
JMI.- Ay, Maricruz, Maricruz... Y me lo habían advertido.
Bruno, concretamente. "Le van a venir bofetadas de todos los lados".
Si es que parece que me las busco.
Jo.
------------------------------
JMI.- Me deja usted abrumado. Imprimo su comentario y se lo paso a mi director espiritual.
Jo.
Espero haber realizado un comentario al menos coherente y dar a entender mi postura.
Salu2
Las objeciones emitidas contra esta Forma del Rito romano por los autores antes mencionados son incontestables y esta Forma se mantiene exclusivamente por la Imposición de Pablo VI, por un lado, y porque al ser fácilmente manipulable (o al menos mucho más fácilmente manipulable que el Misal de san Pío V) se acomoda con facilidad a caprichos, folclorismos varios, desaciertos múltipes, abusillos, abusetes y abusones que están a la orden del día.
Yo desearía, padre Iraburu, que ya que el Rito Romano tiene actualmente dos Formas en igualdad de condiciones, en sus comentarios a la Liturgia semanal no sólo siga el calendario del Novus Ordo, sino también, paralelamente, el del Misal de Juan XXIII.
¡Qué buena ocasión para comenzar esta misma semana de Quinquagesima!
"Salvo que los oratorios, capillas e iglesias de la FSSPX no son 'parroquias'. Es uno de los problemas que arrastran desde su aparición: Al no estar incardinados como clero en ninguna diocesis, no tienen colación canónica. Las Misas son válidas, pero ciertos sacramentos (matrimonio muy especialmente) estan fuera propiamente de la jurisdicción canónica, puesto que no son 'párrocos' con capacidad legítima para asistir válidamente a un matrimonio. Pero eso mismo les sucede - mutatis mutandis - a los religiosos en las iglesias conventuales que no son parroquia o a los clérigos miembros de congregaciones o sociedades apostólicas, que tampoco pueden asistir a matrimonios si no es por delegación expresa del párroco o el ordinario del lugar; el bautismo se administra en caso de necesidad (un concepto bastante 'elástico' que vale para muchas situaciones) pero después sucede el problema del registro sacramental, que no se pude hacer sino en una parroquia; sobre la confesión, lo mismo: la 'necesidad' es una justificación suficiente. Sobre la asistencia a la Misa dominical, ten muy claro que si no tienes una parroquia católica con garantias, mejor que asistas a una iglesia con sacerdotes católicos-católicos, si me entiendes.
Considera que todas las "facilidades" que por razones de ecumenismo se les reconocen a católicos y no católicos en caso de necesidad o por circunstancias las más variadas, a fortiori se entienden igualmente válidas para una cuestión como esta.
Puedes echar un vistazo al Código cc. 208-31 y concluir sobre lo que te afectan esos "derechos y deberes de los fieles".
...................
Lo esperable es que la participación en la Misa Dominical siga bajando, según la tendencia de las últimas décadas en España.
A esa tendencia apunta también la famosa respuesta del Papa al cardenal Arinze sobre la exigencia mínima de 200 fieles para que se aplicase el Motu Proprio: "De aquí a pocos años ni siquiera se podrá esperar esa asistencia a las Misas de la Forma Ordinaria."
MIentras tal desastre acontece y la Iglesia se va minimizando numéricamente somos conscientes de que no todas las Misas son iguales y que la existencia del trigo y la cizaña también se aplica, por desgracia, a la Liturgia.
Tenemos, también en esto, la libertad de hijos de Dios, explicitada en el Motu Proprio Summorum Pontificum y a falta de que se den las condiciones para su aplicación, en la posibilidad de asistencia, "por necesidad", a las Misas de los lefevrianos.
Un afectuoso saludo
---------------------------
JMI.- En cuanto tenga un rato libre, traduzco los textos y los pongo abajo, en Post-post.
Espere a ver si en el o los próx artículos se aclaran algunos problemas suyos.
Ésta es mi realidad. Sus artículos son una luz. No lo olvide, P. Iraburu.
Por otro lado caricaturiza a los que nos oponemos a los lefebvristas, y no estamos de acuerdo con el levantamiento de excomunión, eso incluye a buena parte del episcopado mundial. Las razones principales es que el Papa, probablemente le tomó el pelo el Cardenal Castrillon, pues les levanto una pena, sin ninguna garantía de parte de ellos, es decir el Papa les levanta la excomunión (a los obispos), y estos en un gesto de soberbia creen que sus posiciones son legítimas, de ahí que los filolefebvristas se sientan autorizados por este Papa a expresar sus posiciones que rayan en el cisma y en la desobediencia al Magisterio vigente.
La principal razón por la cual no hay excusa para las ordenaciones de los obispos, es que el Misal de San Pío V NO ES NECESARIO PARA LA SALVACION, pues Misales hubieron antes y los hay después, por lo mismo NO EXISTE LA EXTREMA NECESIDAD de ORDENAR OBISPOS, porque obispos había, solo que el cismático Lefebvre considerase a todo el colegio apostolico como herejes, o falsamente ordenados.
Salvaguardar una forma de la administración y celebración de los sacramentos no es una causa de Extrema necesidad. Por lo que Lefebvre no será rehabilitado.
lamentan que tantísimos abusos en temas doctrinales, disciplinares y litúrgicos se cometan impunemente en la Iglesia, sobre todo en los últimos tiempos. Y tienen mucha razón para quejarse.
El P. Iraburu tiene sobre esta cuestión algunos artículos excelentes. Miren en REFORMA O APOSTASÍA algunos más directamente referentes a esta gran deficiencia: (06), (32-39), y vean sobre todo los que trata directamente de la "Autoridad apostólica debilitada" (40-41), y otro sobre "Teólogos católicos, ortodoxos, pero no combatientes" (42).
En todos ellos, y en muchos otros, se queja el P. Iraburu de esta impunidad frecuente de la herejía y de los abusos disciplinares y litúrgicos.
¡¡Pero no se le ocurre decir al P. Iraburu que "la Iglesia conciliar" ha apostatado, ha perdido la fe católica, comenzando por los escándalos irenistas del Papa, que participa en ritos idolátricos!!
Hasta ahí no llega.
A Luis Manuel, tal vez sea bueno que hable por Vd. mismo y no en representación de "los lectores de InfoCatólica".
A Óscar, le "ha quedado" un comentario muy "contundente", pero claramente lee Vd. poco al P.Iraburu y no le conoce en absoluto.
Tenía miedo por la Iglesia como miedo tuvieron los que iban con el Señor en la barca cuando la tempestad. Y no se puede argumentar que le faltaban razones para temer: veía el viento furioso y las olas que se alzaban a ambos lados.
Temió y desesperó, por hizo algo que no estaba justificado hacer, aparentemente.
Por ello, el mayor reproche que merece es el mismo que merecieron los compañeros de barca que despertaron al Señor a voces: "Hombre de poca fe".
Un comentarista que firma como Francisco lo explicó muy bien en un reciente comentario suyo publicado en el blog de Miguel Vinuesa:
"Desde que tengo uso de memoria, la Fraternidad siempre ha reconocido como válido el Novus Ordo (Ver "El problema de la Reforma Lituúrgica), pero no recomiendan su asistencia, en razón de considerarla una misa ambigua, que oscurece la noción sacrificial, sustituyéndola por la de un banquete de acción de gracias, en sintonía con lo que se ha denominado "Teología del Misterio Pascual", que supondría, ni más ni menos, que un cambio en el núcleo mismo de la noción de Redención, al señalar que no existiría una satisfacción en justicia de Jesucristo al Padre, siendo púramente un acto de amor".
------------------------------
JMI.- ¡Pues no le digo nada, lo que piensan de la Misa postconciliar!
Desde luego, si yo pensara eso, desaconsejaría a todos participar en una Misa así.
Dice vd. Padre, que Mons. Lefevbre no pudo actuar con conciencia recta porque no estaba conforme a la Ley de la Iglesia. Sin embargo, esto es un error, ya que el Código de Derecho canónico afirma que en caso de necesidad o "para evitar un grave perjuicio" no se queda sujeto a ninguna pena (Código de Derecho Canónico 1323 $4,7). Y como bien dice Mons. Lefevbre, hay una ley superior y a la que todas están subordinadas, que es el bien de las almas. Es por esto que usted NO puede entrar en la conciencia de Mons. Lefevbre ni decir que no fuese recta, ya que actuaba dentro de la Ley de la Iglesia.
La cuestión de conciencia de Mons. Lefevbre radicaba, como se puede desprender perfectamente, en qué sería más dañino o cómo serviría mejor a Dios, ordenando o no ordenando; o dicho de otra forma: ¿estamos en un estado de necesidad o no? ¿Cómo cometeré un mayor perjuicio: ordenando o dejando de ordenar?. Es obvio que usted no puede juzgar si la respuesta a estas preguntas en la mente de Mons. Lefevbre fue recta o no. Está cometiendo un juicio muy grave y sin capacidad para ello, porque usted NO puede entrar en la conciencia de nadie.
Y viendo como está el patio hoy por hoy, a mi entender su decisión (la de Mons. Lefevbre) fue muy sabia. ¿Cuánto habría durado su seminario de Êcone si no lo llevase un Obispo de la FSSPX sin sucumbir a las doctrinas modernistas? Entonces, ¿cuántos sacerdotes fieles al Magisterio quedarían? Muchísimos menos, sin duda. Usted que es sacerdote podrá darse un paseo por los seminarios y ver que "teología" enseñan a los seminaristas, que misas les inculcan, que pastoral se aprende... A mi entender, la crisis de la Iglesia es tan enorme, es un caos tan drástico, que da miedo pensarlo. ¿Cuántos obispos hoy por hoy defienden o enseñan las enseñanzas de la Quas Primas de Pío XI? ¿O cuantas veces se predica el sentido sacrifical de la Misa?
Es una pena que haya escrito un artículo así P. Iraburu, una auténtica pena. Hacer juicios sobre la conciencia de alguien es algo que no está a su altura.
--------------------------------
JMI.- Ahí tiene usted (si se mira al espejo) cuántos lefebvrianos o filolefebvrianos dejó malformados Mons. Lefebvre. Es una gran pena.
Yo no juzgo "la conciencia" de Mons. Lefebvre. Yo digo que no se puede afirmar, como lo hacen lefebr y filolefebvrianos que "obró con conciencia recta y buena" cuando quebrantó la obediencia a una ley fundamental y a un mandato expreso del Papa. ¡Ustedes son los que juzgan la conciencia de Mons. Lefebvre... pero para absolverla de toda culpa de desobediencia y cisma!
Yo no digo más que lo que dice Juan Pablo II en la Carta Apostólica-Motu proprio Ecclesia Dei (2-VII-1988):
«ese acto ha sido en sí mismo una desobediencia al Romano Pontífice en materia gravísima y de capital importancia para la unidad de la Iglesia, como es la ordenación de obispos, por medio de la cual se mantiene sacramentalmente la sucesión apostólica. Por ello, esa desobediencia –que lleva consigo un verdadero rechazo del Primado romano– constituye un acto cismático (c. 751). Al realizar ese acto, a pesar del monitum público que le hizo el cardenal Prefecto ////// han incurrido en la grave pena de excomunión prevista por la disciplina eclesiástica (c. 1382)».
Cuando el Papa decía eso no estaba "juzgando la conciencia" de Mons. Lefebvre, ni yo tampoco: "de internis neque Ecclesia iudicat".
Si amamos a Dios, debemos cuplir su voluntad (Jn 14, 15). Y esta voluntad la cumplimos, entre otras cosas, obedeciendo las normas de su Iglesia y al Vicario de Cristo, ha quien ha dado la potestad (Mt 16, 13-20).
Es una enorme falta de fe dudar de que Dios asiste continuamente a su Iglesia, aunque haya errores y pecados. Nada ocurre sin que Dios lo permita, y si lo permite siempre es para bien. Un bien que será Él quien lo procure, con los medios que Él considere. Nadie tiene que venir a enmendarle la plana, a hacer "la guerra por su cuenta".
Efectivamente, buena le ha caido, padre. Me pongo ahora mismo con el rosario que mucha falta le va ha hacer, me temo.
---------------------------
JMI.- Gracias por el Rosario.
De todos modos, si tengo que exiliarme, tengo montón de amigos, muy buenos amigos, en varios países de América hispana: he andado mucho por allí. Pero espero que no sea para tanto.
Ay, Señor.
Pues sí, y llama la atención que tanta basura levante tan poco aroma.
Lo que sí llama la atención es que un puntual acto de desobediencia de un hombre, cuyos seguidores, que no incurrieron en ese acto de desobediencia, por cierto, no están afectados de todos esos "abusos doctrinales, disciplinares y litúrgicos", levante tanta polémica.
Los sacerdotes lefevrianos una cosa son: fieles en doctrina, en disciplina y el Liturgia.
Cosa que, lamentablemente, no se puede afirmar de muchos sacerdotes no lefevrianos.
¿Cómo un hombre puede ser más odiado, con tanto vigor, contumacia y a la vez desconocimiento? ¿Cómo se puede despreciar más a lefebre que a todo el conjunto de abusos que se albergan bajo el Novus Ordo? ¿Cómo un hombre, por un puntual acto de desobediencia que le valió la excomunión, puede ser más detestado que una praxis litúrgia diaria que ha perdido casi todo aroma de catolicidad?
¿Son los lefebvrianos o somos los filolefebvrianos acaso un problema tan importante?
Y si lo somos, que alguien me explique por qué. Que alguien me explique.
Hasta ahí no llega." Pues es una pena que tenga tan poca visión, porque ya me dirá como conjuga rezar con paganos o herejes y las enseñanzas de Pío XI en la Mortalium Animus. Quizás de eso también debería hacer un post, para conciliar lo inconciliable.
--------------------
JMI.- Pues sí, ya se lo diré.
Aunque "teniendo tan poca visión" yo, no sé si merece la pena que se interese ud. por lo que pueda decir yo sobre el tema.
Algo que me gusta de que trate usted de este tema es que se clarifican de manera diáfana varias objeciones que son el caballito de batalla de muchos filo-lefebvristas, y que yo resumiría en:
1) No se tiene que ser filo-lefebvrista para rechazar los errores del progresismo, ni se puede justificar los errores del filo-lefebvrismo con los excesos de los progresistas: De allí que suenan absurdas las acusaciones de modernismo que algún comentarista descuidado se ha atrevido a lanzar.
2) Se puede asentir completa y cabalmente al Concilio Vaticano II sin contradecir la Tradición y el Magisterio de la Iglesia.
Aprovecho de recomendar vivamente el postcast de Alejandro Bermudez de ACIPrensa sobre los católicos y las misas lefebvristas:
http://www.aciprensa.com/podcast/puntodevista/Los_catolicos_y_las_misas_lefebvristas-puntodevista24feb11.mp3
Por lo demás, cuando Vd. trate de la cuestión litúrgica y el lefebvrismo, habrá tiempo para demostrar que muchas de las objeciones de los lefebvristas a la Misa de Pablo VI no carecen de fundamento. La más importante de toda, el oscurecimiento de la noción sacrificial. Valga como ejemplo que la Plegaria Eucarística II, la más recitada por razones de brevedad, no menciona ni una sola vez la palabra "sacrificio".
-----------------------
JMI.- Que no, que ya le entiendo. Si está muy claro: la Misa del Novus Ordo es válida, pero es un asquito. Totalmente desaconsejable. La PlegEucarística II, la más usada, ni menciona el "sacrificio".
Qué horror.
"Orad, hermanos, para que este sacrificio mío y vuestro"...
Bueno, pero eso ya está en la estructura común del Rito eucarístico.
No vale.
Leyéndolo a usted, no queda mas que pedirle a Dios que me conceda ser siempre un fiel Católico InfoCatólico.
Esperamos la continuación.
Dios me lo bendiga.
Por cierto, tengo entendido que en la elaboración del Novus Ordo se pensó en suprimir el "orate, fratres...", aunque no se llevó a término.
Y, en fin, es extremadamente común que, en la práctica, el celebrante modifique las palabras del Misal para decir lo siguiente: "orad, hermanos, para que trayendo al altar los gozos y las fatigas de cada día...". Yo lo he oído en numerosas ocaciones, y no precisamente en sacerdotes "revolucionarios".
----------------------------
JMI.- Mire, por favor, mi artículo hacia la mitad: "Limitaré aquí y ahora mis consideraciones"...
Y si no le importa, lea mi comentario de hoy 5-III, a las 19:36 hs.
No. La Misa NOvus Ordo lo que es, ciertamente, es un problema.
a.-Su gestación constituye una ruptura metodológica nunca vista en Occidente. Trento purgó la Liturgia pero por miedo, el Consilium hizo lo que hizo pero por capricho.
b.-Su puesta en práctica constituye un incardinarse en unas coordenadas bastante des-católicas, porque el abuso no es una capa que cubre al Novus Ordo como elemento intrínseco ignominoso que se ha de eliminar. El abuso y el Novus Ordo son connaturales: el Novus Ordo, de hecho, parece estar diseñado para el abuso.
c.-Su estructura ritual minimiza la posibilidad de participación consciente, actuosa y fructífera de los fieles. Y quien esto no crea que vaya a Usus Antiquior y compare.
d.-Manifiesta de modo más imcompleto los Misterios del Sacrificio Incruento y del Encuentro.
La Misa Novus Ordo no es una blasfemia, es un PROBLEMA. Y si percibirlo así es ser filolefebvriano, pues filolefebvriano soy.
--------------------------
JMI.- Mire, por favor, mi artículo hacia la mitad: "Limitaré aquí y ahora mis consideraciones"...
Y si no le importa, lea mi comentario de hoy 5-III, a las 19:36 hs.
1) Contiene groseras inexactitudes históricas sobre la Misa en su Forma Extraordinaria.
2) Cuando dice que la FSSPX es una sociedad cismática, incurre en una calumnia colectiva, en el sentido técnico, pues a partir del CIC de 1983 las penas son personales, de manera que ni las personas jurídicas, ni los grupos en cuanto tales, ni sus integrantes de manera indeterminada, son pasibles de censuras. Cada persona singular es pasible de una sanción sólo cuando sus actos configuran el elemento objetivo y subjetivo del tipo penal.
Resulta increíble que en defensa del Vaticano II se le de una patada a uno de los principios axiales de la reforma al CIC en materia penal canónica.
3) En cuanto a la licitud de la asistencia a las misas que celebra la FSSPX, la opinión de Alejandro Bermúdez se opone a las de la Pontificia Comisión Ecclesia Dei, que además dejó en claro que su criterio da "certeza moral" para obrar:
Traducción:
http://secretummeummihi.blogspot.com/2008_07_12_archive.html
Los originales facsimilares en inglés se encuentran en diversos sitios de internet.
Entre el criterio del Sr. Bermúdez y el de la Comisión Ecclesia Dei, el segundo da certeza moral, mientras el primero vale lo que sus argumentos (nulos e infundados).
4) Rezaré para que el Señor le conceda a Bermudez la gracia de reparar sus calumnias. Y lo mismo respecto de sus cooperadores.
Saludos.
Conozco a muchos buenos católicos que han conservado y acrecentado e incluso transmitido a otros la fe que recibieron, sin irse de la Iglesia católica, pese a haber padecido durante décadas mala doctrina, mala liturgia e incluso mala moral en sacerdotes, religiosas, catequistas que estaban al frente de sus parroquias, colegios, incluso en la catedral. El Señor les ha concedido, y ellos han recibido fielmente, encontrar los sacramentos, la doctrina y la moral católicas, con dificultades, sacrificios, desplazamientos, quebraderos de cabeza o de bolsillo. No más dificultades ni complicaciones que los que tendrán los católicos de Kazajstán o de Marruecos. No es argumento para "marcharse" al lefebvrismo encontrar cerca de nosotros abusos doctrinales, litúrgicos o morales. Es razón para incrementar la oración y la penitencia, y para denunciar hasta donde se pueda a quien sea competente. Nunca para abandonar e incluso abominar de la Iglesia en la que hemos sido dados a luz y que nos llevará a la luz definitiva por gracia de Dios nuestro Señor
Muy buena aclaración, padre:
"Yo no juzgo "la conciencia" de Mons. Lefebvre. Yo digo que no se puede afirmar, como lo hacen lefebr y filolefebvrianos que "obró con conciencia recta y buena" cuando quebrantó la obediencia a una ley fundamental y a un mandato expreso del Papa. ¡Ustedes son los que juzgan la conciencia de Mons. Lefebvre... pero para absolverla de toda culpa de desobediencia y cisma!"
Muy bueno el artículo, que suscribo de principio a fin.
Y es evidente que muy necesario, a juzgar por la polvareda que ha levantado (como predije, aunque no soy profeta ni hijo de profeta). Y además en sábado, que es el día de la semana en que menos lectores tienen los blogs de Internet.
Me ha hecho gracia el comentario que afirmaba que tratar estos temas era "poco inteligente", porque disgustaría a algunos lectores. Cada día estoy más convencido de que InfoCatólica existe para proclamar sin miedo la verdad que nadie quiere mencionar, con la mirada puesta en Dios y siempre fieles a su Iglesia.
------------------------------
JMI.- La coincidencia de criterios en todos los temas fundamentales en el Equipo rector de InfoCatólica es para mí un milagrito del Señor. Y una gran alegría. Es muy sorprendente, siendo cada uno de su casa, de su tierra y de su ambiente. Dice el refrán: "Dios los cría y ellos se juntan". Pero en este caso yo modificaría el dicho: "Dios los crió y su providencia los juntó".
Las verdades más silenciadas son aquellas que hacen prever que sobrevendrá la cruz si se pronuncian abiertamente. Por eso precisamente son silenciadas. Y es como dices: en InfoCatólica tenemos, entre otras, la misión de afirmar aquellas verdades que suelen silenciarse.
Sin miedo a nada. Con la libertad propia de los hijos de Dios.
"¿Acaso busco agradar a los hombres? Si todavía buscase agradar a los hombres, no podría ser siervo de Cristo" (Gál 1,10).
Más bien ocurre al revés. De toda la vida, desde donde se sacude más a los filolefebrvianos es desde ambientes neoconservadores, quienes no dedican a los progresistas ni una décima parte de los ataques que dirigen a los lefebvrianos. Ademas, en caso de duda, un neoconservador apoyará siempre a un progresista antes que a un lefebvriano.
------------------------------
JMI.- Su observación tiene un pequeño fallo: que es falsa. Cualquiera que nos conozca sabe que es falsa.
En InfoCatólica hemos impugnado unas 83,2 veces más a los Masiá, Pagola, Arregui, Queiruga, etc. (por citar solo españoles) que a los lefebvrianos o filolefebvrianos.
Y en cuanto a JMIraburu se refiere puede ud. mirar en el Índice de Reforma o apostasía la gran cantidad de artículos dedicados a impugnar a De Mello, Schillebeecks, Rahner, Pagola, Haigt, etc. Puede mirar (42-66), pero hay bastantes otros. Y en ese mismo Índice busque ud. a ver si halla alguna crítica contra lefebvrianos o filolefebvrianos.
Y además digo que hacía mucha, muchísima falta, un texto como este y como los que puedan venir.
----------------------------
JMI.- Las negritas son mías.
Usted dice: "Mons. Lefebvre no podía tener clara conciencia de que la ordenación ilegal de los Obispos era la Voluntad de Dios. No podía confundir la Voluntad divina con la suya." Eso me pareció un juicio a su conciencia, quizás me equivocase. Sin embargo, Mons. Lefevbre adujo una Ley de la Iglesia a la que todas se subordinan: el bien de las almas.
Y si yo pienso que Mons. Lefevbre obró con conciencia recta y buena, es porque es lo que se desprende de sus escritos, en los que se habla de amor a la Iglesia y del bien de las almas. No es otra la razón la que me lleva a pensar de su buena conciencia.
--------------------------
JMI.- El mejor medio para procurar "el bien de las almas" es someter la propia voluntad a los mandamientos de Dios y de la Iglesia.
Ambiguo texto, injusto, y por no decir poco inteligente, habida cuenta de que con él está ofendiendo a la mayor parte de sus lectores, o, al menos, de los que le entienden.
Luis Fernando:
¿Y a ti quién te ha puesto como portavoz de la mayor parte de los lectores del P. Iraburu? ¿acaso piensas que representas al lector medio de Reforma y Apostasía? No lo sueñes.
Este post puede dar muchos buenos frutos, pero entre ellos destaco uno: es bastante probable que algunos dejéis de usar al P. Iraburu para justificar lo injustificable.
Gracias.
con esta nueva vida desde hace 40 años. ¡À vivir que son tres dias!
----------------------------------
JMI.- Expresa ud. perfectamente el pensamiento de los lefebvrianos. O concretamente el del propio Mons. Lefebvre: "nos es indiferente ser excomulgados por esta Iglesia liberal, ecuménica, revolucionaria". "Roma ha perdido la fe, está en la apostasía".
“Concretamente, esto significa que las Misas ofrecidas por los sacerdotes de la Sociedad de San Pío X son válidas, pero ilícitas, i.e., contrarias a la Ley Canónica. Los Sacramentos de la Penitencia y del Matrimonio, sin embargo, requieren que el sacerdote goce de facultades de la diócesis o tenga delegación propia. Como ese no es el caso con estos sacerdotes, estos sacramentos son inválidos. Queda cierto, sin embargo, que, si los fieles son genuinamente ignorantes que los sacerdotes de la Sociedad de San Pío X no tienen la facultad propia para absolver, la Iglesia suple estas facultades para que así el sacramento sea valido (cf. Código de Derecho Canónico, canon 144)
“En tanto es cierto que la participación en la Misa en las capillas de la Sociedad de San Pío X, no constituye en sí misma “adherencia formal al cisma” (cf. Ecclesia Dei 5, c), tal adherencia puede acaecer en un periodo de tiempo en el que uno embeba una mentalidad cismática que lo separe a uno mismo de la enseñanza del Supremo Pontífice y de toda la Iglesia Católica. Mientras esperamos y oramos por una reconciliación con la Sociedad de San Pío X, la Pontificia Comisión “Ecclesia Dei” no puede recomendar que miembros de los fieles frecuenten sus capillas por las razones que hemos arriba expuesto. Lamentamos profundamente esta situación y oramos para que una reconciliación de la Sociedad de San Pío X con la Iglesia pueda llegar, pero hasta tal tiempo, las explicaciones que hemos dado permanecen en vigor.”
JMI.- Le ruego que traslade sus comentarios al foro abierto de Miles Dei, porque allí se encontrará ud. como pez en el agua.
Más aún, allí se encontrará ud. a sí mismo.
Ya vale.
Espero ansioso la segunda parte, me gusto mucho , muchisimo ,todo lo que dijo, Dios lo guarde querido Padre Iraburu , lei su material en el blog de Fray Nelson y me gusto bastante. Ciertamente, los filo-lefebvristas, hacen mucho daño a católicos inexpertos.
"su filo-lefebvrismo, más o menos pronunciado, les daña mucho y escandaliza a no pocos católicos, sobre todo a los menos formados, suscitando en ellos confusión, desconfianza en el Papa, aversión al Concilio Vaticano II y a la liturgia actual de la Iglesia."
Todo cierto, lo admiro por sus palabras, el Espíritu Santo lo acompaña y es de agradecer que usted le sirva de templo y sea instrumento activo de Dios , que por su divina gracia le revela todas las verdades para que nos las comunique. No es mi intención provocarle vana gloria ni ningun sentimiento negativo , sino palabras de aliento en medio de ataques y blasfemias en su contra y contra la Iglesia.
Orgulloso de tenerlo en la Iglesia que Cristo fundo.
Dios lo guarde!!! me llena de orgullo!
Ate. Adrián Ferreira
Desde Caracas Venezuela
----------------------------
JMI.- Elogien, elogien sin miedo, sin límites: no se inhiban.
Mi probada humildad puede con eso y con más.
Hace tiempo leo "Reforma o Apostasía", pero nunca había escrito. Ahora lo hago, para apoyarlo en este tema que ha puesto en su contra a gente tan inteligente como luis y Martín, lo que es una pena.
Lo que usted afirma de los filo-lefebvrianos es una gran verdad, que hay que vociferar hoy por hoy, puesto que cualquiera que ataca el modernismo-progresismo que aparentemente reina en la Iglesia mira con complicidad a Lefreve, y una cosa no se sigue con la otra.
De hecho el mismo Ratzinger, ni Stickler, ni Gamber se han ido de la Iglesia para reformarla.
Pareciera que la dialéctica Hegeliana a impregnado todo, y hace que todo se contraponga en dos bandos, de manera antagónica: si reconozco el modernismo reinante y lo ataco soy filo-lefebvriano.
Siendo que la verdad es siempre el medio entre dos errores, según Santo Tomás. (Y por supuesto que no hablo de la postura del centro, ni de lo que llaman neo-conservadores).
Gracias P. Iraburu, en mis oraciones.
---------------------------------
JMI.- Gracias por sus buenas palabras.
Pero StoTomás no dice que la verdad está en el medio de dos errores. El "in medio virtus" va referido a la medida prudencial en el ejercicio de las virtudes morales. Pero si uno dice que 10 + 10 son 85, y otro dice que 10 + 10 son 5, la verdad no está en el medio: 10 + 10 son 40. No. La verdad es que 10 + 10 suman 20.
http://secretummeummihi.blogspot.com/2008_07_12_archive.html
No me ha sorprendido el contenido del artículo. Conocía la antipatía del P. Iraburu por la HSSPX desde que me editó en comentario en que yo criticaba a Pablo VI y elogiaba a M. Lefebvre. Pero no deja de resultarme triste.
He leído todos los artículos de "Reforma o apostasía" y no creo que el P. Iraburu sea algo tan simple como un neocon. Desde luego, es cierto que ha atacado mucho más a modernistas que a lefebvrianos. Y que es, en mi modesta opinión, un expositor de la doctrina católica verdaderamente dotado de talento. Por eso continuaré leyéndole y difundiéndole.
Pero en esto se equivoca. La propia Santa Sede reconoce que no estamos ante un cisma. Y, por fortísimo que suene, no tengo la menor duda de que, cuando las aguas en la Iglesia vuelvan a su cauce, el único obispo de todo el Orbe católico que denunció el cambio de doctrina será canonizado.
Un saludo.
--------------------------
JMI.- De momento la Iglesia va a beatificar a Juan Pablo II.
No ha habido "cambio de doctrina". Si lo hubiera habido, eso significaría que la Iglesia católica había caído en herejía. Y eso es una gran calumnia a la Esposa de Cristo, Mater et Magistra, "columna y fundamento de la verdad" (1Tim 3,15).
Mons. Lefebvre afirmó eso muchas veces, pero es falso. Y enseñó a otros a pensar y a hablar así de la Iglesia católica, que siempre se ha desarrollado en doctrina y disciplina como un árbol, que crece siempre fiel a sí mismo.
Aunque es cierto que el documento que ha citado el señor Martín Ellingham y del cual yo he reproducido un extracto (de Mons. Perl) es de mayo 2008, y que el levantamiento de excomunión de los 4 Obispos fue posterior, enero 2009, las razones que aduce Perl (no están incardinados los sacerdotes, fueron ordenados por obispos excomulgados, etc) siguen en su sitio.
En cuanto al asunto de las ordenaciones, que después de 25 años venga usted a juzgar acerca de si fue un acto cismático o no, contradiciendo al Cardenal Castrillón Hoyos y a la Comisión Ecclesia Dei, que ya se pronunciaron sobre ello -en sentido contrario a usted- demuestra ignorancia fundamental sobre el asunto. Debe usted informarse mejor acerca de si dicho acto, más allá de que, efectivamente, lleva aparejada excomunión latae sententiae, fue formal o materialmente cismático, o ninguna de las dos cosas. Esto está muy estudiado como para que venga a descubrir el Mediterráneo ahora.
En cuanto a la Misa, no sólo Lefébvre negaba la "continuidad" entre la Misa de Pablo VI y la de San Pío V. Hubo otro que la negó, y se llamaba ... Pablo VI.
En efecto, Pablo VI, en el discurso de presentación de su Misa, dijo, literalmente (puede usted buscarlo, yo he leído dicho documento en la propia web del Vaticano): "¡Nuevo rito de la Misa! Qué grande..."
Aquí lo que pasa es que, contra lo que afirma Juan Stuse contra toda evidencia, la apostasía de la Iglesia sí está viniendo a confirmar muchas de las posiciones de los lefebvrianos. Sólo hay una, para mí, errada, y es el cuestionamiento que durante muchos años han sostenido ciertas corrientes en su anterior sobre la Sede Apostólica, necesitada hoy más que nunca de apoyos fieles y ortodoxos.
Y como la apostasía interna (que no se escandalice nadie, que esto mismito es lo que vió Anna Catalina Emmerich guiada en sus visiones por el ángel: la iglesia de los apóstatas), es real y palpable, se evita abordar las cuestiones que ponen sobre el tapete los lefebvrianos.
Y tiene bastante gracia que, como dice Higinio Fernández, se acabase de diseñar la plegaria eucarística llamada de S. Hipólito en una trattoria romana. Porque San Hipólito precisamente, por su resistencia al Papa de entonces, llegó a proclamarse antipapa nada menos.
Y por cierto, que la Misa de S. Pío V resplandece hoy gracias a Dios, a Ratzinger, pero se le olvida decir que también gracias a Mons. Lefébvre.
Vamos, que el artículo ni aclara nada sobre qué es ser lefebvriano o filolefebvriano, ni acierta en lo que pretende sentar doctrina.
------------------
JMI.- Este Juan Pablo II, declarando las 4 ordenaciones episcopales de Mons. Lefebvre "acto de gravísima desobediencia" al Papa, "un verdadero rechazo del Primado romano", "un acto cismático", "incurren en excomunión" (Cta. apostólica "Ecclesia Dei", 1988), se ve que dijo todo eso en un mal momento.
¡Qué manera de tomarse las cosas!
Y nosotros, en 2011, creyendo que todavía es verdad lo que el Papa dijo en 1988, ¡qué inmovilismo, qué poca capacidad tenemos de "aggiornamento"!
Jo.
------------------------------------
JMI.- No se ha querido "cambiar de doctrina", ni se ha producido tal cambio ni en doctrina ni en liturgia. Si lo hubiera habido, eso significaría que la Iglesia católica había caído en herejía. Y eso es una gran calumnia a la Esposa de Cristo, Mater et Magistra, "columna y fundamento de la verdad" (1Tim 3,15).
Mons. Lefebvre afirmó eso muchas veces, pero es falso. Y enseñó a otros a pensar y a hablar así de la Iglesia católica, que siempre se ha desarrollado en doctrina, disciplina y liturgia en continuidad homogénea, como un árbol que crece siempre fiel a sí mismo.
Lucas, usted dice “En cuanto al asunto de las ordenaciones, que después de 25 años venga usted a juzgar acerca de si fue un acto cismático o no, contradiciendo al Cardenal Castrillón Hoyos y a la Comisión Ecclesia Dei, que ya se pronunciaron sobre ello -en sentido contrario a usted- demuestra ignorancia”
Que la ordenación de los obispos lefebvristas fue un acto cismático, es algo ni el Cardenal Castrillón Hoyos ni al Comisión Ecclesia Dei niegan. Lo que ellos han sostenido es que no se trata de un cisma formal, pero eso no hace que el acto de la ordenación deje de ser un acto cismático. Y esto ya está sentenciado por el Papa Juan Pablo II en la Carta Apostólica en forma de “motu proprio” “Ecclesia Dei” que dice así:
“Las particulares circunstancias, objetivas y subjetivas, en las que se ha realizado el acto del arzobispo Lefebvre, ofrecen a todos la ocasión para reflexionar profundamente y para renovar el deber de fidelidad a Cristo y a su Iglesia.
Ese acto ha sido en sí mismo una desobediencia al Romano Pontífice en materia gravísima y de capital importancia para la unidad de la Iglesia, como es la ordenación de obispos, por medio de la cual se mantiene sacramentalmente la sucesión apostólica. Por ello, esa desobediencia - que lleva consigo un verdadero rechazo del Primado romano - constituye un acto cismático. Al realizar ese acto, a pesar del monitum público que le hizo el cardenal Prefecto de la Congregación para los Obispos el pasado día 17 de junio, el reverendísmo mons. Lefebvre y los sacerdotes Bernard Fellay, Bernard Tissier de Mallerais, Richard Williamson y Alfonso de Galarreta, han incurrido en la grave pena de excomunión prevista por la disciplina eclesiástica” .
http://www.vatican.va/roman_curia/pontifical_commissions/ecclsdei/documents/hf_jp-ii_motu-proprio_02071988_ecclesia-dei_sp.html
Gracias por la aclaración: "El "in medio virtus" va referido a la medida prudencial en el ejercicio de las virtudes morales. Pero si uno dice que 10 + 10 son 85, y otro dice que 10 + 10 son 5, la verdad no está en el medio: 10 + 10 son 40. No. La verdad es que 10 + 10 suman 20".
Aunque quería decir que la verdad no está en los errores sino que escapa de ellos. Y por supuesto, que la verdad se funda en el esse de las cosas (como que 10 + 10= 20), puesto que la adecuación con el objeto es la verdad de manera formal.
Sigo diciendo que su artículo es pura verdad, que poco se habla hoy en día, y que se agradece mucho.
En mis oraciones, para que continúe con este tema.
Además, caen en el mismo juicio erróneo que los progres. Consideran el Concilio Vaticano II una ruptura en la fe de la Iglesia.
Dios no manda herejes ni cismáticos para reformar y sanar su Iglesia. Envía santos.
Lo que me lleva a darle crédito a la obra de Monseñor, es que me parece muy evidente que sin su acción, todo lo que quedaba de tradicional en la Iglesia, habría sido pisoteado en un santiamén. Cuando se dice que Monseñor obró con conciencia recta, sólo se dice que aplicó una causal, por lo demás absolutamente genérica en el Derecho, cual es la de Estado de Necesidad, para vulnerar la letra de una norma, en pos de un fin superior: la preservación de un sacerdocio fiel a la doctrina revelada, sin las contaminaciones de la religión humanista que pregona Vaticano II.
Por supuesto que para aceptar la solución práctica de Lefebvre, se debe de aceptar primero la existencia del mal que la justifica (y eso es el meollo de la diferencia con sus detractores), pero es claro que Monseñor obró aduciendo pleno convencimiento del mal que procuraba evitar (y del cual dan testimonio sus escritos) independiente de que ésto haya sido real o no.
Otro tema al que le he dado vuelta, es el que señala el Padre en su artículo sobre la creencia de los Lefebvrianos de que si Monseñor no actuaba, poco menos que la Iglesia se perdía. No tengo claro si verdaderamente Monseñor lo veía con esa radicalidad, de hecho creía firmemente en la indefectibilidad de la Iglesia. Pero también me parece que hay un dejo de quietismo en la refutación de la legitimidad de su acción, porque aún cuando Dios necesariamente va a perpetuar a su Iglesia a través de los siglos, también es cierto que se vale de sus criaturas como causa segunda para conseguir su efecto. No es lícito entonces a Monseñor, vista la crisis doctrinal enorme del clero(ecumenista, liberal, con un rito supuestamente adulterado, etc), juzgar que el papel que Dios demanadaba para él, particularmente en su condición de obispo, era el de servir de instrumento de oposición al error y preservación de la fe? No había acaso antecedentes ya en la historia de la Iglesia, como el de Atanasio referido y el de Antioquía, como para que le pareciese conveniente corregir a su superior? No han sido los frutos de del aggiornamento manifiestamente perniciosos, como para creer que lo más conveniente para la Iglesia es justamente remar en sentido contrario a ello, aún cuando eso signifique el desprecio de la Jerarquía? No fue acaso la Jerarquía legítima la que en su tiempo condenó a muerte al mismo Dios? (Guardando, desde luego, las proporciones)
Me resultó sumamente interesante que el Padre dijera que si el creyera lo que los lefebvristas piensan de la misa nueva, él tampoco la recomendaría. Sería de sumo interés si pudiera leer el estudio "El problema de la reforma litúrgica" y darnos su opinión de los argumentos que expone la fraternidad para sus acusaciones, en particular del de la "teología del misterio pascual" y la supuesta alteración de la noción tradicional de redención.
-----------------
JMI.- Más abajo hago un comentario yo para ud. y para varios más anteriores y posteriores a ud.
Había pensado en rezar el Rosario, pero me he percatado inmediatamente de que se trata de una nefasta y anticuada costumbre que bien podría tacharse de "filo-lefebvrista". Mejor haré algo mucho más acorde con el espíritu postconciliar, como ir a la sinagoga a orar con los hermanos mayores, besar el Corán, o quizás participar en alguna pseudo-Misa sincrética con los hermanos separados (anteriormente conocidos como herejes).
-----------------
JMI.- De vergüenza.
Me da vergüenza ajena que mis hijos llegasen a ver estos "cismas" e insultos en los comentarios. ¿Se consideran católicos los que los escriben, o lo hacen por filantropía?
¿Es que es necesario poner tantas etiquetas? Esto más parecen riñas mundanas por el poder, donde asoma con vigor uno de lo peores pecados: la soberbia.
----------------------------
JMI.- De vergüenza, sí.
En la carta de Benedicto XVI, explicando ese levantamiento (21-I-2009), se dice que aquellas ordenaciones episcopales de Mons. Lefebvre fueron penadas
"con la sanción más dura, la excomunión, con el fin de llamar a las personas sancionadas de este modo al arrepentimiento y a la vuelta a la unidad. Por desgracia, veinte años después de la ordenación, este objetivo no se ha alcanzado todavía.
"La remisión de la excomunión tiende [ahora] al mismo fin al que sirve la sanción: invitar una vez más a los cuatro Obispos al retorno".
Ese objetivo de retorno a la unidad, dice Benedicto XVI, no se ha alcanzado todavía.
Oremos, oremos, oremos para que el Señor mueva con su gracia a que se alcance.
Y mientras tanto, procuremos no decir mentiras sobre el asunto.
¿O es que tal vez eso no es un claro ejemplo de desobediencia manifiesta? Ya que tan celosos son ustedes en la obediencia al Sumo Pontífice, aboguen por la excomunión de todos esos obispos desobedientes.¡Ánimo!
"Dios no manda herejes ni cismáticos para reformar y sanar su Iglesia. Envía santos".
Entonces debo inferir que el masón Bugnini es un santo, ¿no? Es que manda narices que los "cismáticos" sean quienes se mantienen fieles a la doctrina católica de siempre, y los "oficialistas" sean quienes gustan del sincretismo. El mundo al revés.
Lo he dicho varias veces, y conviene reiterarlo una vez más: la apologética de la calumnia es pésima, peor que la apologética boba. Sería maquiavélico inventar que Lutero mataba bebés y se los comía, con la finalidad de alejar a las personas del luteranismo. Algo semejante hacen algunos rústicos...
Voy a exponer ahora las calumnias del Sr. Alejandro Bermudez:
1. Falsa acusación de cisma.
1.1.- La acusación de cisma en general es falsa, por las siguientes razones:
a) Porque se trata de una “situación de separación, si bien no se trata de un cisma formal.” (Card. Castrillón Hoyos).
b) “La situación de los miembros de esta Fraternidad es asunto interno de la Iglesia Católica” (Cardenal Cassidy). Si el mencionado Cardenal habla de “asunto interno” y, por definición, “cisma” es ponerse fuera de la Iglesia, no hay cisma (Cfr. CIC, c. 751).
c) Los cardenales Cassidy, Ratzinger, Castrillón Hoyos, Perl, Medina Estévez y otros cardenales han omitido hablar de cisma.
d) El Cardenal Ratzinger como prefecto de la CDF, dejó sin efecto la sanción aplicada ilegalmente por el Obispo de Hawai, contra algunos fieles que asistían a las misas de la FSSPX. Y dijo “…no aparece que los hechos a los cuales se hace alusión en el decreto antes citado, sean actos formalmente cismáticos en el sentido estricto del término, porque éstos no constituyen el delito de cisma” (Decreto del 28 de junio de 1993);
1.2. La acusación de cisma material es también falsa, por las siguientes razones:
a) El cisma se configura con un elemento objetivo (la separación formal) y un elemento subjetivo (la imputabilidad personal). Si no se dan ambos elementos, no hay cisma. Y si consta la ausencia del elemento objetivo, que debe ser querido por la voluntad, no puede haber cisma material. Los actos se especifican por el objeto querido por la voluntad, no por intenciones subjetivas, por más que a los iluminados por algún espíritu (que no es el Paráclito, si inspira errores) les parezca lo contrario.
b) Razón por la cual aclaró el Cardenal Castrillón: “No se puede decir en términos correctos, exactos y precisos, que existe un cisma. Hay una actitud cismática en el hecho de consagrar obispos sin mandato pontificio. Ellos están DENTRO de la Iglesia. Existe únicamente el hecho de que una total, más perfecta comunión está faltando —como quedó afirmado durante la reunión con el Obispo Fellay— una comunión más plena, porque la comunión existe.” Se ruega a lector que no cometa la torpeza de confundir ACTITUD CISMÁTICA con CISMA MATERIAL. Lo primero es ORDENAR OBISPOS SIN MANDATO. Pero lo segundo, que es lo que especifica al cisma material, es el objeto del acto, y consta que ese elemento no está presente. Por eso según el Cardenal existe COMUNIÓN IMPERFECTA.
c) Sin dudas Lefebvre “cometió un grave acto de desobediencia contra el Papa que le costó una inevitable excomunión e incluso cometió un grave error” (Card. Castrillón). Desobediencia que se ha calificado de actitud cismática pero NO de CISMA. No toda desobediencia es cisma, pero todo cisma implica desobediencia.
d) Lo que se puede decir de la FSSPX, sin calumniar, es que NO ESTÁ EN PLENA COMUNIÓN con la Iglesia, cosa que es específicamente distinta (los actos se especifican por su objeto) del cisma, aunque pudieran convenir en un género de desobediencia.
2. Calumnia colectiva.
El Sr. Bermúdez incurre en una calumnia colectiva al decir que la FSSPX es cismática. No puede decirlo ni en sentido formal, ni en sentido material, por lo ya explicado. Pero, además, hay que añadir:
a) Las censuras canónicas son personales e intransferibles. Sólo pueden aplicarse a las personas singulares, no a las personas jurídicas. Ergo, si la FSSPX es una persona jurídica canónica, no puede ser cismática. Por su carácter personalísimo e intransferible, las censuras canónicas tampoco pueden aplicarse a personas indeterminadas con independencia de sus actos. Se aplican a cada persona por sus hechos. Luego, si la FSSPX no es una persona jurídica canónica, sino una simple asociación civil, o un simple grupo social, tampoco puede padecer censuras canónicas colectivas. Son las personas concretas que la integran las que podrían ser sancionadas.
b) La calumnia en sentido moral es colectiva porque, al hablar de una institución —cualquiera sea su status canónico— el Sr. Bermúdez extiende colectivamente una imputación falsa a un grupo indeterminado de personas.
c) Las acciones son de sus sujetos, principio metafísico evidente. Los pecados son de los pecadores. Por lo que tampoco se puede decir que la FSSPX es una sociedad cismática. Cada uno de los miembros podrá cometer o no un pecados de cisma, dependiendo de sus actos concretos, como cada uno de los jesuitas podrá mentir o no. Se puede decir que el Sr. Bermúdez calumnia a la FSSPX; pero ese acto es personal e intransferible de su autor; mientras que no se puede decir que la familia del Sr. Bermúdez calumnia a la FSSPX, porque no consta que el resto de su familia diga las mismas calumnias.
Dejo la pésima casuística sacramental que hace el Sr. Bermúdez en el audio, manifiestamente contraria a las respuestas de la Pontificia Comisión Ecclesia Dei (si es delito, si es pecado, si se puede dejar limosna, cumplir el precepto dominical, etc.) para otra oportunidad, aunque el tema ya se debatió en el blog de Miguel Serrano Cabeza. Hay gente tan rústica que hace de un consejo un precepto, y pretende cargar las conciencias ajenas. ¡Ay de ellos!
Saludos.
-------------------------------------
JMI.- Nos va a reñir el Sr. Director, al ver que no respetamos las normas establecidas acerca de la longitud de los comentarios. Pero bueno.
El común de fieles no entiende mucho las distinciones entre actos, actitudes cismáticas y cismas, que a su vez puedan ser formales, o solo materiales. Puede en cambio entender con facilidad las palabras de Benedicto XVI, cuando en la carta (10-III-2009) en la que explica el sentido del levantamiento de las excomuniones de los Obispos lefebvrianos ilícitamente ordenados dice:
que aquellas ordenaciones episcopales fueron penadas "con la sanción más dura, la excomunión, con el fin de llamar a las personas sancionadas de este modo al arrepentimiento y a la vuelta a la unidad. Por desgracia, veinte años después de la ordenación, este objetivo no se ha alcanzado todavía.
"La remisión de la excomunión tiende [ahora] al mismo fin al que sirve la sanción: invitar una vez más a los cuatro Obispos al retorno".
Ese objetivo de retorno a la unidad por el camino del arrepentimiento, dice Benedicto XVI, no se ha alcanzado todavía. Oremos, pues, oremos, oremos para que el Señor mueva con su gracia a que se alcance.
de doctrina", ni se producido un cambio ni en doctrina ni en liturgia.
Permítame no estar de acuerdo con Ud. y contestarle con la opinión de quienes conocieron bien lo que iba a suceder con la implantación del Nuevos Ordo de Paulo VI, y estos fueron los cardenales Ottaviani y Bacci. En su "Breve Examen Crítico del Nuevo Ordo Missae", le dicen a Pablo VI:"...el nuevo Ordo Missae...se aleja de modo impresionante...de la teologia católica de la Santa Misa tal como fué formulada por la 20ª sesión del Concilio de Trento que, al fijar definitivamente los "cánones"del rito, levantó una barrera infranqueablecontra toda herejia que pudiera atentar a la integridad del Misterio... En el nuevo Ordo Missae aparecen tantas novedades y, a su vez, tantas cosas eternas se ven relegadas a un lugar inferior o distinto - si es que siguen ocupando alguno - que podria reforzarse o cambiarse en cereteza la duda que por dessgracia se insinúa en muchos ámbitos según el cual las verdades que siempre ha creído el pueblo cristiano podrian cambiar o silenciarse sin que esto suponga infidelidad al depósito sagrado de la doctrina, al cuan está vinculado para siempre la fe católica" Esto escrito está fechado el dia de Corpus Cristi del año 1969. De manera que estos cardenales no eran lefebvristas ni filo-lefebvristas. Eran, simplemente, católicos, apostólicos y romanos. Como puede leer, lo repito, "el nuevo Ordo Missae...se aleja de modo impresionante...de la teologia católica de la Santa Misa".
--------------------------
JMI.- Efectivamente, no eran lefebrianos ni filolefebrianos, y sus observaciones y las de otros colaboraron a que finalmente, tras las correcciones oportunas, pudiera Pablo VI promulgar un rito renovado de la Misa perfectamente católico.
Por cierto, he encontrado este párrafo de un autor filolefebrista, que se permite criticar nada menos que el magisterio ordinario de un Concilio Ecuménico. Es inequívoca la similitud con el pensamiento de Lefebvre: el autor juzga el lenguaje de los Padres, banaliza su pensamiento y reduce el valor del texto, despreciando como retóricas las apreciaciones de la venerable Asamblea y calificando las expresiones como inexactas y desafortunadas. Todo un filo o mejor, un lefebrista:
"Falsedades retóricas. De una señora que entra en una reunión podemos decir, a modo de saludo: «aquí llega la mujer más linda de Occidente». Bueno, la frase no engaña a nadie. Todos entienden que se trata de una afirmación puramente retórica, dicha en broma. Mucho mayor es el peligro de engañosi ese género literario se emplea, por ejemplo, en un Concilio.
«El hombre contemporáneo camina hoy hacia el desarrollo pleno de su personalidad y hacia el descubrimiento y afirmación crecientes de sus derechos» (GS 41a). «Ante la actual evolución del mundo, son cada día más numerosos los que se plantean o los que acometen con nueva penetración las cuestiones más fundamentales» (10a).
Las declaraciones retóricas apenan y a veces confunden a los verdaderos creyentes, confortan a los incrédulos, y dañan a todos. Es cierto que el Vaticano II escribió un libro de 700 páginas –hecho sin precedentes en la historia de los Concilios–, y que es normal que de entre ellas puedan entresacarse, como acabo de hacer yo, algunas frases desafortunadas o inexactas.
------------------------
JMI.- Ese autor no "critica el Magisterio ordinario de la Iglesia", sino que dice que en algunas expresiones de las 700 páginas del Concilio se usó un lenguaje poco claro, lo que es obvio. Muchos otros documentos del Concilio aclaraban sus puntos oscuros.
Me identifico, pues, perfectamente con ese autor, que en modo alguno ha de calificarse de filolefebvrista o lefebvrista por hacer esas observaciones.
Me alegro también que se terminaran aquí por develar los colores del anti nuevos movimientos y anti Juan Pablo II luis. Reconozco que tiene este luis un alter ego (estoy seguro que es él) Higinio gracioso en cuanto ataca a los progres... pero el pobre luis ve solo una parte de los errores y se niega a ver la otra
Una vez más, padre, gracias por todo
No me gusta ni un pelo, la actitud de ciertos comentaristas que se olvidan precisamente, de que están hablando con un sacerdote. No lo olvidemos, por favor!
En relación al tema:
Yo tambien asisto y me comprometo con la liturgia tradicional, aunque jamás haya asistido a una misa celebrada por un sacerdote de la FSSPX. No dudo de la validez de tales misas, como tampoco dudo de la validez de las misas del Novus Ordo. Y es que no puedo dudar.
Sin embargo, no entiendo la falta de proselistismo por expandir la liturgia tridentina por parte de los "tradicionalistas"; tampoco entiendo la falta de conocimiento sobre la "Constitución Sacrosantum Concilium sobre la Sagrada Liturgia" de los defensores a ultranza del "Novus Ordo".
He tenido la suerte de asistir a varias Misas en el Brompton Oratory de Londres; tanto por la forma "ordinaria" como por la "extraordinaria". Ahora que también es cierto, que la forma ordinaria, se ajusta ortodoxamente a los cánones estipulados en la "Constitución Sacrosantum Concilium sobre la Sagrada Liturgia". Y es un gozo.
Por otro lado, tenemos a los anglicanos aporreando a la puerta de la Iglesia Católica, para entrar en ella. La Santa Sede está elaborando una liturgia propia para estos ordinariatos, que bien podría ser el Uso de Sarum, pero reformado. Sea cual sea la liturgia propia de estos nuevos ordinariatos ¿vamos a cuestionar también la "validez" de estos nuevos ritos o usos litúrgicos?
Lo importante de la liturgia, es que se celebre como se celebre, QUE SE CELEBRE como lo manda la Santa Madre Iglesia.
Lo dicho:
Recomiendo encarecidamente la lectura de la "Constitución Sacrosantum Concilium sobre la Sagrada Liturgia" para irse metiendo en materia. Aqui les dejo el enlace:
http://www.vatican.va/archive/hist_councils/ii_vatican_council/documents/vat-ii_const_19631204_sacrosanctum-concilium_sp.html
Interesante Carta Apóstolica en su XXV aniversario:
http://multimedios.org/docs/d000471/
le felicito por su post y por su infinita paciencia en contestar a los comentarios de los lectores. Recientemente he publicado un artículo en ReL sobre la misma temática titulado "La protestantización de los tradicionalistas católicos", http://religionenlibertad.com/articulo.asp?idarticulo=14141 señalando algo tan simple como que estas posturas tradicionalistas adolecen de la misma protestantización que critican.
Entrar a debatir sobre liturgia y ecumenismo con ellos es imposible, pues hay un principio previo que niegan: la autoridad de la Iglesia y así, contra principia negantem nihil est disputandum.
Aún así hay un tema que sería importante explicar, y me permito sugerirle que lo aborde en su serie, pues nos sería de mucha utilidad a muchos beneficiarnos de su opinión al respecto. Es el del Syllabus dichoso y su valor magisterial: ¿qué valor tiene dicho documento? ¿son ciertas las contradicciones entre éste y el magisterio conciliar que predican los tradicionalistas?;en caso de haber contradicciones, ¿cómo se explican o resuelven desde un punto de vista dogmático?
Un abrazo en el Señor
---------------------------
JMI.- Suelo seguir Religión en libertad, que tiene con frecuencia artículos muy buenos. Pero se me escapó el suyo; ayer por la tarde un lector me comentó su artículo. Ahora lo veré.
El Syllabus es un eslabón más en la cadena ininterrumpida del Magisterio de la Iglesia, y evidentemente hemos de aceptar todos los eslabones, también ése, siguiendo las normas que la misma Iglesia da para la valoración e interpretación de sus documentos.
Lo que sí sé es que las similitudes entre protestantes y lefebvristas y filolefebvristas son evidentísimas. Y los comentarios de ellos al artículo del P. Iraburu lo confirman. Algunos son incluso tan irrespetuosos como los protestantes fundamentalistas a la hora de hablar de la Iglesia.
Mismo virus, libre examen, misma enfermedad.
Han ido saliendo diversas observaciones y en el próximo artículo seguirán surgiendo. Pero por ahora, ya basta. También porque tengo que salir.
Mañana abro de nuevo la Sala de Comentarios, pero por un día. No vamos a estar dialogando sobre el (126) indefinidamente, porque no me dejan trabajar, y tengo que hacer el (127).
Hoy es domingo, día de alabanza a Dios y cesación de trabajos.
Día del Señor, que anticipa el cielo, el Día del Señor en plenitud eterna.
Con Dios. Santo y pacífico domingo, lleno de esperanza.
He añadido al texto de mi artículo, al final, una traducción de las frases en francés.
Estos días tengo bastantes trabajos, y no podré ir comentando los comentarios frecuentemente, como lo hice el sábado.
La definición moral del pecado de cisma es intrínsecamente dependiente de su definición canónica. En efecto, el Catecismo de la Iglesia Católica define al cisma (n. 2089) copiando literalmente la definición del Código de Derecho Canónico (c. 751), al que además remite de manera explícita. Y antes del CIC de 1983, los teólogos también tomaban la noción moral de cisma de la norma canónica. Así, por ejemplo, la Enciclopedia Rialp, define teológicamente al pecado de cisma copiando literalmente al CIC de 1917 (c. 1325, 2). Y lo divide, en cuanto pecado, en: a) cisma material, si el acto nace de la ignorancia invencible, sin malicia, ni pertinacia, de buena fe, y, por tanto, sin culpabilidad personal; y, b) cisma formal si el acto nace de la mala fe, con pertinacia, sabiendo que va contra la jerarquía legítima y la comunidad sobrenatural instituida por Cristo.
La división supone que en el pecado material de cisma hay un elemento objetivo desordenado: la separación querida como fin objetivo, o como medio ligado necesariamente al fin. Como explica santo Tomás, el pecado material, en lo posible, debe evitarse, porque entraña un desorden objetivo; de manera que, por más que su autor no sea culpable, el pecado material es, en sí mismo, algo desordenado.
Por tanto, si Lefebvre, objetivamente, no quiso la separación, a pesar de la notificación recibida, no cometió pecado de cisma material, sino un acto de desobediencia a la disciplina de la Iglesia acerca del sacramento del Orden.
Conclusión: acusar a Lefebvre de cismático material en sentido moral es una calumnia.
Saludos.
----------------------
JMI.-
Canon 751: "cisma [es] el rechazo de la sujeción al Sumo Pontífice", etc. Mons. Lefebvre no solo hizo "un acto de desobediencia a la disciplina de la Iglesia", sino que desobedeció consciente y directamente el mandato expreso del Papa Juan Pablo II.
Juan Pablo II, "acto cismático".
Benedicto XVI,Carta (10-III-2009) ... aquellas ordenaciones episcopales fueron penadas "con la sanción más dura, la excomunión, con el fin de llamar a las personas sancionadas de este modo al arrepentimiento y a la vuelta a la unidad. Por desgracia, veinte años después de la ordenación, este objetivo no se ha alcanzado todavía.
"La remisión de la excomunión tiende [ahora] al mismo fin al que sirve la sanción: invitar una vez más a los cuatro Obispos al retorno".
Se pueden matizaciones, cierto, pero prefiero valorarlo como un todo, porque vale la pena leer este artículo. Nunca se había hecho una refutación desde posturas "conservadoras". Siempre era el "Modernista" que repudiaba a los "tridentinos", a los "preconciliares" o como le dijeron a una monja sevillana recientemente beatificada "los del Antiguo Testamento"...
Y sí, pienso que el Motu Proprio ha empezado a evidenciar el surco. Antes nos podíamos creer que todo era "la lucha" por la tradición, cuando el Papa ha dejado claro que el Rito tiene DOS formas, no una... Y eso no lo pueden entender ni unos ni otros que defienden la propia con exclusividad y desdeñan la otra.
Por otra parte sí parece real que antes de que se iniciara el CVII el jesuíta alemán Cardenal Augustin Bea se entrevistó con miembros de una logia judeo-masónica en Norteamérica, los cuales le pidieron que la Iglesia Católica proclamara la libertad religiosa. Según parece esta noticia apareció en su momento en la prensa norteamericana.
También hay que tener en cuenta que, si damos crédito al historiador Roberto di Mattei, en su obra "Perfidi giudei-fratelli maggiore" Elio Toaff escribió sobre el cardenal Bea(cito en italiano para que no haya errores de traducción):"La nostra conoscenza si trasformò ben presto in amicizia, e un giorno monsignor Bea mi confidò che, essendo tedesco di nascita, sentiva tuto il peso del male che il suo popolo aveva fatto agli ebrei e voleva fare qualche cosa per riparare, sia pure in minima parte. Gli nacque l'idea di un Concilio ecumenico nel quale si sarebbe dovuto approvare un documento sugli ebrei. Lui stesso ne voleva essere il promotore e l'estensore". Di Mattei añade: "Il sogno di Bea poté realizzarsi grazie al Concilio con la dichiarazione Nostra Aetate. (R.di Mattei: Il Concilio Vaticano II. Una storia mai scritta, Torino 2010, pp.399-400.)
Bea desbancó a Ottaviani en la sesión previa al inicio del Concilio. El escrito presentado por Ottaviani trataba sobre la tolerancia religiosa, el de Bea sobre la libertad religiosa. Hubo revuelo, pero Bea ganó.
---------------------
JMI.- Está claro: el sagrado Concilio Vaticano II, Ecuménico XXI, fue una conspiración judeo-masónica.
Ay, Señor. ¡Cuánto daño hace el lefebvrismo extremo... y el filolefebvrismo!
¿Acaso Juan Pablo II y Benedicto XVI son unos calumniadores?
En serio, cuanto más defienden a los lefebvristas, más queda en evidencia la necesidad de este post.
Espero que esta frase:"Ignacio, yo no sé si Bugnini es masón o no. Y me importa un pimiento" sea sólo un ex abrupto de un hombre apasionado, porque me resulta difícil de entender que el director de Infocatólica piense así.
Director de InfoCatólica:
Ocurre que Bugnini no protagonizó un cisma. Mons. Lefebvre, sí. Y es doctrina firme y segura de los padres de la Iglesia que el cisma es el peor de los pecados. Más grave incluso que el de la herejía, aunque suelen ir de la mano.
1. Creo que he sido claro: hay desobediencia a la disciplina de la Iglesia en materia grave. Y una pena anexa.
2. Citar un texto de Juan Pablo II de 1988, y silenciar las circunstancias concomitantes, conocidas después, además de las aclaraciones de la Comisión Ecclesia Dei, como si fuera un argumento de peso decisivo, HOY, es cuanto menos una presentación incompleta y sesgada del punto.
3. En todo caso, la cuestión es la siguiente: ¿hay objeto moral de pecado de cisma?
Si en 1988 la Santa Sede pensó que lo hubo; y HOY, piensa, que no lo hubo, porque tiene un mejor conocimiento de las circunstancias, aunque sí piensa que hubo una desobediencia grave, no cismática, ¿por qué se insiste en reiterar un juicio moral prudencial de 1988 en 2011?
Saludos.
-----------------------
JMI.- Dice Martín: La Santa Sede "hoy piensa que no lo hubo". No hubo objeto moral de pecado de cisma.
Por eso hoy, en 2009, Benedicto XVI les llama a "al arrepentimiento y a la vuelta a la unidad".
Perdone, Martín, pero ya no comentaré más sus comentarios. Ya.
"Mons. Lefebvre no solo hizo "un acto de desobediencia a la disciplina de la Iglesia", sino que desobedeció consciente y directamente el mandato expreso del Papa Juan Pablo II."
Considero que un "mandato expreso" de Juan Pablo II pertenece a la disciplina de la Iglesia y fue desobedecido. ¿Para Vd. no pertenece a la disciplina de la Iglesia un mandato papal expreso? ¿A qué pertenece?
Saludos.
Es más, estoy convencido de que habrá más actos cismáticos. Es decir, alguno o algunos de los obispos lefebvristas volverán a ordenar obispos contra la voluntad del Papa.
El objeto del acto cismático fue la ordenación sin aprobación de la sede apostólica de los obispos lefebvristas e incurrió en pena de excomunión.
A este respecto al Papa ha dicho en su carta a los obispos con motivo de remisión de la excomunión a los obispos lefebvristas:
"Una ordenación episcopal sin el mandato pontificio significa el peligro de un cisma, porque cuestiona la unidad del colegio episcopal con el Papa. Por esto, la Iglesia debe reaccionar con la sanción más dura, la excomunión, con el fin de llamar a las personas sancionadas de este modo al arrepentimiento y a la vuelta a la unidad. Por desgracia, veinte años después de la ordenación, este objetivo no se ha alcanzado todavía. La remisión de la excomunión tiende al mismo fin al que sirve la sanción: invitar una vez más a los cuatro Obispos al retorno"
En la misma masiva indica la causa por la cual la fraternidad sigue sin poseer una posición canónica en la Iglesia:
"El hecho de que la Fraternidad San Pío X no posea una posición canónica en la Iglesia, no se basa al fin y al cabo en razones disciplinares sino doctrinales"
Es el Papa el que sostiene que la fraternidad persiste en rechazar la enseñanza del Magisterio vivo de la Iglesia. Ellos mantienen una actitud cismática y se mantienen en cisma material, pues comunión plena no hay.
Y por supuesto, yo tengo en gran estima las recomendaciones de la Santa Sede, por lo que no necesito que la Iglesia me prohíba tajantemente no participar en misas de la FSSPX, basta que que recomiende no hacerlo y que aunque válidas son ilícitas. (Lo mismo cuando hablo con personas adeptas a Vásula Ryden suelo escuchar argumentos similares: La Iglesia solo recomienda no participar y no lo prohíbe, pues yo participo).
No se señala el caracter materialmente cismático del lefebvrismo con ganas de ofender a nadie. Se señala esa dolorosa situación en primer lugar para que recapaciten y retornen a la plena comunión, y en segundo para alertar a los fieles del peligro que incurren los fieles católicos al adherirse al cisma. Peligro que ya alertó el Papa Juan Pablo II en la carta citada.
Que si mañana el Papa suprime el CVII, prohibe la misa nueva y declara santo a Lefebvre, JMI escribira un articulo titulado "Pues lo que yo decia", sera lefebvriano de toda la vida y apoyara la nueva "situacion actual" como igualmente apoyo totalmente las "situaciones actuales" anteriores, y habra una argumentacion totalmente evidente para ello, nos hablara de Bugnini y los filomodernistas con alegria y seguridad.
Es imposible hablar con un conservador porque no tienen mas criterio que decir que todo esta bien como esta ahora. No hay mas que ver la actitud del clero en los dos ultimos siglos para verlo.
Asi que no merece la pena debatir con JMI o cualquier otro de esta especie, no son razonamientos lo que les hacen moverse. Simplemente hay que cambiar las cosas, cuando las cosas cambien, JMI y los demas conservadores se adaptaran y conformaran y seran los primeros estusiastas de la nueva "situacion actual que es la ideal".
El padre Iraburu sera feliz tanto en un post-postconcilio como en un (CVII)^2, sucedera con la misma facilidad que los curas conservadores que eran tan felices en el pre-concilio como en el post-concilio.
--------------------------
JMI.- Inefable.
Expongo este comentario a la vergüenza pública.
Doy por supuesto que entiendes y aceptas que canónicamente el cisma es formal o no existe. Por tanto, que no estamos hablando en un plano canónico sino eclesiológico/moral.
También doy por supuesto que desde el punto de vista eclesiológico y moral, te queda claro, que la comunión puede ser plena y perfecta, o no serlo, y ello en muy diversas formas y maneras. Ya sabes, por ejemplo, que no es lo mismo un ortodoxo que un luterano.
Ahora bien, la carta de Benedicto XVI (10-III-2009) emplea la palabra cisma una sola vez. Habla de «peligro de cisma», no de «acto cismático», ni de «actitud cismática». Y ciertamente hay peligro de cisma (técnicamente: peligro abstracto) cuando se consagra obispos sin mandato pontificio en grave desobediencia a la disciplina de la Iglesia. Pero la diferencia que hay entre el peligro y su efectiva concreción, es la misma que media entre la potencia y el acto, como la que hay entre nadar en un río y ahogarse. ¿Lo entiendes?
Eclesiológicamente se considera a los ortodoxos en «cisma material». Razón por la cual son objeto de «ecumenismo», no de «diálogo interreligioso». Y por ello hay unas normas especiales sobre la comunicación en lo sagrado con ellos (CIC, c. 844).
¿No te parece que si la Iglesia considerase que estamos ante aquí ante un «cisma material» aplicaría a la FSSPX el mismo trato eclesiológico y canónico que a los ortodoxos? Pues no lo ha hecho nunca. No son objeto de ecumenismo, nunca lo han sido. Y la Comisión Ecclesia Dei, sobre la comunicación en lo sagrado con ellos, no ha aplicado las mismas normas que con los ortodoxos.
Ni dogmática, ni sacramentalmente, la Iglesia indica que se esté en presencia de un «cisma material». Se está ante una situación distinta, en la que falta la «plena comunión», porque la unidad con ellos no es perfecta, está lesionada; pero esa lesión no es «cisma material».
¿Es tan difícil entender que no toda desobediencia es cisma? ¿Cuesta tanto comprender que no toda comunión imperfecta es cisma? ¿Es tan raro admitir que el juicio moral prudencial sobre un mismo hecho puede cambiar después de treinta años si se conocen nuevas circunstancias antes ignoradas?
Saludos.
Cuanta razón tiene su afirmación: "su filo-lefebvrismo, más o menos pronunciado, les daña mucho y escandaliza a no pocos católicos, sobre todo a los menos formados, suscitando en ellos confusión, desconfianza en el Papa, aversión al Concilio Vaticano II y a la liturgia actual de la Iglesia".
Muchos de los que atacan su artículo -incluidos gente muy inteligente, da pena-, muestran estos síntomas. Juzgan con rudeza a la Iglesia, porque la estiman en "tinieblas", creyéndose imprescindibles para salvarla.
Se olvidan de las reglas de discernimiento de San Ignacio: "que lo blanco que yo veo, creer que es negro si la Iglesia jerárquica así lo determina" (Nº 13).
Por supuesto que esto no se trata de anular el juicio y caer en el fideismo. Es una actitud espiritual, que refleja humildad.
Lo felicito por su artículo, por su valentía. Y le agradezco, pues hacía mucha falta, ya que hay mucha gente que piensa como usted, y estamos cansados de los filo-lefebvrianos, que se suponen ser los únicos en plena fidelidad a la Tradición, y lo único que hacen es confundir. Muchas gracias.
En mis oraciones, para que siga escribiendo sobre este tema.
La lógica clara y brillante del P. Iraburu se bloquea cuando M. Elligham trae los términos justos de la discusión, que son antiquísimos: A ver, P. Iraburu, ¿el cisma de la Lefébvre, según usted, fue formal o material? Claro que el acto fue cismático, pero la cuestión es si ese acto cismático produjo un cisma de veras, o no lo produjo. Actualmente nadie considera a la FSSPX en cisma, es decir, separada de la Iglesia Católica, salvo, parece ser, el P. Iraburu, Arráiz e Infocatólica.
Me repito en lo que dije anteriormente. Igual que sobre otros temas demuestra usted un admirable dominio,en éste se ha quedado parado con 30 años de retraso. Hay muchísimo escrito sobre el particular y usted demuestra no haber leído nada al respecto.
------------------------
JMI.- Benedicto XVI (10-III-2009) llama a los Obispos lefebvrianos "al arrepentimiento y a la vuelta a la unidad", y declara que "hasta que la Fraternidad no tenga una posición canónica en la Iglesia, tampoco sus ministros ejercen ministerios legitimamente en la Iglesia".
¿Fue la autodeclaración como Papa de SAN Hipólito de Roma un cisma o no lo fue?
Infórmese mejor y luego vuelva a hablar, ande. A ver si va a resultar que quien no está en comunión con lo que dice el comisionado del Papa para el asunto de la FSSPX es usted.
Reconozco que estoy aprendiendo mucho con todos estos artículos suyos. La especie de los semipelagianos no la conocía yo, pero no me esperaba yo el éxito que iba a tener esta de los filolefebvrianos.
Si no le importa a usted, y la Santa Madre Iglesia lo soporta, yo me hago pro-Iraburiano, que me parece de lo más sensato actualmente dentro de la Iglesia Católica.
Que Dios le bendiga y aumente su santa paciencia todo lo que sea necesario. Y un poco más.
------------------------------
JMI.- ¡No, mucho cuidado, Raúl! Nada de hacerte pro-Iraburiano, que algunos de los comentaristas de este post, de este post, en otro foro han escrito que el P. Iraburu es el jefe de "la secta de InfoCatólica"! No, con que estemos juntos en la Santa Iglesia Católica Romana ya vale.
-----------------------------------------
JMI.- luis
Lo siento, pero debe ud. dirigir sus comentarios, como ya lo ha hecho, al foro de Miles Dei. Aunque me dicen que lo han cerrado.
¿No te parece que si la Iglesia considerase que estamos ante aquí ante un «cisma material» aplicaría a la FSSPX el mismo trato eclesiológico y canónico que a los ortodoxos? Pues no lo ha hecho nunca. No son objeto de ecumenismo, nunca lo han sido.
LF:
A eso te respondo... todavía. Es decir, todavía no se les aplica el mismo tratao eclesiológico y canónico que a los ortodoxos. Pero si, Dios no lo quiera, se confirma la rutpura, si en un futuro la FSSPX no acepta -con todas las aclaraciones doctrinales que sea menester dar- la validez plena del Concilio Vaticano II, si los obispos lefebvristas vuelven a ordenar a otros obispos contra la voluntad expresa del Papa, lo cual conllevará una nueva excomunión, es bastante probable que acaben pasando al cajón de los hermanos separados. Lo cual, dicho sea de paso, sería una ironía del destino dada la animadversión que ellos tienen hacia el ecunenismo.
Por otra parte, tampoco se les puede tratar del todo igual que a los ortodoxos. Las iglesias ortodoxas son auténticas iglesias locales, con patriarcados, diócesis, etc. La FSSPX no posee semejantes características.
Mire Padre, haciendo un acto expreso de desobediencia a sus sensatas recomendaciones, yo también me declaro filo-Iraburiano!!
Y ahora hablando en serio : Este post suyo, monumental a mi pobre juicio, va a hacer muchísimo a favor de la reintegración plena de la Fraternidad al seno de la Iglesia.
Me quedo con su frase final:
"Es la Iglesia la que nos salva a nosotros......
....No somos nosotros los que salvamos a la Iglesia, por muchos aprietos que a veces sufra ella a causa de los errores, abusos y pecados de sus miembros. Se sale Mons. Lefebvre del esplendor de la verdad cuando piensa y dice que la ordenación de sus Obispos es «un geste nécessaire pour l’histoire de l’Église, por la continuation de l’Église».
/////////////////
Pero es que ha sacado a relucir en mí algo más de lo que me arrepiento, y es no sólo de llegar a la conclusión que la reconciliación de la FSSPX es cada vez más difícil al menos que fuera milagrosa como el Padre Guillermo dice, sino que les he querido fuera de la Iglesia punto. ¡Pobre de mí!
Pero es que no sólo ésta otra frase suya es verdad "Los filo-lefebvrianos obstaculizan en gran medida el regreso de la FSSPX a la plena comunión con la Iglesia católica...” es que al menos en mi caso estos “filos” con su soberbia intelectual, su falta de caridad, su ciega obsesión y tanto despecho e insultos sobretodo a los Papas que tanto he querido.
En fin me regocijo con éste post y espero el segundo dejando en manos de Dios a tanto “filo-sabiondo”
Amo los dos Ritos que ambos he vivido. Espero que en paz pueda escoger ambos indiscriminadamente. Si sólo ésta gente pomposa dejara de erizarme los vellos provocarme tanta náusea.
Con la Dirección de Infocatólica y su línea que es la línea de la Iglesia.
//////////////////////////////////////////////
Ay, Señor. “¡Cuánto daño hace el lefebvrismo extremo... y el filolefebvrismo!” ¿seré acaso
filo-Iraburiano?
--------------------
JMI.- ULTIMA HORA (7-III, 21,26 hs). Ya me perdonará que elimino una frase mía inconveniente, que ud. cita, y que yo ya retiré de mi comentario, y otra suya inadmisible. Se me pasaron sin advertirlo. Gracias a los que me lo han avisado.
Doy gracias a Dios si mi poste le ha confirmado en la fe y el amor a la Iglesia Católica, a "esta" Iglesia Católica presente, con todos los errores, abusos y desviaciones que hay en tantos de sus miembros.
Pero la última frase, no: lo de filo-iraburiano, ni en broma.
En InfoCatólica a lo más que aspiramos es a ser católicos, católicos no necesitados de "volver a la unidad", como pide el Papa a los lefebvrianos. Queremos poder decir, como StaTeresa, a la hora de la muerte "muero hijo de la Iglesia". Plenamente hijos de Ella, bendita sea, la Esposa de Cristo.
Hago míos tus deseos de urgente reintegro de la FSSPX a la plena comunión. Tu respuesta merecería consideraciones y matices.
Ahora te señalo esquemáticamente lo siguiente, porque es un punto capital eludido en tu anterior mensaje:
HECHO: consagraciones episcopales de 1988.
JUAN PABLO II: juzgó el hecho como «acto cismático» (Ecclesia Dei, 3)
BENEDICTO XVI: juzgó el mismo hecho como «peligro de un cisma» (10-III-2009).
Podrías responder lo siguiente:
1. Si observas un cambio en el juicio moral sobre el mismo hecho.
2. Si para tí un «acto cismático» es idéntico al «peligro de un cisma».
Yo aprendí de las 24 tesis tomistas que potencia y acto no se identifican. Pero a lo mejor hay una nueva explicación, que mejore a la tomista, y resulta que peligro es lo mismo que acto.
Saludos.
PS: te lo digo con el afecto y la caridad que un medio escrito no puede expresar: usa tu inteligencia desapasionadamente y no te quedes petrificado en Juan Pablo II como los lefbvrianos se quedaron petrificados en Pío XII. Es notorio que el Papa actual ha atenuado su juicio moral sobre la grave desobediencia de consagrar obispos sin mandato.
-----------------------------------------
JMI.- LFdo verá si le contesta, pero yo me contradigo y comento su comentario. Aunque espero que ya no lo haré más.
Benedicto XVI, Carta (10-III-2009) dice: que aquellas ordenaciones episcopales fueron penadas "con la sanción más dura, la excomunión, con el fin de llamar a las personas sancionadas de este modo al arrepentimiento y a la vuelta a la unidad. Por desgracia, veinte años después de la ordenación, este objetivo no se ha alcanzado todavía.
"La remisión de la excomunión tiende [ahora] al mismo fin al que sirve la sanción: invitar una vez más a los cuatro Obispos al retorno".
Dice también que "hasta que la Fraternidad no tenga una posición canónica en la Iglesia, tampoco sus ministros ejercen sus ministerios legítimos en la Iglesia (...) no ejercen legítimamente ministerio alguno en la Iglesia".
Y ud. dale que dale con el análisis del término "cisma".
¿No le basta con las gravísimas amonestaciones del Papa que he citado y que son de 2009?
No estar "en plena comunión con la Iglesia" es un horror. ¡Dios nos libre por su gracia! Dios nos libre, y muramos, como StaTeresa, "como hijos de la Iglesia", plenamente hijos de la bendita Esposa de Cristo, Madre y Maestra.
(Este comentario mío lo puse después que Martin Ellingham enviara el que sigue. Lo escribió él, pues, sin haber leído este comentario mío).
Si alguno tiene la amabilidad de demostrar que «acto cismático» es noción idéntica a «peligro de un cisma» me retracto públicamente y por este medio de todas mis opiniones anteriores en sentido contrario.
Mientras no sea así, interpretaré las palabras de S.S. Benedicto XVI como lo que significan objetivamente: una atenuación de un juicio moral pronunciado por su predecesor. Nada nuevo en la historia de la Iglesia respecto de juicios morales prudenciales.
Saludos.
Va ser verdad aquello de que los extremos se tocan.
Es desagradable ver la división que hay. Esperaría de los lefebvrianos, la suficiente humildad para regresar a la unión plena con Roma, algo que me parece impensable pedir para los "progres". Pero en fin, cada cual hace de su capa un sayo. Yo mejor me quedo como estoy.
Un saludo, Padre Iraburu. Con sus artículos y los de otros blogueros de IC, algo voy aprendiendo, poco a poco.
----------------------------------
JMI.- Para mí que los progres, con más agujeros de herejías que un queso de Gruyère, están mucho más lejos que los lefebvrianos de la plena comunión con la Iglesia Católica (aunque vivan en Ella y de Ella, ya que muchos están en nómina: la Iglesia les sigue pagando para que sigan pegándole patadas e insultándola. También son ganas).
1o- Los filo-lefebvrianos "haberlos hailos".
2o- Estos filo-lefebrianos son ademas unos ceporros de mucho cuidado.
3o- Como rayos se puede ser filo-lefebvriano sin ser lefebvriano???; y mas teniendo en cuenta que precisamente la cuestión de plena comunión con Roma (y dale erre-que-erre) ha hecho que no pocos lefebvrianos hayan abandonado puntualmente la FSSPX, dando origen a:
- la FSSP (Fraternidad Sacerdotal de San Pedro)
- el Instituto del Buen Pastor
- la Administración Apostólica Personal de San Juan María Vianney
-los Padres Redentoristas de Papa Stronsay de las islas Orcadas.
Me pregunto yo cuantos de estos filo-lefebvrianos han asistido alguna vez a la Liturgia por la forma Extraordinaria, o si son realmente unos tradicionalistas cibernéticos de pastel...
Mucho hablar, pero movimiento veo poco.
---------------------------
JMI.- Cuente con mi oración y con mis escritos. Ánimo.
Se ha metido como decimos por mi tierra al "callejon de los cuentazos" con este post.
Ud y demás autores de esta web tienen sus opiniones de las más variopintas con respecto a la fsspx, me asombra el enorme número de comentarios que se dan cada vez que se menciona la obra de Mons Lefebvre, no son ni serán bienvenidos a esta y muchas webs...eso ya lo sabemos.
La figura de Mons Lefebvre levantó, levanta y levantará ronchas de aqui hasta el dia de juicio... así son los santos... aunque para don Luis Fernando y compañeros no sea más que un rebelde, cismático, etc.
Estoy seguro que nadie se ha tomado la molestia de leer la obra de este obispo (no lo necesitamos me dirán:OK) la mayor parte de las frases que le anatemizan están sacadas de su contexto.
El siempre reconoció al Santo Padre del momento como el Sucesor de Pedro y en su misa pidió por el, no se erigió jamás como Papa o cosa conocida ni le confió a sus obispos auxiliares jurisdicción que sabía bien no tenían.
Aunque me van a lanzar el término ad-hominem de "filo-lefebvrista" (mejor patentan el término por lo que veo) no soy tal, soy católico de a pie, ni teólogo ni ningun titulo, le doy gracias a Dios por Su Iglesia, por el Papa y por todos los que luchan por su Iglesia, como usted, Luis Fernando, Vinuesa, Arraiz... y también por la FSSPX. No es una secta, ni cisma, ni hay necesidad de ecumenismo con ellos, son sacerdotes y obispos que predican a Cristo igual que ustedes...
Estas crisis son crisis de santos, Solo en el Juicio sabremos toda la Verdad, solo allí se le dará a cada quien lo de cada quien.
Usted tiene sus opiniones y sus lectores afines, por favor cierre los comentarios... va a ganar poco y a perder mucho (tiempo), todo está dicho, los comentarios son siempre los mismos....
--------------------------------
JMI.- Ud. no soluciona el problema, sino que simplemente lo elimina. Todos iguales, así anduvieron los santos, en el cielo sabremos, etc.
Se ve que las gravísimas palabras de Benedicto XVI, p.ej., en su Carta (10-III-2009), precisamente el levantador de la excomunión de los Obispos lefebvrianos, a ud. le traen sin cuidado. Dice:
que aquellas ordenaciones episcopales fueron penadas "con la sanción más dura, la excomunión, con el fin de llamar a las personas sancionadas de este modo al arrepentimiento y a la vuelta a la unidad. Por desgracia, veinte años después de la ordenación, este objetivo no se ha alcanzado todavía.
"La remisión de la excomunión tiende [ahora] al mismo fin al que sirve la sanción: invitar una vez más a los cuatro Obispos al retorno".
Dice también que "hasta que la Fraternidad no tenga una posición canónica en la Iglesia, tampoco sus ministros ejercen sus ministerios legítimos en la Iglesia (...) no ejercen legítimamente ministerio alguno en la Iglesia".
¿No le basta a ud. con estas gravísimas amonestaciones del Papa que he citado, que son de 2009, para alarmarse ante la resistencia mantenida durante veinte años a "volver a la unidad" de la Iglesia?
Habla ud. como si estuviéramos aquí perdiendo el tiempo, discutiendo acerca del sexo de los ángeles. No sabe ud. bien de qué va la cosa.
Un afectuoso saludo
La Paz
El objeto de la Revelación o lo Revelado es Jesús mismo.La finalidad de la Revelación no es el conocimiento, la satisfacción de una curiosidad intelectual legítima, sino ante todo la salvación,la participación en la misma vida de Dios. No hay ruptura entre Revelación y Salvación por Cristo y con el Espíritu Santo.
Llegamos al fin del día 7, memoria de las santas mártires Perpetua y Felicidad (¡qué actas martiriales! de las más hermosas). Y al terminar este día que nos ha concedido nuestro Dios, bendito por los siglos, se cierran las puertas de la Sala de Comentarios para el (126). Ya vale.
Continuaremos en el (127), y allí vendrán más comentarios, con el favor de Dios.
Muchas gracias a todos los comentantes.
Dios se lo pague.
Los comentarios están cerrados para esta publicación.