¿La Misa de Primera Comunión es una Misa? Sí, lo es

Soy un asiduo lector de la revista Liturgia y Espiritualidad, publicada por el CPL de Barcelona. Leyendo esa revista siempre aprendo algo. Y trata sobre dos cuestiones que me interesan mucho: la liturgia y la espiritualidad.

He de confesar – y no creo que sea el único – que, cuando recibo un nuevo número, voy en seguida a la última sección, al “flash litúrgico”; una sección que firma Jaume González Padrós, director de la revista y del Instituto Superior de Liturgia de Barcelona.

Jaume González Padrós es una persona genial, extraordinaria. Y es capaz de unir el rigor del pensamiento con el humor y con una ironía que hace pensar a cualquiera.

El “flash litúrgico” de abril de 2015 se titula: ¿La misa de primera comunión es una misa?. Es un texto muy breve, como todos los flashes, pero es un texto cargado de sabiduría.

Yo espero que Liturgia y Espiritualidad no me demande, por esas cosas jurídicas de los derechos de autor. Porque pienso reproducir, casi en su totalidad, este artículo. Don Jaume dice cosas obvias que – ¡terror y pavor¡ – han dejado de serlo: La Misa de Primera Comunión es, ni más ni menos… una Misa.

¿Qué podría ser? ¿Qué se puede dar por hecho que es? Pues depende del consumidor, o del consentidor. No es un show, no es una fiesta infantil, no es un espectáculo de fin de curso, no es – tampoco – un momento de oración muy bonito para los niños.

Ni es un pase de moda – infantil, femenino o masculino - . No es nada de eso. Es una Misa; es decir, “una acción sagrada por excelencia, en la que se debe participar de forma activa, consciente y etcétera”.

Esta obviedad – hoy decir lo obvio es casi como proclamar el fin de los tiempos – han de asimilarla también los párrocos. La Misa de la Primera Comunión no es una “Misa de niños”, sino una “Misa con niños”. Y se supone que, tras el período de catequesis, los niños no están incapacitados para participar en la Eucaristía y para saborear “la grandeza de lo sagrado”.

 

¿Cómo conseguir esta meta, que los niños participen en la grandeza de lo sagrado? Pues es muy sencillo: “No marearlos”. No obligarles a actuar haciendo lecturas, preces, ofrendas…. Dejémosles tranquilos. Dejémosles comulgar.

Procuremos que la Liturgia, la Santa Misa, sea muy esencial, sin recargos que no vienen a cuento. “Ayudémosles a estar centrados en el Señor”.

Yo ya me retiraré hoy más tranquilo. Siempre he pensado que lo esencial de la Primera Comunión es que un niño recibe por primera vez la Comunión. Es decir, recibe a Jesucristo como alimento para la vida eterna.

Cuanto menos folclore se monte con las primeras comuniones, mejor. Pero yo no soy  un especialista en Liturgia. Jaume González Padrós sí lo es, y de los mejores.

Suscríbanse a Liturgia y Espiritualidad, porque merece la pena. Pero, sobre todo, por no perderse los flashes. No defraudan nunca.

 

 

Guillermo Juan Morado.

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Ya son muchos los que piensan - pensamos - que conviene editar un libro con el título de “Flash litúrgico". Sería un éxito de ventas. Y un gran servicio a la Iglesia. 

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