6.04.25

Los progres temen a la nueva generación de curas. Carta abierta de Fray Betto a los obispos de Brasil

Hace cuatro días, el famoso activista político disfrazado de fraile dominico, Fray Betto (amigo de Lula, Leonardo Boff y demás revolucionarios de pacotilla de la izquierda latinoamericana) publicó una carta abierta dirigida a los obispos de Brasil donde, además de mostrar su ceguera espiritual, expresa su enorme preocupación por las nuevas generaciones de sacerdotes que, a pesar de los tiempos que corren, se vuelcan a lo que siempre ha funcionado: la vida de la gracia, la sotana, la sacralidad de la liturgia, etc.

Y así como en tiempos de Cristo había ciegos que no podían ver a pesar de tener vista (Mt 15,14), así tampoco logran ver qué es lo que pasa hoy y, por ello, poner remedio a tanta falta de sentido común.

Dejo aquí abajo entonces el texto en español (aparecido en portugués aquí https://www.ihu.unisinos.br/categorias/650211-carta-aos-bispos-catolicos-do-brasil), agregándole comentarios propios en color rojo y resaltados.

 

Que no te la cuenten

P. Javier Olivera Ravasi, SE

 


Carta a los obispos católicos del Brasil

Fray Betto

 

 

El catolicismo era en Brasil la confesión religiosa mayoritaria en la década de 1950, abrazada por el 93,5% de la población (IBGE) (o sea, antes de la Teología de la liberación, el marxismo infiltrado en la Iglesia, la eco-teología, etc.). En el censo de 2010, se declararon católicos el 64,6% de la población. Los evangélicos, el 30%. En 2030, según pronósticos, los católicos serán del 35 al 40% de la población y los evangélicos, del 38 al 40%. Mientras que los católicos disminuyen un punto porcentual por año, los evangélicos crecen en la misma proporción.

¿Por qué retrocede el catolicismo? Son varias las razones. La jerarquía católica cometió dos pecados capitales en los últimos 60 años: debilitó el apoyo a las Comunidades Eclesiales de Base (CEBs) (no sólo no los debilitó sino, lamentablemente, los alentó, por eso la gente se terminó cansando y yendo a las sectas), el movimiento eclesial más expresivo de la historia de la Iglesia en Brasil y de mayor capilaridad nacional.

Pero el primer pecado fue, después del golpe militar de 1964, llevar a la Acción Católica a la agonía y muerte. ¿Dónde se encuentra hoy el laicado participativo, crítico, apostólicamente activo entre obreros, universitarios e intelectuales? Por cierto, ¿nuestras universidades católicas evangelizan? En muchas de ellas se formaron notables políticos corruptos y legitimadores de la opresión social (como Lula y otros amigos, justamente, de Fray Betto).

De hecho, el clero siempre ha temido el protagonismo de los laicos. Deben ser solo corderos, cuya lana sirve para ser esquilada por los pastores, como declaró el papa Inocencio III.

¿Por qué, en nuestras misas dominicales en parroquias de clase media, los patrones asisten, pero sus empleados (cocineras, limpiadoras, porteros de edificios, etc.) van a la Iglesia evangélica? Se dice que la Iglesia Católica ha hecho opción por los pobres, y los pobres, por las Iglesias evangélicas… (lo hicieron, justamente, porque no predicaban a Jesús desde el púlpito, sino la revolución comunista que Fray Betto pregona).

Señalo algunas causas de la reducción de nuestro rebaño. Una de ellas, frecuentemente denunciada por el Papa Francisco, es el clericalismo. Véase una misa dominical. Todo centrado en la figura del sacerdote.

Cuando mucho, un laico o laica lee uno de los textos litúrgicos. Los fieles se ignoran unos a otros. En el “abrazo de la paz” saludan a los vecinos de banco sin siquiera preguntar por sus nombres. En el momento de la homilía, a veces soportan la predicación aburrida de un celebrante que nunca hizo un curso de oratoria, no tiene contenido (no lee y tuvo una formación mediocre en Filosofía y Teología) (en esto tiene razón, pero eso se soluciona volviendo a las fuentes…) y adopta un discurso moralista. Trata de salvarse con evocaciones emotivas porque no sabe cómo abastecer “las razones de nuestra esperanza”.

Sé que la mayoría de ustedes jamás participó de un culto evangélico. Nuestro ecumenismo no sobrepasa los límites de algunas Iglesias protestantes históricas. Lo cual es una lástima. Los seminaristas no son incentivados a abrazar el diálogo interreligioso y, en general, tienen una visión prejuiciosa de las otras confesiones religiosas (a veces ni tienen idea de lo que es la verdadera religión, la católica). ¿Qué saben de nuestras religiones indígenas? ¿Alguna vez fueron a un terreno de candomblé o umbanda? ¿O a un centro espiritista? La mayoría ignora las raíces de la religiosidad brasileña (quizás nunca, como un médico oncólogo jamás pasó por el cáncer; no es necesario).

Si los señores obispos fueran a un culto evangélico verían los motivos del crecimiento exponencial de este segmento cristiano. Hay cultos que duran dos o tres horas sin aburrir a los fieles, al contrario de muchas de nuestras misas. ¿Saben por qué? Porque los fieles tienen participación activa. Dan testimonios de vida, se exhiben videos atractivos, los músicos y cantantes perfeccionan sus talentos, hay escuelas bíblicas. Los fieles se conocen por su nombre, el cumpleaños de cada uno se celebra en comunidad, hay una fuerte corriente de ayuda mutua (un dentista o médico atiende a los hermanos y hermanas) (en todo esto tiene razón; así deberían ser nuestras parroquias católicas también). Allí las personas no son anónimas; ganan autoestima. Uno ayuda a conseguir empleo al otro. Hay entre ellos un fuerte vínculo afectivo. Y la agenda de costumbres los lleva a conocer la prosperidad, pues abandonan los vicios, y así aumentan el ahorro familiar.

No me siento afinado con la teología de la mayoría de las Iglesias evangélicas, porque enfatizan más el Antiguo que el Nuevo Testamento; al diablo más que a Dios (claro, porque para este tipo de pseudo-teólogos, el diablo es un cuento del tío…); al Dios de la punición más que al Dios del amor; al pecado más que a la gracia. Y muchas Iglesias están políticamente alineadas con el conservadurismo, con la naturalización de la desigualdad social, con la exaltación de las riquezas. Inculcan en los fieles la “servidumbre voluntaria” (¿pero cómo?¿no era que eran buenas las confesiones protestantes y que por eso la gente se iba?¿ahora que son conservadoras son malas?). Hacen una lectura equivocada de la Biblia al sacar los textos de su contexto, como también ocurre entre nosotros, los católicos. Sin embargo, logran crear un fuerte sentido de pertenencia y comunidad, dando sentido a la vida de todos.

No escribo a ustedes para suscitar un espíritu de competencia entre Iglesias. Tenemos mucho que aprender de nuestros hermanos evangélicos (salvo lo del conservadurismo, claro…).

Escribo porque me inquieta el retroceso de la Iglesia Católica, la pérdida del profetismo de nuestros pastores, el vaciamiento de nuestras parroquias, esta nueva generación de seminaristas y sacerdotes apegados a la sotana, a los símbolos religiosos, a las imágenes sagradas. (este es EL PUNTO del artículo: le tienen terror a las nuevas generaciones de sacerdotes…). Sacerdotes cercanos a las clases media y rica, pero alejados de los excluidos y vulnerables, aferrados al confort y a la acumulación de bienes. Escribo porque siento que Francisco, como Juan Bautista, es un papa que clama en el desierto…

¿Acaso dentro de la Iglesia Católica aún hay salvación para el Evangelio de Jesús? ¡Que Dios nos anime e ilumine!

Fray Betto, sacerdote dominico

https://www.ihu.unisinos.br/categorias/650211-carta-aos-bispos-catolicos-do-brasil, consultado el 1 de Abril de 2025

5.04.25

Comunión de rodillas, ¿se puede negar?

Varias veces nos han consultado si es lícito o no que el sacerdote se niegue a dar la Comunión a quien, simplemente, quiera recibirla de rodillas (y no de pie). Dado que es una consulta recurrente, se nos ocurrió publicar este post con las fuentes claras para que cada cual pueda hacerse una idea concreta de cuál es el derecho positivo vigente en la Iglesia, no entrando aquí en cuestiones teológicas sino meramente jurídicas.

Sucede que algunos, a fin de querer negar la comunión estando de rodillas, alegan lo planteado en la Instrucción General al Misal Romano donde en su número 160, dice:

            “Los fieles comulgan estando de rodillas o de pie, según lo haya determinado la Conferencia Episcopal”.

Y así, en algunos misales, como en el aprobado para Argentina, se coloca como nota a pie de página lo que sigue:

            “En Argentina se establece como forma habitual, que los fieles reciban la Comunión de pie, y realicen antes, como gesto de reverencia, una inclinación de cabeza”.

Resumen en vídeo aquí abajo

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